(Misael Tamayo Hernández, in memóriam)
Es definitivo. No habrá regreso a clases en agosto. La decisión la anunció ayer el gobernador del estado, Héctor Astudillo Flores, junto con el secretario de Educación, Arturo Salgado Urióstegui.
Faltando ocho días para el inicio del mes de agosto, y con la pandemia en pleno en regiones y municipios, con la entidad apenas en un forzado semáforo “naranja”, era de esperarse que Guerrero no estaría en condiciones de reanudar las clases presenciales el 10 de agosto, como se anunció de manera tentativa.
Tal y como sucedió con la apertura del 1 de junio, cuando el gobierno federal dio luz verde para que se abrieran actividades no esenciales, y el gobierno de Guerrero determinó seguir su propia ruta, aplazando hasta el 1 de julio esa decisión, en materia educativa sucederá lo mismo.
Para el 10 de agosto, si bien nos va, estaremos tratando de mantenernos en el semáforo amarillo, pues recordemos que aún seguimos en el naranja, color en el que tenemos desde el 1 de julio y que se nos asignó hasta por dos semanas más; es decir, al 1 de agosto.
Pero eso no quiere decir que para esa fecha estaremos pasando la barrera epidemiológica que se requiere para llegar al color amarillo, que implica una ocupación hospitalaria menor a 50 por ciento general, y con casos a la baja mínimo durante 2 semanas, lo cual demostraría una tendencia real de descenso de la pandemia.
Así que el gobernador optó por hacer el anuncio de una vez, justo ayer jueves, en que el gobierno federal hace la revisión del semáforo, que recordemos ya no cambiará cada semana, sino conforme se demuestren los avances.
La decisión de Astudillo es importante, porque eso permitirá al sector educativo, en todos sus niveles, tomar las precauciones correspondientes, así como también reprogramar exámenes de admisión, y comenzar a planificar el retorno a clases de manera virtual, para lo cual todavía no hay fecha.
Esa es una mala noticia para estudiantes y padres de familia, claro, pero no se tiene otra opción. La experiencia que se ha tenido a lo largo de la pandemia es que el aprendizaje es mínimo, pues por un lado los profesores no enseñan, sólo dejan tareas y actividades, mientras que los estudiantes tampoco van más allá en sus consultas, para tratar de incrementar su aprendizaje.
Eso en el mejor de los casos. En el peor, los sistemas de comunicación e interacción que se están usando implican el uso de computadoras, o como mínimo un teléfono inteligente (Smart-phone), para recibir mensajes, audios y videos por Whatsapp, cosas que en Guerrero un gran porcentaje de familias todavía o tiene, sea porque sus recursos no les permiten comprarlos, o sea porque carecen de redes disponibles de telefonía móvil con servicios de datos digitales; o telefonía fija, con red de Internet.
Por lo tanto, no solamente se debe decretar el inicio virtual de las clases para el próximo ciclo, sino también revisar los modelos de comunicación e intercambio de información entre profesores y estudiantes, que garanticen un mínimo de aprovechamiento escolar.
Sobre todo, cuidar que los profesores preparen y cumplan con dar sus clases virtuales, porque realmente no lo han estado haciendo, al menos no todos; y le están dejando la carga a los propios estudiantes y a los padres de familia.
Sí, sabemos que primero está la salud de profesores y estudiantes, pero aún en medio de esta emergencia, hay maneras de resolver los problemas, y estamos llamados a ser creativos.
Los padres de familia, a su vez, tendrán que esforzarse un poco más para que sus hijos se disciplinen y hagan sus tareas, sobre todo en los niveles de primaria y secundaria, que es donde más se reportan anomalías.