SOS COSTA GRANDE

(Misael Tamayo Hernández, in memóriam)

A dos años del inicio de la era de la Cuarta Transformación, proyecto centrado sobre todo en el combate a la corrupción, bajo la teoría que a partir de que esto se cumpla comenzará la recuperación del país, el balance es negativo en muchos aspectos, aunque nadie puede negar que estamos viendo cosas impensables en otras épocas, como el llamado a cuentas a ex funcionarios de alto nivel, ex gobernadores y hasta gobernadores en activo.

Pero una cosa no compensa lo otra. Es decir, el que metan a la cárcel a Luis Videgaray Caso, ex titular de Hacienda, o que condenen a Rosario Robles Berlanga, o que enjuicien al mismísimo Enrique Peña Nieto, no resuelve la tremenda crisis económica del país, que se recrudeció por la pandemia del Covid-19, pero que en realidad ya venía gestándose desde el primer año de la administración, por la desconfianza del sector empresarial en las políticas públicas del presidente, la cancelación del Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos y Canadá y la necesaria negociación de uno nuevo.

Claro, la pandemia vino a tirar los últimos alfileres de un esquema de gobierno en ciernes, bastante verde aún para dar frutos. Y aunque en su momento el presidente dijo que la peste de Covid-19 les había venido “como anillo al dedo” (aún no acabamos de comprender por qué o para qué), al paso de los meses tuvo que reconocer que México estaba atravesando momentos críticos. 

El presidente dio ayer un informe al cumplirse dos años de su asunción al poder, aunque ya había informado del estado que guarda la administración el día que marca la Constitución, el 1 de septiembre. Además, dio otro informe el 1 de julio, al cumplirse los dos años de la elección que, mediante voto históricamente mayoritario de los mexicanos, le allanó el acceso al poder.

Lo de ayer fue una especie de recuento muy general de hacia dónde va el país, en el escenario de la postpandemia. De entrada, tuvo que reconocer que su gobierno tomó decisiones “poco convencionales” para enfrentar el problema, pero eso no significa que hayan funcionado, pues más de 100 mil muertos dicen lo contrario.

Nos dice el presidente que todo pudo ser peor. Pero es que sí nos fue peor. No olvidemos que los muertos oficiales no son los únicos que se ha cobrado la pandemia en este país. Al contrario, el subregistro es tan alto como la cifra que nos informan todas las noches. 

En Guerrero, por cierto, circula como chascarillo una historia de la vida real, cuando un alcalde le dijo al secretario de Salud, Carlos de la Peña Pintos, que lo que estaban informando de su municipio era mentira. El secretario dijo: 

-¿Cómo?, pero nosotros tenemos al día las cifras de casos positivos, sospechosos, defunciones y los negativos.

-Sí -respondió el alcalde- pero yo tengo las llaves del panteón.

Y si la cifra de muertos que no se están contando ya es impactante, imaginemos los casos de contagios que ni siquiera se están reportando.

En lo económico, además, la Secretaría de Hacienda nos informa de algunos logros de corte macroeconómico, pero que no se están reflejando en la micro economía; es decir, nuestro bolsillo. 

Los organismos económicos internacionales sí han mejorado sus pronósticos sobre México, pero aclaran que eso se deberá a factores externos, no internos.

Por ejemplo, uno de los grandes pilares de la economía nacional, paradógicamente hablando, son las remesas de migrantes en Estados Unidos, que para 2020 sumarán 40 mil millones de dólares. Esto es, que los dólares envían los migrantes a las familias mexicanas crecieron 14.1% durante octubre, sumando 3,598.3 millones más que el año pasado a esta misma fecha.

Y de hecho, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), expuso ayer que México crecerá en 2021 hasta un 3.6 por ciento (partiendo de la caída por la pandemia), gracias al incremento de las exportaciones del sector manufacturero nacional, que está ligado a cadenas de producción internacionales, y, por supuesto, a las remesas.

Si nada extraordinario sucede, ese crecimiento se sostendrá en 2022.

Podemos resumir el informe de ayer, en cuanto a logros:

1.- Combate a la corrupción e imponer como una norma moral del gobierno la honestidad.

2.- Sostenimiento de precios de combustibles.

3.- Nuevas y grandes obras con el apoyo del sector privado

4.- Recuperación de Pémex y el sistema eléctrico nacional

5.- Cero endeudamiento.

6.- Uso de recursos públicos para sostener a los más vulnerables, evitando una hambruna generalizada en el país.

Pero también hay rezagos, sobre todo en materia de salud, seguridad, desarrollo económico en los niveles micro y medianos. Y el combate a la corrupción aún no baja a los niveles más bajos de gobierno.

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