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SOS COSTA GRANDE

(Misael Tamayo Hernández, in memóriam)

Por si no nos hemos dado cuenta, amable lector, ya estamos en pleno proceso de precampaña electoral, de cara a la elección presidencial de 2024.

El propio presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, adelantó los tiempos cuando le quitó el corcho a la botella de la sucesión, inaugurando nuevos tiempos, y eliminando la tradición del “tapado”.

Pero, claro, AMLO mencionó a algunos de sus posibles sucesores, todos de Morena, pero no habló de los abonados del PT o del Verde, a sabiendas de que el senador Ricardo Monreal se quedó con las ganas desde 2018, y aunque peleó también la jefatura de la Ciudad de México, apenas se la dieron de senador.

Era obvio que Monreal no se quedaría de brazos cruzados, y este fin de semana estuvo en Guerrero para presentar un libro de su autoría. Pero la sorpresota que nos llevamos es que el petista se vino de México acompañado por el perredista Miguel Mancera, y acá lo recibió el priísta Manuel Añorve Baños.

Bueno, hasta ahí todo bien. Al final de cuentas son compas en el Congreso federal, se ven todos los días, se saludan cordialmente….pero de ahí a acompañarlo a uno de sus eventos de apertura de precampaña en Guerrero, es mucho decir.

Y no sólo eso. Resulta que no sólo Añorve estuvo presente en ese evento, sino innumerables priístas de su grupo político, entre ellos el diputado local Rafael Navarrete Quezada, el ex senador aguirrista Sofío Ramírez Hernández, etcétera, quienes presumieron en sus redes sociales la invitación a ese evento que realmente no tenía nada de extraordinario y en donde se supone que deberían estar petistas y morenistas, no priístas y perredistas.

En política no hay casualidades, amable lector. Lamento decirle que el mensaje que vino a sembrar el zacatecano Monreal es muy simple: Si no voy por Morena, voy por la Alianza opositora. Tan tan. 

Y en su caso los aliancistas (PRI, PAN y PRD), están de plácemes porque como ya lo aceptó el panista Marko Cortés, carecen de fichas  para competir en 2024 y, por lo tanto, lo más seguro es que estén considerando a Monreal como su principal cuña.

Ahora mal, el senador no disimula su interés de ser presidente de la República, y ha dicho que estará en la boleta de la siguiente elección sí o sí. ¿Qué significa esto? Pues como decía Manuel J. Clouthier: Con Morena, sin Morena y a pesar de Morena.

O, lo que es peor: Con AMLO, sin AMLO y a pesar de AMLO.

La pregunta es: ¿Quiénes desde Morena seguirán al petista en su odisea de ser el caballo troyano de la elección de 2024?

No en balde se le acusa a Monreal de estar saboteando desde el Senado importantes decisiones e iniciativas de AMLO. Y al PRI de engallarse en contra de la reforma eléctrica que se suponía sería de obvia y urgente resolución, pero que en cambio la van a discutir hasta el siguiente año, y posiblemente quede en veremos, sobre todo ahora que Biden metió la cola en este asunto a través de su embajador Kent Salazar, al más puro estilo de Washington, alegando que se está perjudicando a empresarios estadounidenses y es necesario defenderlos del maléfico AMLO, y condenar a los mexicanos a seguir pagando contratos leoninos con las generadoras de “energías limpias” y todo el entramado de corrupción que diseñaron para que los grandes empresarios no paguen la energía eléctrica.

Pero éste es otro tema al que debemos ponerle atención y desde nuestras trincheras presionar para que el Estado recupere la rectoría del sector energético, si no queremos sufrir lo que está padeciendo España, donde las gaseras y productoras de electricidad encarecieron la vida de los españoles a tal grado, que ya se habla de un masivo empobrecimiento, en el que lamentablemente el gobierno español no puede meter mano.

Volviendo al tema, la elección interna de Morena pinta un escenario hasta tenebroso. Máxime que aunque la 4T está procurando deshacer los monopolios económicos creados al amparo del régimen anterior, está casi intacto el monopolio político formado por los partidos que, ademas de chupar recursos públicos, nos han negado a los mexicanos el privilegio de elegir a los candidatos. Ellos proponen y a nosotros solamente nos resta votar.

Lo peor, es que ahora con las alianzas antinaturales, están revolcando la gata, que sale siendo la misma, nada más teñida de otro color. 

En pocas palabras, los partidos nos dejaron sin opciones, ya no sólo de participar en la vida interna -que debiéramos porque viven de nuestros impuestos- sino de elegir a un derechista como si fuera de izquierda, y viceversa.

La sugerencia es que la reforma política, que también está planteada para ser desahogada en lo que resta del gobierno lópezobradorista, le quite el dinero de nuestros impuestos a los partidos políticos y pasen a ser financiados por sus militantes, como todo club, porque eso son, un club de Tobi, cuyos miembros se parten, comparten y reparten el poder.

De otro modo, seguirán jugándonos el dedo en la boca y, lo que es peor, dándonos atolito con el dedo.

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