SOS COSTA GRANDE

(Misael Tamayo Hernández, in memóriam)

El gobernador Héctor Astudillo anunció ayer la creación de una comisión interinstitucional, ante la llegada de las fiestas de fin de año. De esta manera, el mandatario estatal se está adelantando a lo que ya se aprecia como un repunte de la enfermedad a escala nacional, y que podría impactar severamente a los destinos turísticos del país, pues se acercan las fiestas de navidad y año nuevo.

Cuando la pandemia por Covid-19 comenzó en el país, allá por el 27 de febrero, fue cuestión de semanas para que se dispersara por todo el territorio nacional. En Guerrero se detectó el primer caso el 16 de marzo, en Acapulco, en un turista argentino que antes había estado en la Ciudad de México. Es decir, se cumplieron ya 7 meses de esta pesadilla, y si no actuamos juntos, gobierno y sociedad, viene algo peor, pues además del repunte de casos podríamos volver al semáforo rojo, cancelándose con ellos las vacaciones de Navidad y Año Nuevo. Entonces se juntará enfermedad y mayor pobreza, que ya de por sí es algo insoportable, aunque las autoridades digan lo contrario, que vamos bien, que se han recuperado empleos e inversiones. Eso tal vez existe en un nivel macro-económico, pero en lo local, las cosas están para llorar.

Fue Acapulco el epicentro de la pandemia para nosotros, pues aunque en Chilpancingo se registró también el caso de una joven que había viajado a España, por la naturaleza y vocación turística del puerto, pero también por el número de habitantes y su interacción permanente con todas las regiones de la entidad, así como con otros estados y países, la pandemia siguió su curso natural a través del municipio acapulqueño, que de hecho encabeza las estadísticas por número de casos de contagio y de muertes.

Hay otros municipios en los que por su densidad poblacional, no se justifica que las cosas se hayan salido de control, como en Iguala, pero en ese lugar el alcalde denunció la renuencia de los ciudadanos a acatar las medidas de control, sobre todo los comerciantes, y fue así que en un solo supermercado hubo 70 casos positivos en poco tiempo, disparando la alerta en esa ciudad que llegó a estar en alerta roja por la saturación del hospital.

En la Costa Grande la pandemia llegó a los 2 meses, de manera oficial. En Zihuatanejo se tuvo el primer caso el 18 de abril, y era el contagio número 111 de la entidad. Mientras que la Costa Chica, si bien llegaron de manera temprana los contagios en San Marcos y luego en Ayutla, por el cierre de pueblos y la instalación de retenes la pandemia tardó en dispersarse, al grado de que para el 1 de mayo había en esa zona varios de los municipios llamados “de la esperanza”, entre ellos Ometepec, Juchitán, Azoyú, Cuajinicuilapa, y los de la zona Amuzga.

De poco sirvió eso, pues cuando la gente bajó la guardia, se abrieron los pueblos y la movilización comenzó, la pandemia llegó rauda, y hoy Ometepec es uno de los municipios con mayor número de contagios, pues también por su condición de ser la ciudad de los servicios de la región, difícilmente se contendría la pandemia.

Hoy, tenemos por un lado la estadística oficial, que se obtiene de los casos comprobados mediante pruebas en el Laboratorio Estatal de Salud. Pero por otro lado tenemos los casos en los que la gente no se hace la prueba, sino que acude a la medicina privada.

Por lo tanto, la pandemia camina en dos bandos, el oficial y el extra oficial. Esto para nadie es un secreto, e incluso a nivel nacional las autoridades ya reconocieron que hay un subregistro, muy natural en este tipo de pandemias, y se acepta que, por cada caso comprobado, hay otros 8 o 12 casos no comprobados.

A esto ellos le llaman el modelo centinela. Entonces, la estadística oficial es sólo la punta de un gran iceberg, que demuestra que los ciudadanos no estamos haciendo nuestra parte.

Lo más grave es que se tienen visos de un repunte en el país. No es una segunda oleada, todavía no, porque ni siquiera ha bajado la curva de contagios. Se tiene una estabilización de la pandemia, y ya lo reconoció la OMS, pero falta mucho para el descenso.

Esto es en serio, estimado lector, lectora. El presidente AMLO, siendo que es tan optimista en los peores escenarios, dijo ayer en su conferencia mañanera que estaba preocupado por el repunte, que comenzó en Chihuahua, donde ya volvieron al rojo del semáforo epidemiológico.

El gobernador advirtió ayer: “Tenemos dos caminos, ser más restrictivos de aquí al 10 de diciembre, o ir como vamos y esperar que llegue diciembre, las vacaciones, en una circunstancia difícil de crisis; son dos caminos que vamos a determina los próximos días”.

Elija usted, amable lector.

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