SOS COSTA GRANDE

(Misael Tamayo Hernández, in memóriam)

¿Se adelantó la sucesión presidencial? En realidad el presidente de la República sólo le puso nombre y apellido a un movimiento que ya se  veía al interior de su gobierno y sobre todo al interior de Morena.

A decir verdad, la pasada elección del 6 de junio nos reveló entre líneas que la conquista del poder en los estados implicaba, además, el fortalecimiento o debilitamiento de los presidenciables, y al margen de la tragedia de la Línea 12 del Metro de la Ciudad de México, obra a cargo de Marcelo Ebrard Casaubón, actual secretario de Relaciones Exteriores, el “amigo” del presidente es uno de los favoritos,no sólo hacia dentro del partido lópezobradorista, sino también hacia afuera.

En cuanto a la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, lo cierto es que la pandemia no le ha permitido crecer en imagen, e incluso trascendió que el presidente está molesto porque optó por un cierre prolongado de negocios, en el ánimo de controlar los contagios por Covid-19, que impactó severamente la economía de los capitalinos, quienes el 6 de junio se cobraron venganza y le entregaron a la oposición las delegaciones más pudientes.

Claro que eso es sólo un aspecto, porque Dolores Padierna, quien compitió por la delegación Cuauthémoc, sigue señalando que en su caso hubo traición de parte del grupo del senador petista, el zacatecano Ricardo Monreal.

Decíamos que el pasado proceso electoral fue, de hecho, una apuesta de “vencidas” entre los presidenciales. Monreal, por ejemplo, apoyó a Félix Salgado Macedonio. Lo defendió desde el primer momento cuando fue señalado como presunto violador. Fue el zacatecano el que salió a dar la cara por él.

De parte de Marcelo Ebrard se movió el empresario acapulqueño Luis Walton Aburto, y de su equipo salió la especie de que fue Marcelo Ebrard quien lo alentó a no claudicar y reclamar la candidatura incluso en los tribunales, alegando que aunque Félix tuvo mayor calificación en las encuestas, también tenía más negativos.

Siempre criticamos por qué tanta terquedad de parte de Luis Walton Aburto. Pues bueno, visto el rompecabezas ya más completo, ahora entendemos que había mucho de por medio. Marcelo ya se veía con el voto del estado más lópezobradorista en su bolsa.

Pablo Amílcar Sandoval Ballesteros, a su vez, se vendió ante todos como “el hombre del Presidente”, cosa más falsa, porque en realidad era la canica (¿podemos decir corcholatas, AMLO dixit?) de su hermana, la ex secretaria de la Función Pública, Irma Eréndira Sandoval Ballesteros, quien dicen también era una aspirante a la presidencia.

¿Y el presidente, acaso no tenía favoritos para Guerrero? Los que le creyeron a Pablo no han entendido que el mandatario federal ha demostrado ser harto pragmático, de modo que no suda calenturas ajenas. AMLO quiere, aprecia a la gente, pero no se desgarra la vestiduras por nadie. Por eso él mismo destapó a los “tapados”, diciendo que ese juego ya se terminó, y que su corcholata para el destape era el pueblo.

Prácticamente el presidente dijo: “Si están tapados, yo los destapo y que se fogueen”. Se negó a seguir con ese jueguillo perverso, tras el que se esconden muchas aberraciones políticas, y que en el pasado dieron lugar a los cacicazgos que aún están vigentes en la entidad.

Así, diciendo que eran los favoritos de presidente en turno, los caciques se fueron empoderando al grado de convertirse en amos y señores de Guerrero. Algunos, como los Figueroa y sus alfiles, lo fueron de horca y cuchillo. Se sabía que Rubén Figueroa Figueroa era tan “distinguido” por los presidenciables, que estos lo visitaban en su casona de la Ciudad de México, estilo que aún conservan nuestros próceres caciques.

¿O acaso no es común que los polítiquillos locales sean mandados a traer al a Ciudad de México, a la casa de algún jefe de tribu?

Entonces, visto lo que sucedió en todos los estados en el proceso electoral que está por concluir, el presidente simplemente desgarró el velo; mejo dicho, el sarape, y le quitó el gabán a los tapados, y los lanzó al ruedo. El que sobreviva en medio de la vorágine político-electoral de aquí al 2024, entonces habrá demostrado que es el bueno para ser el candidato a la presidencia de la República.

Ya sin tabla de salvación, el canciller Marcelo Ebrard se reunió el fin de semana con su grupo cercano y marcó línea para que, a la voz de ya, comenzaran a moverse en pos de una posible postulación, mientras él sigue atendiendo los espinosos asuntos relacionados con su trabajo.

En Guerrero, desde antier alzó la mano Luis Walton Aburto, para anunciar que trabajará por el proyecto de Marcelo Ebrard. Por lo tanto, aunque había dicho que la candidatura por Guerrero sería su último proyecto político, no es así. Walton está de regreso y en los próximos 3 años lo veremos más activo que nunca.

¿Qué hay de los demás? Pablo se irá al destierro político como diputado federal, donde hay poco dinero, cero moches y mucho trabajo. Su equipo queda muy disminuido en Guerrero, máxime ahora que el chilango Ríos Saucedo ya le puso el capote a la Torita y va por rabo y orejas…bueno él piensa eso, pero lo más seguro que salga corneado.

Félix Salgado vuelve al Senado y estará echándole un ojo al gato y otro al garabato…digo, a su hija. Nestora que se dé por bien servida si termina su gris representación como senadora. Adela Román tendrá que busca alguna actividad para no dejarse morir (tiene perfil para un buen cargo en el gobierno de Evelyn).

Y nosotros, amable lector, a cuidarnos de la tercera ola de Covid para poder seguir contando historias, de cara al proceso electoral de 2024.

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