Isaac Castillo Pineda
Prestadores de servicios turísticos de Ixtapa-Zihuatanejo manifestaron su preocupación ante la decisión del gobierno federal de imponer un cobro de 42 dólares a cada crucerista que arribe a los puertos mexicanos, incluido este destino de la Costa Grande de Guerrero. Advierten que esta medida podría disuadir a las navieras, afectando severamente la economía local.
De acuerdo con el guía de turistas José Manuel Rosario, los cruceros generan una importante derrama económica para diversos sectores, como taxistas, restauranteros, comerciantes y vendedores ambulantes. Con este nuevo impuesto, las navieras podrían incrementar los costos para sus pasajeros, quienes podrían optar por visitar destinos en otros países.
En moneda nacional, el cobro por persona sería de más de 800 pesos, cifra considerable para los turistas.
Aunado a esto, los prestadores de servicios lamentan que no exista claridad sobre cómo el gobierno federal planea utilizar los recursos recaudados, lo que aumenta la incertidumbre en el sector.
Actualmente, Ixtapa-Zihuatanejo recibe un número limitado de cruceros al año, y este nuevo impuesto podría reducir aún más su llegada, afectando gravemente a quienes dependen de este tipo de turismo flotante.