(Misael Tamayo Hernández, in memóriam)
Con la buena noticia de que se han reducido las muertes por Covid-19, y el constante llamado del gobernador para que todos hagamos lo que debemos hacer, para evitar que Guerrero vuelva al semáforo rojo, vale la pena retomar una iniciativa de la jefa de gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum.
Primero, partamos de un aspecto lógico de la pandemia. Como su nombre lo indica, no la vamos a detener. Y las medidas tan drásticas que hemos venido tomando, sólo han servido para prolongarla, y para ir dándole tiempo al sector salud de atender a los enfermos.
Pero a estas alturas, podemos apostar que la gente se está curando por todos los medios, incluso por su cuenta, y esa es la razón por la que se tienen menos muertes que cuando comenzó la pandemia.
Entonces, la disyuntiva ahora es curar a los enfermos. Y hacerlo de manera oportuna. Ya no sólo centrarnos en la prevención, sino aceptar la realidad e ir hacia la curación. La prioridad no sólo debe ser evitar los contagios, sino evitar las muertes. ¿Me explico?
Pero para lograr esta meta, la de curar a los enfermos, se tiene que partir de que el sector salud esté preparado para ello. Porque de pronto se enfocaron mucho en la prevención, en la desinfección de espacios públicos, en las recomendaciones para la población, pero la verdad es que no en toda la entidad se tienen los servicios de salud necesarios, y estamos hablando de medicinas, ante todo.
No sólo se necesita un diagnóstico temprano del Covid-19, del cual por fortuna ya hay suficiente información, y ahora se sabe que se manifiesta por lo menos de 6 cuadros clínicos, y uno de ellos es la diarrea. El no errar el diagnóstico es vital para que la gente no se agrave.
Está comprobado por testimonio de personas que han sufrido la enfermedad, que la atención oportuna es lo más importante, ya que en las etapas tempranas el virus parece ser muy vulnerable a los medicamentos que se les están recetando.
Y aquí surge el otro problema. ¿Qué medicamentos? En queriendo ser muy estrictos, los médicos del sector salud están recomendando únicamente paracetamol para el control de la fiebre, y punto. Nada para impactar al virus, que ha demostrado ser sensible a antibióticos, antivirales e incluso a un tipo de desparasitante.
A partir de la atención temprana, ya sólo se tiene que ir vigilando la paciente, y atendiéndole los síntomas que vaya presentando, como tos, dolor abdominal, dolor de cabeza, dolor de pecho. Y usar antiinflamatorios en caso de que haya una baja de oxígeno considerable.
En este tenor, Claudia Sheimbaum ya entendió que la pandemia no la va a contener, ni se va a retirar pronto, y luego entonces lo que resta es facilitar la cura, mediante un modelo de atención temprana, desarrollado en la Unidad Temporal Citibanamex y en el hospital Ajusco Medio.
Dijo que esto ya ha ayudado a controlar a personas contagiadas que padecen comorbilidades, y con ello a disminuir el número de decesos.
Con base en ese modelo, se atiende a personas antes de que lleguen graves a los hospitales y no resistan la hospitalización; además, se pretende ayudar a que lleguen menos casos graves a otros nosocomios de la ciudad.
El modelo está basado en un programa de capacitación masiva al personal para detectar, mediante tamizaje, casos sospechosos o confirmados de covid-19 en 18 módulos Triage ubicados en distintos hospitales y centros de salud, para ver si al tener diabetes, hipertensión u obesidad es necesario que los pacientes sean hospitalizados y recibir la atención adecuada, a fin de que no se agraven y corran el riesgo de fallecer.
Esto implica, amable lector, la hospitalización anticipada. Es decir, no hacerle la prueba al paciente, o diagnosticarlo y enviarlo a su casa con paracetamol, donde no estará revisado sus niveles de oxígenación, ni su caída o ascenso de presión arterial, ni ninguna otra complicación.
La hospitalización anticipada, al menos de los casos de riesgo, permite el control de comorbilidades, oxigenoterapia oportuna y control de inflamación, para evitar daño en los pulmones. El paciente vuelve a casa, cuando ya se vea que todo está bajo control. Es decir, no necesita pasar las 2 o 3 semanas, sino que, con esta terapia oportuna, en una semana se sabe si el virus cedió, o si se complicó el contagio.
¿Podríamos hacer eso en Guerrero? Sería genial. Urge, de todos modos, que se estandaricen los protocolos de atención, porque en Acapulco podrán estar muy bien, pero en las regiones estamos para llorar. Y urge también que la Profeco regule los precios de los medicamentos, ya que los triplicaron mínimamente. Entonces la gente, sin dinero y sin empleo, prefiere curarse con tes.
No es mucho pedir. ¿Podrían ayudarnos con eso?