(Misael Tamayo Hernández, in memóriam)
Viene más dinero a estados y municipios, según lo que anunció ayer el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador.
El incremento de las participaciones federales están contempladas en el presupuesto de egresos de la Federación, y contempla un incremento de 100 mil millones de pesos para fortalecer a estados y municipios.
El incremento para Guerrero será de 3 mil 835.3 millones de pesos, equivalente a 6.1 por ciento de aumento con relación al presupuesto autorizado para este año que está por finalizar, y que ascendió a 63 mil 383.9 millones de pesos.
Se aclaran las cifras para atajar la versión que se nos vendió en los últimos meses del gobierno de Héctor Astudillo Flores, en el sentido de que se les hicieron recortes a sus partidas presupuestales, razón por la cual terminó su mandato prácticamente sin recursos.
Es decir, que en 8 meses Astudillo gastó el dinero asignado y para septiembre ya no tenía dinero para pago de sueldos ni para devolver a los trabajadores sus bonos y prestaciones, por lo cual le fueron entregados casi 300 millones de pesos más, tan sólo para apaciguar a la burocracia estatal, que tenía paralizados los trabajados en casi todas las oficinas y dependencias, y que amenazaban con recrudecer sus manifestaciones.
El caso es que Astudillo no acudió al Congreso local, a la ceremonia de toma de protesta de la gobernadora Evelyn Salgado Pineda, algo que ni su antecesor, el interino Rogelio Ortega Martínez, se atrevió a hacer, pues aunque en medio de una tremenda polémica Ortega asistió al cambio de gobierno en 2015, a dar la cara al menos por el boquete financiero que estaba entregando.
En 2022, decíamos, Evelyn Salgado Pineda ejercerá 67 mil 219.2 millones de pesos, tan sólo del gasto federalizado, y sin contemplar las gestiones adicionales que se puedan realizar para que la Federación ejecute obras directamente, o bien bajo el esquema de mezcla de recursos, sea con el mismo estado y con los municipios.
Esta es una buena noticia, por cierto, y viene a dar un respiro sobre todo para los ayuntamientos, que también quedaron en su mayoría sumamente castigados, y en los que se ha corrido el rumor de que sus participaciones federales estaban en entredicho.
Al contrario, el cambio de gobierno federal no fue motivo para que los ayuntamientos dejaran de recibir los recursos que tienen etiquetados anualmente, y que año con año deben aumentar, con base en la fórmula establecida hace unos 15 años, durante el gobierno de Felipe Calderón.
Esa fórmula no ha variado y salvo que en 2020 sí se les pudieron hacer algunas retenciones del gasto corriente, por los efectos de recaudación de impuestos durante los primeros meses de pandemia, para 2022 serán compensados.
No olvidemos que los cierres masivos de giros comerciales y de servicios provocaron durante los primeros meses de la pandemia provocó la caída de la recaudación a niveles históricos, y fue necesario que el gobierno federal hiciera uso de un fondo especial que se tiene para este tipo de emergencias.
Este año, sin embargo, el gobierno federal viene presumiendo que se tienen de nuevo niveles récord de recaudación de impuestos, sobre todo porque se eliminaron las exenciones para los grandes empresarios, así como también la facultad que tenía el presidente en turno de decidir a quién se beneficiaba con esa fórmula.
El cambio de la política hacendaria, tendiente a cobrarle más a los que más ganan, en lugar de seguir castigando a las clases medias y dueños de micro, pequeñas y medianas empresas, será un respiro para todos, pues ya en este espacio hemos dicho en repetidas ocasiones que las Mipymes trabajamos en este país para Pemex, CFE, Telmex y el SAT, mientras que los grandes empresarios no pagan impuestos, ni luz (amparados en los entramados de la producción de energías limpias, que permite que los generadores presentan a sus clientes mayores como socios -Coca Cola y Oxxo entran en este supuesto, de hecho), y de paso les regresan impuestos si por error se los cobraron.
Por lo tanto, la perspectiva de recaudación para 2022 es mayor y de ahí que también crezcan los beneficios para estados y municipios.
En Guerrero, sin embargo, falta por definir la mega deuda que heredó el gobierno de Héctor Astudillo Flores con el ISSSTE, que suma casi 14 mil millones de pesos, y cuyo plan original era que el Congreso local avalara que se convirtiera en deuda pública para que los guerrerenses volviéramos a pagar el dinero a todas luces desviado desde 1995 a la fecha.
Hasta ahora, la gobernadora Evelyn Salgado Pineda no ha dicho qué procede en este caso, o si como recomendó el ex gobernador Ángel Aguirre Rivero lo más fácil es que el estado entregue al ISSSTE bienes inmuebles que cubran el adeudo, para que se comience de cero, en lugar de endilgarnos una deuda tan elevada.
Como dice el dicho popular, “que lo pague el que se lo comió”.
De no ser así, de nada servirá el incremento al presupuesto estatal que está anunciando el presidente. O, lo que es lo mismo, saldrá lo dado por lo servido, porque el gobierno estatal se verá obligado a pagar a Hacienda más de mil millones de pesos por año, así durante 15 años.
Esperemos que se tome la mejor decisión a este respecto, y que los recursos anunciados vengan realmente a hacer la diferencia. Pero, claro, que no nos salgan con que a Chuchita la bolsearon, como sucedió en el gobierno anterior.