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SOS COSTA GRANDE

(Misael Tamayo Hernández, in memóriam)

Leía ayer, estimado lector, que a pesar de los incrementos de casos de Covid-19, la ocupación turística en Acapulco es aceptable. Puede ser aceptable en el marco de la emergencia que vivimos, pero definitivamente no es lo deseable, ni siquiera suficiente. Luego de tantos meses de cierre de las playas, lo que caiga en este momento se diluirá en pago de deudas, servicios y otros asuntos que se fueron rezagando, y no harán la diferencia que se necesita para que el sector repunte. No podemos, por lo tanto, estar dando cuentas alegres, porque el desafío es mayúsculo y la decepción puede ser mayor.

¿Qué tenemos qué hacer? Primero, ser serios. Es bueno que lleguen los turistas, pero eso no puede ser a cambio de más casos de Covid-19, o a cambio de que estemos en un permanente color naranja, sin avanzar en el control de la pandemia. Y todos sabemos que mientras más rápido salgamos de la emergencia, más rápido comenzará la recuperación.

Mientras sigan registrándose casos de Covid-19, no podemos cantar victoria, porque como dijo el gobernador Héctor Astudillo, en cualquier rato nos regresan al rojo.

Ayer, por ejemplo, se registraron 250 casos nuevos de Covid-19. Y se sumó el municipio de San Miguel Totolapan a los municipios contagiados, pese a férreo encierro que decretaron desde el inicio de la pandemia. De este modo, quedan únicamente 2 municipios libres de contagio, y están en la Montaña: Iliatenco y Cuálac. Pero sólo es cuestión de tiempo para que nos den la noticia de que ya comenzaron su propia pandemia.

Los totolapenses pensaron que el Covid no llegaría a sus tierras. Hasta mandaban a la gente con trajes especiales a cobrar sus apoyos oficiales. Pero como toda pandemia que se esparce por vías respiratorias, un descuido basta para que la peste se cuele.

Mucho discutimos en este espacio qué tan válido era cerrar los pueblos. Primero, es algo anticonstitucional. Segundo, eso hace que la gente se sienta confiada en su burbuja, y que no aprenda a cuidarse, pues en este caso el autocuidado de la salud es vital para contener la pandemia. Es lo que los individuos hagan lo que hará la diferencia, y en este caso tiene razón el secretario de salud, que cada quien tenemos nuestra propia pandemia, y yo diría que todo comienza por el individuo, pero también hay pandemias familiares, y pandemias comunitarias, y del estado y del país. Pero todo comienza por los individuos.

Y hablando de pandemias personales, sí que las hay. Cada quien tendrá que vivir su propio mal momento. ¿Todos nos vamos a contagiar? En nuestro medio, y conforme avanza la pandemia, todos estamos en riesgo, y sólo es cuestión de tiempo para que estemos dentro del ojo del huracán. Ahí tenemos al alcalde de La Unión, Crescencio Reyes Torres, quien ayer anunció mediante sus redes sociales que dio positivo a Covid, y sus pulmones ya registran cierto nivel de daño.

Se comprueba que no hay nadie que no esté dentro de la agenda del Covid-19: ni ricos, ni pobres, ni santos, ni pecadores, ni gobernantes, ni los de a pie. Todos, teniendo un cuerpo terrenal, estamos expuestos a esto y más.

¿Hay que tener miedo? No. A estas alturas ya los médicos saben cómo tratar con el Covid, y hasta las farmacias similares están dando tratamientos efectivos. El secreto es no confiarnos, no confundir la enfermedad y actuar oportunamente, no más de 2 días para comenzar un tratamiento, para no dale tiempo al virus que se disemine.

Eso sí, no le recomiendo que vaya a los centros de salud, salvo para pedir su prueba Covid, porque conozco casos en donde les están dando expectorantes y medicinas para el dolor o la fiebre, pero nada realmente para combatir el Covid-19. ¡Caray!, al menos que dieran una receta congruente, porque ni siquiera surten los medicamentos, sólo dan las recetas.

También suelen limitar las pruebas Covid. Por ejemplo, si una familia entera está contagiada, solamente le hacen la prueba a uno de ellos, y si sale positivo, con eso dan por hecho que todos los demás están contagiados….Ajá, pero no los cuentan. Para efectos epidemiológicos, los démas no cuentan, no van a figurar en ninguna estadística; y por lo tanto esa es una manera muy inteligente de reducir los números de contagios.

Lástima. Estamos perdiendo una valiosa oportunidad de ver el impacto real del Covid-19.

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