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SOS COSTA GRANDE

(Misael Tamayo Hernández, in memóriam)

Tenía razón el presidente. Mejor dicho, tiene razón y es hora de que México deje de depender del exterior para garantizar el fluido eléctrico nacional.

Aunque a nivel mundial la tendencia es la adopción de energías limpias, en tiempos como el que se viven ahora por la histórica tormenta invernal que está afectando a 70 por ciento del territorio de los Estados Unidos (y obviamente casi todo Canadá), nada de eso vale: ni el viento, ni el sol, ni nada ayudaría a resolver un problema de esa magnitud.

Al contrario, ni siquiera el gas natural pasa a ser una opción, porque el exceso de nieve entorpeció los trabajos de los extractores de ese recurso en Texas, sobre todo, y dado que México depende en gran medida de ese insumo para producir energía eléctrica para los estados del norte, el flujo entonces se vio interrumpido.

Pero no sólo por eso, sino porque el mal clima incidió en el mercado del gas natural y su precio se incrementó en 5 mil por ciento por unidad, y pasó de 2 dólares a 200 dólares por unidad, algo insólito.

De ahí que, como debe ser, México se negó a pagar semejante y arbitraria cantidad, pues aunque se tiene necesidad del recurso el precio cayó en lo especulativo. 

Y para agravar el asunto, ayer el gobernador de Texas ordenó por decreto a los productores de gas suspender ventas al exterior y concentrar toda la producción en esa entidad, que por cuarto día consecutivo estaba sin energía eléctrica, problema que también afecta a otras entidades del sur de Estados Unidos.

Afortunadamente, empleados y técnicos de la CFE trabajaron a marchas forzadas y ayer quedó restablecido el flujo eléctrico en todo el norte del país, según informó la paraestatal.

El gobierno se vio en la necesidad de readecuar la red nacional y trabajar a marchas forzadas para lograr este objetivo, mientras que en Estados Unidos 3 millones de personas continuaban a oscuras, y dado que se trata de un país que depende en 90 por ciento de electricidad (hasta las estufas son eléctricas), no podemos imaginar el drama de la gente en medio de temperaturas congelantes y sin siquiera poder prender alguna estufa para calentarse.

Como dijo AMLO, la tormenta invernal en Estados Unidos nos vino como anillo al dedo para darnos cuenta que siendo un país productor de electricidad, en algún momento los gobiernos anteriores nos llevaron a depender del gas barato en lugar de depender de nuestra propia capacidad de producción de electricidad.

Y, sobre todo, esperemos un mayor precio a las gasolinas, porque las refinerías trabajan con electricidad y México depende también en gran medida de las importaciones de gasolinas y diésel de los Estados Unidos, dependencia que también se la debemos a los gobiernos panistas y priístas de los últimos 20 años (Fox, Calderón y Peña Nieto).

¿Seguiremos diciendo que estábamos mejor cuando estábamos peor?

Recuerdo las críticas de la oposición hacia la construcción de la refinería Dos Bocas, que nos ayudará a ser autosuficientes en la producción de gasolinas, sector que dejaron caer para depender del exterior siendo nosotros un país petrolero.

También se critica que el gobierno federal esté enfocado en la recuperación de la CFE, en lugar de depender del flujo eléctrico que están produciendo empresas particulares, a las que además de comprarles caro, se les tiene que dar una compensación por el simple hecho de que están produciendo, dicen, energías limpias. Esto no sucede en ninguna parte del mundo, ha dicho el presidente AMLO.

Quizás ahora priístas y panistas que han pasado 2 años criticando las políticas nacionalistas del gobierno de López Obrador le puedan responder a sus gobernados y reconocer quién realmente está mal.

¡Ah!, por cierto, resulta que el apagón impactó a estados del norte del país, donde gobiernan algunos gobernadores aliancistas y obviamente opositores a AMLO, como el de Tamaulipas, el de Chihuahua y Coahuila.

Les comparto el análisis de Citibanamex y Banco Base, instituciones que señalaron que los apagones registrados en el país en los últimos días por la escasez de gas van a tener un impacto negativo “significativo” en la economía durante el primer trimestre del año.

“Con todo lo que está ocurriendo, el crecimiento trimestral va a ser cercano a cero por ciento. Hasta hace unos días preveíamos un avance de 0.10 por ciento. Es difícil estimar el impacto preciso, porque ha sido intermitente y diferenciado entre la industria”, comentó Siller.

¿Aún así seguirán oponiéndose a la recuperación del sector energético nacional? O prefieren que sigamos en la dinámica de que cuando Estados Unidos estornuda, a nosotros nos dé gripe? ¡Y qué digo gripe! Al grado de dependencia que tenemos, sobre todo en el sector energético, un freno al flujo del gas como el que ya vivimos se traducirá en muerte económica para muchos negocios, sin contar con la muerte de personas que no han podido resistir las heladas.

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