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SOS COSTA GRANDE

 (Misael Tamayo Hernández, in memóriam)


La pandemia por Covid-19 en México no cede, y desde ahora está comprometida la temporada turística de invierno, advirtió ayer el titular de la Secretaría de Turismo, Miguel Torruco Marqués.

Señaló que, si el país no logra bajar al color amarillo, la última fase del semáforo epidemiológico diseñado por la Secretaría de Salud, lo cual implica un mínimo de contagios en todo el territorio nacional, podremos afirmar que desde ahora las reservaciones serán escasas y la temporada invernal estará perdida, con la consiguiente y multimillonaria pérdida de ingresos para el país, siendo la industria sin chimenea la segunda fuente de riqueza para México, después de las remesas de los migrantes y por encima de Pemex, que más bien ya representa más gastos que beneficios, de tan desvencijada que la dejaron.

A estas fechas, en otros años, ya los vuelos y los cuartos de hotel estaban agotándose. Para septiembre, era prácticamente imposible hallar hospedaje en los mejores hoteles, y el cliente tenía que ir bajando de categoría, o bien entrar en una lista de espera, por si alguien cancelaba.

No sólo Acapulco y Zihuatanejo podrían predecir desde el inicio del segundo semestre del año, si la temporada invernal sería exitosa, a partir de las reservaciones, sino también los destinos pequeños, los menos desarrollados, ya tenían sus previsiones para diciembre y enero.

En esta ocasión, sin embargo, a pesar de que ya estamos en la tercera semana de la reapertura en Guerrero, la presencia de turistas ha sido escasa, ni siquiera la desea, y en cambio esa movilización ha venido a repuntar el número de contagios en nuestra entidad, acelerando la pandemia.

Eso es una buena noticia, si no estuviera de por medio el riesgo de morir. Porque mientras más rápido la gente se contagie, menos margen de acción tiene el virus, hasta que por sí mismo llega a un pico y comienza a descender por sí solo.

Ese es el comportamiento de una pandemia, aunque no nos guste. Así se comportan los virus, como depredadores microscópicos.

Entonces, la premisa de la Sectur es que, si el semáforo baja al amarillo, se salvará la temporada invernal de turismo; de lo contrario no.

Pero hasta ahorita, 4 meses después de la llegada de la pandemia a México, y a mes y medio de que se declaró la nueva normalidad, no hemos bajado ni al naranja, pues hay entidades todavía en rojo, y las que lograron bajar al naranja recularon, y las que siguen en naranja corren el riesgo de volver a subir al rojo. Todo un lío hay en el país por la pandemia, y ya huele a desastre.

El caos es generalizado, y los partidos políticos no están perdiendo la oportunidad de trabar al presidente de la República, así como a su secretario de Salud y al vocero para el caso, Hugo López Gatell, de quien los panistas piden su cabeza, y los perredistas piden su comparecencia ante la máxima representación nacional.

La meta es que México logre bajar al semáforo amarillo para octubre. Con 3 meses de ventaja, la temporada invernal podría salvarse. Por lo tanto, tenemos de plazo lo que resta del mes de julio y todo el mes de septiembre, para domar a la pandemia de Covid-19, lo cual puede suceder de dos maneras: que haya contagios generalizados, para que la pandemia alcance su ciclo de manera natural, y lo cual no sólo no es deseable por inhumano, sino que tampoco es políticamente correcto. Y, dos, que los cuidados que tomemos sean tan extremos, que los casos disminuyan al mínimo por esta vía.

El gobierno le está apostando al segundo método y por eso el llamado constante para que la gente extreme precauciones. Y, sobre todo, que asuma cada quien su responsabilidad en esta tarea, porque no sólo es un asunto del gobierno municipal, estatal o federal, sino sobre todo de nosotros mismos.

Es vital el uso del cubrebocas. Quien quiera que diga lo contrario, miente. Sin el cubrebocas estamos por demás expuestos. No usen cubrebocas calientes ni de moda, pues recuerden que los elaborados para usos clínicos tienen los filtros necesarios y, además, son cómodos y ventilados.

Sigue también la sana distancia, y el lavado constante de manos.

En los hogares, salga quien salga a la calle, al entrar debe desinfectarse de pies a cabeza, usando los tapetes desinfectantes para pies, el lavado de manos -de preferencia con jabón de uso quirúrgico aunque la verdad cualquier jabón funciona-, y se recomienda una aspersión con alcohol, o usando el antibenzil, el producto que se usa en duchas vaginales, que no daña la piel ni la ropa, y que es que se está usando en los Semefos para desinfecciones.

Reforzar el sistema inmunológico de la familia tomando vitamina C y Zink, algo que pueden encontrar a bajo precio en las farmacias similares, tres tomas por día, mínimo dos.

La gente tiene que invertir un poco en su salud, porque la vida no tiene precio.

Y llegado el momento, en caso de que alguien adquiera el virus, por favor atiéndase, no se automedique ni quiera quitase el virus con tes. Esos ayudan durante el proceso, pero no bajan la carga viral. Sobre todo, acuda al médico si es mayor, si tiene obesidad, hipertensión, cáncer, diabetes, y cualquier otra enfermedad que lo inmunodeprima, acuda a su centro de salud, a su médico personal, pero no vaya a las salas Covid cuando ya se esté muriendo. Haga ese favor.

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