(Misael Tamayo Hernández, in memóriam)
Tenemos un PRD treintañero. El 5 de mayo, el ex partidazo de izquierda cumplió la etapa en que comenzaría la madurez plena, habiendo pasado por los vaivenes de la niñez y la adolescencia, que incluso fueron sangrientas, así como de una juventud apresurada, etapa en la que se echaron a perder merced a las componendas con los gobiernos de los que se supone serían oposición.
Bueno, fueron tantos los desatinos, que los perredistas solían marchar cada mes de marzo en Ometepec, en contra del ex gobernador Ángel Aguirre Rivero, a quien responsabilizaban del violento desalojo de perredistas del palacio municipal, en el que hubo muchos heridos, muertos y algunos desaparecidos. Era una marcha ruidosa, incendiada por discursos grandilocuentes de perredistas de viejo cuño. Pero eso se acabó cuando los dirigentes del partido decidieron lanzar como candidato al gobierno de Guerrero, a aquel a quien decían era su enemigo.
Bueno, la verdad nunca lo fue. Hay relatos de café que mencionan la manera en que el finado Armando Chavarría Barrera recibía sobres repletos de dinero en Casa Guerrero, lo cual le permitía ser un hombre adinerado, a pesar de que nunca realmente ganó alguna elección, pues los cargos que detentó en el Poder Legislativo lo hizo por la vía plurinominal.
Eso sucedió tan sólo en Guerrero, pero a nivel nacional todo es mucho peor.
Decíamos que el Sol Azteca llegó a esta fecha desgarrado por las traiciones internas, por las decisiones de cúpula, por la rebatinga de sus tribus. Y aunque estatutariamente estas tribus ya están extinguidas, la verdad es que siguen vigentes, pues no se elimina algo que es parte de los usos y costumbres de un instituto político, por un simple decreto.
Hoy esas tribus se mueven en espera de que el proceso de renovación del PRD se concrete, porque hasta ahorita nada de nada. Todo sigue igual. En los municipios, los comités carecen de noticias y, hoy más que nunca tienen que resolver los problemas inmediatos con sus propios recursos; claro, los dineros del dirigente, porque la militancia no está acostumbrada a participar con nada. Y sólo unos cuantos locos están ahí dándole vida, respiración de boca a boca, a este partido que las élites se acabaron, acaparando los recursos que recibían del gobierno federal y estatal, prohijando una clase partidista obesa y disfuncional, que solamente medraba con el dinero, agenciándose jugosos sueldos y prestaciones, y rotándose en los cargos de elección popular, pero abandonando a los comités en los municipios, que son los que alimentan a las bases, bases que en realidad son el partido y no sus líderes.
Así está ahora el PRD en Guerrero, entidad que presumen es la más perredista del país. Bueno, era. Porque aunque en la pasada elección pudieron conservar algunos distritos electorales, así como la mayor parte de los municipios, están muy lejos de ser lo que fueron. Para comenzar, el PRD gobierna la capital del estado, pero eso es un espejismo, porque Antonio Gaspar es más aguirrista que perredista, y no olvidemos que salió del círculo íntimo del gobernador Héctor Astudillo; es decir, era priísta. En cambio, el partido perdió a muchos de sus líderes, tanto de talla estatal, como en los municipios, que difícilmente podrán reponer.
Salvo Chilpancingo, los perredistas perdieron casi todo: Acapulco, Zihuatanejo, Ometepec, Iguala, Taxco, y la mayoría de los municipios grandes.
A nivel nacional, no hay nada que indique que quieran reformarse, sino al contrario. El partido terminó la pasada elección con multas, deudas y con un reducidísimo presupuesto, porque al bajarle la votación al máximo, en el mismo nivel le bajaron las prerrogativas.
Y hoy sus líderes nacionales ya piensan en enterrar al partido, porque cuesta más caro reconstruirlo que darlo por muerto. Pero en Guerrero, los perredistas se aprestan a rescatar lo que queda de él, mediante un frente de izquierda que les sirva para su proyecto en 2021.
Ese frente está siendo promovido y encabezado por el ex gobernador Ángel Aguirre, porque simplemente el PRD se quedó sin líderes de talla que puedan hacer ese trabajo. Y podemos apostar que ese frente será satélite del PRI. De hecho, eso ya está pactado y aprobado, según el rumor de las bases tricolores.