(Misael Tamayo Hernández, in memóriam)
El gobernador Héctor Astudillo Flores se despidió ayer, al presidir uno de sus últimos actos como gobernador de Guerrero. Habló de los avances de su gobierno, y reconoció que faltó mucho por hacer. “Hay orden y paz”, dijo, al evocar aquella convulsa entidad federativa que heredó del gobierno de Ángel Aguirre Rivero y del interinato de Rogelio Ortega Martínez, por la masacre de estudiantes de Ayotzinapa en Iguala.
Pero, además, habló de los índices de criminalidad que imperaban en el estado, que lo colocaron por muchos años en el primer lugar de homicidios dolosos. Hoy, dijo Astudillo, Guerrero está ubicado en el décimo lugar.
En efecto, ya no somos más el violento estado sureño, en donde dejaban cadáveres al pormayor. Salvo los recientes hechos de Iguala, donde aún persiste la pugna entre grupos delictivos que propiciaron la matanza de estudiantes hace 7 años, y donde se divulgó un video el asesinato de 20 miembros de Guerreros Unidos a manos de los denominados Tlacos, quienes predominan en la Sierra de Tlacotepec y sus alrededores, podemos decir que ese tipo de hechos ya no son cotidianos en la entidad.
En entrevista con el reportero Rogelio Agustín, el gobernador señaló que sin temor se somete al escrutinio de la sociedad guerrerense, para que califiquen su gestión. “Me atengo al juicio popular”, dijo acerca de los saldos de su gobierno.
Aclaró, además, que fue invitado a la toma de protesta de la gobernadora Evelyn Salgado Pineda, pero aún no decidía si acudiría, pues todo dependerá de qué tanto se haya avanzado en la solución de los problemas que se tienen con la base trabajadora del estado y sus organismos descentralizados, que llegó a generalizarse.
Y es que de no haber sido por la entrega de recursos extraordinarios de la Federación, el gobierno estatal habría llegado al día del cambio de gobierno con toda gran parte de la administración pública en paro, sobre todo los de base, quienes hasta ahora -salvo los de Salud- no se habían manifestado, pero que ya comenzaban a reclamar su sueldo con aumento retroactivo, así como el bono sexenal.
Se les pagó además a los empleados súpernumerarios, pero todavía ayer estaban reclamando en Casa Guerrero los empleados de lista de raya, quienes fueron contratados para hacer trabajos durante la pandemia, cuando la mayoría de los basificados se fueron a casa a cuarentenarse.
Como ya lo había dicho el gobernador, externó que su gobierno tuvo un difícil comienzo, pero también un final complejo.
De última hora, antier, el gobernador tuvo que acudir a la Ciudad de México para entrevistarse con el presidente de la República por espacio de 50 minutos, para tratar la necesidad de apoyar de manera extraordinaria al estado de Guerrero.
Incluso, Astudillo confirmó que hasta anoche mantenía su petición de que la Federación entregara el recurso para el pago del Fondo Guerrerense de Ahorro Capitalizado (FEGAC), que desde hace un mes sacó al personal de la Secretaría de Salud a las calles y plazas públicas, incluso propiciando el bloqueo de carreteras.
Sobre todo, le manifestó al presidente López Obrador que ha cuidado que la transición sea ordenada, sin un ambiente de choque ni de alteración, lo que se puede confirmar en el dato de las 13 reuniones con la gobernadora electa, Evelyn Salgado Pineda, y las 80 reuniones internas.
Presumió que hacía mucho tiempo que no se tenía una entrega-recepción tan ordenada y en paz, como la que él está procurando, independientemente del problema de solvencia para pagos de sueldos y prestaciones de los empleados del gobierno.
Otra cosa que aclaró el gobernador es que no ha recibido la invitación del presidente de la República para ocupar algún puesto en el gobierno federal, pero tampoco lo está buscando. Al contrario, señaló que lo que sigue para él es bajarle a la actividad mental y física, y dedicarse más a su familia, su esposa, hijos y nietos.
“Mi única respuesta que te podría yo dar, es que mi relación con el presidente es una relación de respeto; ayer (martes) tuve la oportunidad de reiterarle mi respeto y mi agradecimiento, yo creo, no sé con cuantos gobernadores el presidente tuvo expresiones mucho muy positivas y conmigo las tuvo, yo se lo agradezco mucho”, expuso.
Y particularmente, Astudillo hizo votos porque a la gobernadora Evelyn Salgado Pineda le vaya bien.