(Misael Tamayo Hernández, in memóriam)
El PRIMOR está en ciernes a nivel nacional y, obviamente, a nivel estatal también.
La composición de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados, así como el modelo de gobierno de la Junta de Coordinación Política (Jucopo), que en este primer año lo tendrá el PRI, a través del ex gobernador coahuilense Rubén Moreira (el segundo año presidirá Morena y el tercer año el PAN), ya era una firme evidencia de que priístas y morenistas harán alianza en la próxima legislatura, dejando fuera al PRD.
Aunque en su junta plenaria, los líderes de los partidos de la Alianza por México (PRI-PAN y PRD), dijeron que trabajarían juntos en una imbatible alianza legislativa para frenar al régimen de Andrés Manuel López Obrador, algo por ahí se va suavizando entre tricolores y morenistas.
Ayer, el líder de la bancada de Morena, Ignacio Mier, aceptó que buscarán acuerdos y consensos necesarios para sacar adelante las 3 grandes reformas del régimen lópezobradorista que aún están pendientes, como la reforma electoral, la reforma eléctrica y la reforma de la Defensa Nacional.
Sin estas reformas, la Cuarta Transformación se quedará trunca
Además, para sacar del rezago otras importantísimas leyes secundarias, como la de aguas nacionales, que ante el anuncio de 10 años de sequía para la mayoría de los estados del país, es de obvia y urgente resolución.
Para lograr todos estos acuerdos, Morena dejó su acostumbrada beligerancia, para dar paso al pragmatismo, que tendrá que practicarse también en el Senado de la República, ya con la ministra Olga Sánchez Cordero como presidenta de la Mesa Directiva, donde se habrán de ratificar las reformas constitucionales que faltan, así como en lo inmediato sacar adelante el esquema del plebiscito al que se someterá el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, en marzo próximo, y que quedó pendiente en la legislatura que está por concluir.
¿Qué dijo Mier? “El PRI es un partido de la socialdemocracia y se acerca mucho, fue el promotor, como partido, en los procesos de nacionalización de la industria eléctrica y petrolera. Y tiene en su génesis una opción preferencial para que la representación del Estado garantice una cuestión de seguridad nacional la industria energética, especialmente la industria eléctrica”.
¿Qué tal? En lugar de que Morena se identifique con el PRD, está dándole todo su espaldarazo al PRI.
No es poca cosa lo que está en juego, así que los morenistas se mueven con tiento, para no despertar al “tigre” de la oposición, que aunque ya sin uñas ni dientes, sigue con suficiente poder legal para frenar las reformas constitucionales, para las que por ley se exige las dos terceras partes del voto de ambas cámaras.
A nivel estatal vemos también esa tendencia. Hay un obvio amasiato ya entre Morena y el PRI, y también es obvio que en este maridaje no entra el PRD, salvo que haya diputados que quieran migrar desde el partido amarillo al partido guinda, como sucedió en 2018.
Como siempre suele suceder en cada cambio de gobierno, las negociaciones son las que le van dando forma a la nueva administración, y en este caso las “concertacesiones” se darán tanto en el Poder Ejecutivo como en el Poder Legislativo.
Para eso está repitiendo el sempiterno Héctor Apreza Patrón y la ex presidenta del Congreso, Flor Añorve, quien presidirá en el primer año la Mesa Directiva.
A diferencia de lo que sucederá en el ámbito federal, en Guerrero no hay visos de que Morena vaya a ceder la Junta de Conciliación Política, siguiendo el esquema de rotación que ya se ha ensayado también en lo local, en otros trienios, pero se nota que será un nuevo tiempo para el Poder Legislativo.
No olvidemos que Legislatura que está por concluir se distinguió por su constante confrontación entre bancadas, pero sobre todo en el pleito intestino de los morenistas, atizados por el grupo de Pablo Amílcar, que esta vez está bastante disminuido por cierto, con sólo 4 curules.
El control de la bancada de Morena lo tendrán los felixistas, aliados con los nuñistas, eso es algo que también ya se ha analizado, y la tarea es arropar el gobierno de Evelyn Salgado Pineda.
Hay muchas preguntas que quedan en el aire: ¿Qué negociará el PRI en Guerrero frente al primer gobierno morenista, que esta vez llega también con mayoría en el Congreso local? ¿Qué ofrece el PRI a cambio de, digamos, un trato cordial para la administración que fenece, en lugar de una cacería de brujas?