fbpx

SOS COSTA GRANDE

(Misael Tamayo Hernández, in memóriam)

En la recta final del gobierno de Héctor Astudillo Flores, ya casi en el inicio del primer gobierno morenista en Guerrero, y a medio sexenio federal de Andrés Manuel López Obrador, pandemia o no de por medio, con o sin ella, México tiene el imperativo de recuperar su sector turístico.

Si para ello fuera necesario hacer los cambios pertinentes, deben hacerse. Cambiar de titular de la Sectur, por un lado, y cuidar que en el estado haya una persona que no sea propiamente un turistero, como se acostumbra, sino alguien que sea neutral y que sobre todo conozca y tenga visión, altura de miras, más allá de la visión provinciana que nos ha caracterizado.

Sin demeritar los logros gubernamentales, y sin calificar de si son buenos o no porque al final de cuentas los frutos deben estar a la vista, insistimos en que en este momento lo que urge es reactivar al turismo, dar soluciones, tal y como lo están pidiendo los dueños de bares y restaurantes en Acapulco, quienes propusieron que para que los dejen operar se estipule la cartilla de vacunación, de modo que ellos puedan solicitarla a sus clientes y permitirles el ingreso únicamente a los que ya se hayan vacunado.

Precisaron que esta medida podría operar únicamente cuando se tenga semáforo rojo.

Se percibe la desesperación de estos empresarios y la medida que piden no es descabellada. Se necesita ser empáticos con ellos para saber que llevan 18 meses siendo los más castigados. En cada una de las 3 oleadas que tuvimos, y aún desde antes de que la pandemia por Covid 19 pegara en todo su rigor a Guerrero, este sector fue el más sacrificado. 

Y no sólo eso, sino que se les deja a su suerte, que se rasquen con sus propias uñas, sin incentivos de ningún tipo para sostener sus negocios.

De verdad que dan tristeza los centros turísticos de Guerrero en estos momentos. Restaurantes, tiendas, tiendas de autoservicio, tiendas departamentales, lucen solas. Empleados mosqueándose, y detrás de ellos seguramente sus gerentes o jefes directos tronándose los dedos.

Las autoridades de turismo en Guerrero deberían retomar en serio la propuesta de los turisteros de Acapulco. Además, deberían estar ocupadas en la vacunación y la seguridad, por ejemplo, y establecer acuerdos a nivel nacional para que se les permita abrir ese negocio a los vacunados.

A nivel nacional, México se está rezagando, pues mientras países de Europa ya establecieron la vacunación como requisito para viajar, y hasta están eligiendo qué vacuna deben tener sus visitantes (AstraZéneca hecha en India no la aceptan por ejemplo), aquí no hemos hecho nada al respecto.

¿Qué se puede hacer? Exigir a los países del mundo que todas las vacunas sean permitidas en el proceso de blindaje en materia de salud. Porque, de lo contrario, ¿para qué se autorizaron? 

Imaginemos que nosotros digamos que nadie que no tenga la vcuna Pfizer puede entrar al país. ¿Y si no había en su país vacuna disponible de este tipo, sino la tan temida vacuna china, o la rusa Sputnik, tiene vedado viajar a las Europas?

Si no se toman las medidas pertinentes y de manera oportuna, la mala noticia es que el turismo seguirá siendo uno de los sectores más lastimados y sin opciones de recuperación de la caída que presenció en 2020, de 80%, la más brutal de su historia. 

Se nos informa que el sector se recupera este año, sí, pero tan sólo 27%, lejos de un verdadero repunte, debido a la tercera oleada provocada por la variante Delta.

Aclarar, además, que el turismo nacional es importante y bueno, pero insuficiente para reactivar al sector. Se requiere forzosamente del turismo internacional, el que prefiere los lugares Grand Turismo y está dispuesto a pagar las tarifas de esos sitios.

El gasto de un extranjero que llega a territorio nacional asciende a unos 1,400 dólares, en tanto el gasto de un turista nacional promedia los 300 dólares. La diferencia es abismal, aunque tratándose de dinero cada centavo es una bendición para un sector sediento de ingresos.

Ahora bien, no olvidar que en Guerrero y en todo el país, el turismo está ligado prácticamente a todos los sectores de la economía, su aporte a la generación del PIB era de hasta un 15%. Por eso se le conoce como la poderosa industria sin chimenea.

Pero este año será diferente. Nada en el mundo es igual. Se habla de que México sumó 10 millones más de pobres que ya no tienen opción de viajar ni al río más cercano, sin contar con la inflación que aunque se nos dice que está controlada, la verdad está pegándonos duro.

Queda esto como una tarea de los nuevos diputados federales y locales, y del siguiente gobierno estatal. O le pican las costillas a Miguel Torruco y tomamos decisiones en lo local, o nos vamos haciendo menos.

About Author

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *