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SOS COSTA GRANDE

 (Misael Tamayo Hernández, in memóriam)

Siempre hemos sostenido que la desinformación se combate con información. Y que la falta de oportuna y suficiente información, da pie a la especulación.

Nunca tan claro como ahora vemos el hecho de que la oposición en este país está aprovechando todos los errores del gobierno federal, para sacar raja política. No podemos llamarle otra cosa a este oportunismo patético de legisladores locales y federales, quienes nunca antes se habían preocupado por las desastrosas condiciones del Sector Salud, que como dijo el presidente AMLO desde el inicio de su gestión, estaba mucho peor que el sector educativo, incluyendo a los organismos de asistencia social a derechohabientes, como el IMSS y el ISSSTE.

Es hasta la salida del ex director del IMSS, Germán Martínez Cázares, cuando parece que un asunto tan viejo como la falta de medicamentos, de falta de médicos y enfermeras en hospitales y centros de salud de todo el país, cobró vigencia y los vemos desgarrándose vestiduras.

Pero la diferencia entre antes y ahora es que el presidente de la República está aceptando el desastre, en lugar de taparlo. “No hay médicos, no hay medicamentos. Y estamos trabajando para que los haya, pero era un desastre, un desbarajuste por completo. Ya les he dicho que está peor el sistema de salud que el sistema educativo”, dijo ayer, al precisar que la diferencia es que ahora este tema sí se discute.

Estamos en desacuerdo, sin embargo, en la retención de recursos para el sector. Entendemos que aunque la corrupción ahí se tiene que erradicar, debe ser sobre la marcha, y no retener los dineros hasta que se tengan afinadas las redes de compra y abasto, sino que eso debe hacerse sobre la marcha.

El presidente quiere hacer todo de golpe, pero no le será posible. Es obvio que está concentrando en Hacienda la proveeduría de medicinas e insumos, mediante un comité único de adquisiciones, que permitirá hacer compras por anticipado abatiendo de manera extraordinaria el gasto, porque parece que no hay dinero que alcance.

Por ejemplo, explicó que el desvío de recursos por esta vía es fenomenal, al grado de que un medicamento que costaría 40 pesos en un esquema de compras consolidadas, en los estados de la República y en los hospitales lo adquieren hasta en 2 mil pesos.

¿Cómo logran hacer eso? Simple. Hacen compras de última hora, dejando que los productos se agoten. Entonces, como se trata de compras de urgencia, los laboratorios aplican las tarifas que quieren con el argumento de que no tienen capacidad para producirlos y que forzarían su planta productiva. Pero como se trata de un tema de salud, nadie respinga, aunque el problema sí tenga solución y está relacionada con la planificación. Simple. Pero obviamente tampoco esto es una omisión inocente, sino que se recurre a ella para justificar compras a precios sobre-inflados, para poder sustraer recursos del sector y desviarlo a los bolsillos privados de los administradores.

¿Podrán engañarnos y decirnos que todo el problema en Salud comenzó de hace medio año a la fecha? La verdad es que esto es el pan de cada día, y ya se informó harto que el Seguro Popular, mediante el cual se transferían a los estados jugosas partidas para la adquisición de medicamentos en insumos, fue desfalcado a tal grado, que la Secretaría de Salud está en bancarrota total.

Aquí en Guerrero ya se han manifestado los directores de los principales hospitales, como el de Chilpancingo, denunciando que carecen de todo, pero nada cambia.

Según la diputada Nilsan Hilario Mendoza, la corrupción en Salud es extraordinaria y en diciembre pasado propuso un exhorto a la Auditoría para que se revisara a la dependencia que dirige el doctor Carlos de la Peña Pintos, y aunque ese exhorto fue aprobado por unanimidad, nada se sabe al respecto.

Perredistas, priístas y panistas pidieron ayer que se le pida al gobierno del estado que informe acerca del impacto que la retención de recursos de salud tiene en Guerrero, sobre todo porque el mismo presidente aceptó que hay desabasto, algo que ningún gobernante debe decir, claro, porque todos hablan entre líneas.

Pero no vayan lejos, señores diputados. Tienen entre ustedes a Verónica Muñoz Parra, quien fue secretaria de Salud durante el gobierno de René Juárez Cisneros, actual diputado federal y ex senador de la República, misma que conoce al dedillo como las arañas tejen su nido en ese reducto.

No olvidar, por favor, que la señora Muñoz Parra fue denunciada penalmente por el gobierno de Zeferino Torreblanca por desviar recursos de salud a campañas políticas. Desde entonces, el partido viene colocándola en cargos legislativos, para protegerla, por si las moscas.

La retención de dinero para programas de salud no es correcta y ni siquiera el combate a la corrupción la justifica, pero tampoco es correcto que los que ayer se hicieron de la vista gorda, sobre todo ante tanta denuncia por falta de medicinas, médicos y maltrato en general a los pacientes, ahora se desgarren vestiduras. La hipocresía política en su apogeo.

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