Su corazón sigue latiendo: Felipe donó vida antes de partir

Rebeca Tamayo

Cuernavaca, Morelos — El calendario marcaba el 30 de julio. Felipe Lázaro Cisneros Flores habría celebrado sus 26 años con la sonrisa amplia que, según quienes lo conocieron, jamás le faltaba. Pero este año, en lugar de velas y abrazos, su nombre se pronunció con lágrimas, gratitud y una profunda reverencia. Porque Felipe, incluso en su partida, eligió dar vida.

Apenas unos días atrás, un trágico accidente cambió el curso de los planes de su familia. La noticia de un diagnóstico clínico irreversible sacudió a quienes lo amaban. Y sin embargo, en medio de la angustia, su familia tomó una decisión que convertiría el dolor en esperanza: donar sus órganos.

Su corazón ya late en otro pecho. Un cuerpo distinto, una vida que ahora respira gracias al acto generoso de Felipe y la entereza de los suyos. Con ello, Felipe se convirtió en el primer morelense en 2025 en donar su corazón, marcando un precedente en la historia de la donación de órganos en el estado.

“Felipe siempre fue un joven generoso, empático, solidario. Esta decisión refleja perfectamente quién fue”, dijo uno de sus amigos cercanos. Pero no solo fue el corazón: otros órganos y tejidos fueron donados, llevando consigo un poco de su espíritu a personas que hoy viven por él.

Cada historia de vida que hoy continúa gracias a Felipe, lleva consigo un eco de amor y coraje. En un país donde la donación de órganos aún enfrenta mitos y resistencias, su caso nos recuerda que donar es multiplicar la vida.

Felipe no llegó a soplar las velas este año. Pero sí encendió otras muchas, en hogares que jamás lo conocieron, pero que lo recordarán por siempre.

Porque a veces, el amor más grande se escribe en silencio, con un “sí” que da vida después de la vida.

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