(Misael Tamayo Hernández, in memóriam)
Avanza lento la renovación dela nueva administración estatal, en cuanto a los cargos de confianza, que no sólo ayudan a crear equipos de gobierno afines, sino que esos cargos también son la válvula de escape para la presión que ejercen los grupos no afines pero que apoyaron en la campaña y quieren, obviamente, su parte de pastel.
Todo parecía ir viento en popa en los cambios a nivel estado, comenzando por secretarías y subsecretarías, direcciones y organismos públicos descentralizados. Había acuerdos, promesas y felixismo se aprestaba a pertrecharse incluso en las regiones, habiendo también tomado control del partido, con la nominación de Cuauhtémoc Ney Catalán como delegado del CEN con funciones de presidente en Morena Guerrero.
Pero fue justamente esa “movida”, lo que se tradujo en un descontrol en la renovación del gabinete estatal legal y ampliado, pues aprovechando la debilidad de Morena y la necesidad de sostener a Ney Catalán, vinieron las presiones.
¿De quiénes? De nada más y nada menos que de los consejeros del partido.
¿Recuerdan las 3 fallidas convocatorias del presidente del Consejo Político Estatal, Luis Enrique Ríos Saucedo? Sí, tres veces se convocó a reunión de consejo para rechazar la nominación de Ney Catalán y convocar a la elección del nuevo presidente y el secretariado de Morena en Guerrero, haciendo valer los estatutos del partido.
Pero tres veces fracasaron Ríos Saucedo y sus aliados Sergio Montes Carillo, así como el ex diputado federal Rubén Cayetano García, estos últimos aspirantes a dirigir Morena en Guerrero, pero que no contaban con la astucia de Mario Delgado Carrillo, presidente nacional del partido, quien determinó ceder el control político a los grupos ganadores en las entidades federativas, como una manera de que tuvieran acompañamiento y defensa política frente a sus adversarios.
Pero cuando Ríos Saucedo, de la prole del diputado federal Pablo Amílcar Sandoval Ballesteros, quiso hacer valer la parte de poder que aún ostentan, y que es el Consejo Político Estatal, se topó con pared, pues los consejeros vendieron caro su amor, como la aventurera.
Simplemente usaron el momento para conseguirse su tajada en el pastel de los cargos públicos, sobre todo en las regiones, donde se pelean áreas como finanzas, educación, hospitales, institutos de educación media superior y superior, Agricultura y Ganadería, Turismo, Gobierno, etcétera.
Cuentan los que saben que estos 20 consejeros (precisamente los que faltaron a las reuniones convocadas por Luis Enrique Ríos Saucedo), se apersonaron con el que fue líder de Morena y ahora es secretario de Educación, Marcial Rodríguez Saldaña, para hacerle manita de cuche. ¿Cómo? Pues fácil: O nos das cargos, o nos sumamos a la convocatoria para desconocer a Cuauhtémoc Ney Catalán.
El pacto de estos consejeros no era tanto con Ríos Saucedo como con Rubén Cayetano García, quien acudió a esos encuentros con algunos de sus allegados, pues como aspirante a dirigir el partido tampoco está de acuerdo con la designación de un delegado con funciones de presidente, aunque ésta también es una atribución del CEN del partido.
En sus redes sociales, el diputado Cayetano estuvo por varios días hablando del tema, señalando que Morena no es un partido de Estado y que por lo tanto no se permitiría que el grupo en el poder se apoderara de él.
Finamente, al no lograr su cometido, se citó a los consejeros pero para una reunión en la que recibirán a Ney Catalán, para escuchar sus propuestas. En pocas palabras, le pedirán parte en el reparto del pastel, como también se estila.
Incluso Sergio Montes Carrillo, quien interpuso un recurso en contra de la designación de Ney Catalán, aclaró que actuó a título personal y no por encargo del Consejo Político Estatal.
En esos días los celos políticos de los morenistas, sobre todo los que se consideran fundadores del partido, estaban al rojo vivo en las regiones. Y los consejeros aprovecharon que tienen ese encargo desde que se fundó el partido, porque hay que saber que tampoco ellos deben estar ya como tales, pues así como el comité directivo estatal no se ha renovado, tampoco lo ha hecho el Consejo, organismo que fue utilizado por Amílcar y sus muchachos para pertrecharse y definir candidaturas, tanto en el proceso de 2018 como en el de 2021.
Y los consejeros chantajistas no sólo recibieron cargos -incluso sin merecerlos y sin estar preparados para ellos- sino que además fueron nombrados de nuevo como miembros del Consejo Político Estatal de Morena, y estarán vigentes hasta 2024, lo más seguro. Y con esta movida, los consejeros ganaron doble.
Fue así que el tablero político se tuvo que mover de última hora, provocando problemas en las regiones, donde había gente ya esperando sus nombramientos.
Decir también el gobierno estatal está actuando de una manera muy desparpajada en esto de los nombramientos, porque se los dan a la gente, pero no hay un acompañamiento a los nominados, algo que formalice su llegada a los cargos.