fbpx

SOS COSTA GRANDE

(Misael Tamayo Hernández, in memóriam)

El terreno político se va despejando poco a poco. Beatriz Mojica Morga, ya aclaró dudas y expuso que va a competir por la candidatura a gobernadora por el Partido del Trabajo, por invitación del líder nacional del partido, Alberto Anaya.

La experredista entrará de lleno a la coalición del PT con Morena, pero ya como una propuesta firma a la gubernatura. La jugada de Bety Mojica es excelente, pues en lugar de tratar de meterse a Morena como “externa”, lo hará desde una situación de igualdad, como una aliada. Por lo tanto, nadie le podrá decir que no tiene derecho a competir, ni tampoco a ser la candidata, en caso de ganar la encuesta abierta que dijo el líder de Morena que harían.

De momento, el cobijo del PT para Bety Mojica no garantiza la candidatura y mucho menos el triunfo. Pero ella le apuesta a que ha hecho una larga vida política en Guerrero, que es muy conocida a lo largo y ancho de la entidad; y que de no haber sido por la traición de Luis Walton Aburto, habría ganado la elección de 2015.

Claro, sus adversarios tienen sus propias apuestas, y cada cual sus fortalezas y debilidades. La de Bety, de entrada, es que es mujer y puede competir ampliamente si se define que en Guerrero la candidatura sea por género, porque recordemos que el partido debe presentar 50 por ciento de candidaturas femeninas, y sin duda elegirán a quienes tengan mayores posibilidades.

A menos que suceda en Morena lo que ya hemos visto en el PRI y el PRD, quienes mandan a las mujeres a perder, mientras a los hombres los mandan a competir por los partidos aliados. Es así que muchos priístas se han hecho verde-ecologistas, engordando a este partido con el voto tricolor, y se han dado el lujo de reclamar esas plazas como propias.

En sus declaraciones recientes, Bety Mojica afirmó que ya limó asperezas con Walton y están de acuerdo en trabajar por el proyecto lópezobradorista, una vez que ambos vieron el desmoronamiento de sus partidos por sus errores y alianzas indecibles, como la que trabaron con el PAN en 2018, apoyando a Ricardo Anaya Cortés.

Nos preguntamos si esto es suficiente para enmendar los errores del pasado, cuando sus proyectos políticos se perdieron por un capricho.

Ahora mal, tampoco es una garantía que Walton o Bety respeten la decisión que se tome en Morena. Solamente si el partido garantiza piso parejo, con una encuesta abierta, salvando la tentación de una imposición, es que se podrá conjurar el fantasma del divisionismo y el chapulineo.

No olvidar que Bety trabajó para el ex gobernador Ángel Aguirre Rivero hasta el último momento de su mandato, como secretaria de Desarrollo Social, y no cabe la menor duda de que el ex mandatario la atraería a la alianza opositora si fuera necesario. Y con ella, también se iría Luis Walton Aburto, quien le debe al Jefazo su triunfo en Acapulco, pues forzó un acuerdo entre MC y PRD, que ya para 2015 Walton no quiso respetar y se fue solo, aunque sabía que iba a perder.

El ex perredista Félix Salgado Macedonio es otro que estaría en riesgo de dejar Morena, si le hacen de chivo los tamales. El Toro sin Cerca no está dispuesto a que lo desplacen, y nada le costaría volver a su redil, con todo y su gente -que por lo menos en su natal Tierra Caliente es mucha-; por lo tanto, la encuesta abierta es urgente y necesaria en el partido guinda, pues sólo de ese modo se garantizaría la unidad.

Sin embargo, los que serían huesos duros de roer son los seguidores de Pablo Amílcar Sandoval Ballesteros, el delegado de la Secretaría de Bienestar en Guerrero, quienes ya se sienten con un cuerpo en Casa Guerrero. Estos tampoco estarían dispuestos a apoyar a quienes no ven ni como morenistas, ni como lópezobrarodistas.

Por lo tanto, nada está escrito en Morena. Todo puede suceder, incluso una derrota anticipada, si los líderes del partido no saben mover las piezas y hacen movimientos en falso.

About Author

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *