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SOS COSTA GRANDE

 (Misael Tamayo Hernández, in memóriam)

Tras darse a conocer que los estados y municipios que necesiten de la Guardia Nacional tendrán que pagar una parte proporcional de los gastos de operación de los agentes, así como también los municipios, se armó un sainete entre los senadores, sobre todo del PRI, como Manuel Añorve Baños, quien vino a decir a Guerrero que no estaba de acuerdo con eso, y que votarían en contra de la Ley de la Guardia Nacional.

Antes, durante la discusión de la reforma, los miembros de la oposición habían pedido que se especificara que el gobierno federal no tendría atribuciones para revisar a las policías estatales, dejando a los gobernadores prácticamente a sus anchas, pese a que los recursos de seguridad pública que se manejan en estados y municipios son de la Federación, no se trata de recursos propios, sino de participaciones federales.

Ahora que la creación de la Guardia Nacional entró a su fase final en el Senado, Morena empuja las leyes secundarias que deberán discutirse y aprobarse en las próximas semanas, con los cambios que plantearon los mismos senadores en la reforma constitucional.

Pero ahora la sorpresa es la de la movilización de los contingentes de la Guardia Nacional, y la disposición para la que las entidades federativas absorban una parte proporcional del costo. Y eso fue algo que no les gustó a los senadores de la oposición, pues consideran que eso lesiona las finanzas estatales.

De ese tamaño es el compromiso que tienen por la seguridad de sus estados, los flamantes senadores, así como la disposición que tienen para trabajar de manera coordinada con el gobierno federal para abatir los índices de violencia en estados y municipios.

Sus discursillos politiqueros, en los que siempre hablan de unidad, coordinación, trabajo conjunto y esas bellezas con que se adornan, son sólo frases engaña-bobos, porque en la realidad no les gusta para nada eso de compartir, y mucho menos si se trata de una pantalla política, pues quieren para sí mismos los reflectores.

Y es que tal vez pensaron que la Federación se haría cargo de todo, para pacificar las regiones del país actualmente violentadas, y que a los gobernadores, que son los que constitucionalmente los responsables de la vida pública en sus estados, se echarían a la hamaca, viendo como el presidente de la República se desgasta tratando de traer un poco de paz al país.

Afortunadamente, el gobernador Héctor Astudillo Flores dijo ayer que está dispuesto a asumir el costo que le corresponda en el despliegue de la Guardia Nacional.

También dijo el gobernador que no era algo desconocido para él, o alguna sorpresa desagradable, porque en las reuniones que han tenido con el presidente y el secretario de Seguridad Pública. Por lo tanto, si el senador Manuel Añorve quiso venir a congraciarse con Astudillo, resolviéndole el entuerto del dinero, se equivocó. Nada más sano que las entidades y los municipios sean corresponsables de la estrategia de seguridad, ya no como un tema de apoyo al gobierno federal, sino como el cumplimiento de una obligación para brindar seguridad a sus gobernados.

No olvidemos que una de las principales críticas que se ha hecho a los gobiernos estatales es que han dejado pasar el tiempo y nunca prepararon ni capacitaron policías capaces de enfrentar el crimen organizado. En una reunión nacional el ex presidente Felipe Calderón hizo este tipo de reclamos, argumentando que por eso falló su estrategia de seguridad. El senador de Morena, Ricardo Monreal, criticó que distintas autoridades como presidentes municipales e incluso gobernadores, que solicitaban apoyo a través del gobierno federal, de las Fuerzas Armadas, no contribuían con ningún recurso para combatir la criminalidad de su estado.

El gobernador dijo ayer algo importante: que el estado apoya con combustible la actividad de la Policía Federal, y que podrá hacer lo mismo con la Guardia Nacional.

Por fortuna, Astudillo ha demostrado prudencia y decoro en muchos aspectos en donde sus antecesores fallaron. Con razón el presidente de la República lo ve con buenos ojos, porque no tiene que estar batallando con un vivales que lo único que quiere es ahorrarse dinero a costa de la seguridad del pueblo.

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