SOS COSTA GRANDE

(Misael Tamayo Hernández, in memóriam)

El jueves abrimos. Todos tendremos que salir a esta “nueva normalidad”, que implica hablarnos a 2 metros de distancia, portar el incómodo cubrebocas (cubriendo también la nariz, por ciento), caretas o googles, practicar el lavado de manos, desinfectar prácticamente todo y andar a las vivas, pues de aquí hasta que se encuentre medicamento o vacuna contra el Covid 19, ya nada volverá a ser igual.

Todos estamos expuestos a una sorpresa, cabe decir, aun tomando todas las precauciones.

Y en medio de todo esto, nos llega una buena noticia, que a la vez es una mala noticia. Resulta que el laboratorio que posee la patente del Remdesivir, el único medicamento hasta ahora que ha logrado reducir la agresividad del Covid 19 (no es que cure, aclaro), anunció que lo venderá en 2,340 dólares por tratamiento; esto es, 520 dólares por ampolleta.

La farmacéutica Gilead Sciences estableció ese precio, que aplicará en Estados Unidos y otros países desarrollados. Y para unas 127 naciones pobres, se nos hará el favor de permitirnos que se produzca en forma genérica.

Esa cantidad equivale a unos 53 mil 820 pesos si se considera una cotización del dólar de 23 pesos.

Como dijera el Chapulín Colorado: Y ahora, ¿quién podrá defendernos?

Sólo los millonarios pueden acceder a ese tipo de tratamientos, porque el pobrerío nos conformaremos con tés caseros, vapores de eucalipto, VapoRub y aspirina, si bien nos va.

El costo fue calificado de “indignante” por una organización de consumidores, ya que Gilead recibió unos 70 millones de dólares de los impuestos de los contribuyentes, para acelerar la reconversión de sus laboratorios, para producir el Remdesivir masivamente.

O sea, que nos están haciendo un favor en producirlo, para luego enriquecerse a través de esta medicina. ¿Así o más claro el negocio del Covid-19?

¡Ah!, y falta la vacuna. En esta carrera de encontrar una vacuna contra el coronavirus, están muchas naciones, incluyendo a Rusia, China, Brasil, y por supuesto México. A través de la UNAM, nuestro país ese ha metido en el maratón por la vacuna contra el Covid 19 y no dudamos que lo logren; pero de ahí a que puedan competir con los pulpos farmacéuticos internacionales, pues está en chino. Lo más seguro es que ocurra lo de siempre: que los cerebros mexicanos acaben por vender sus hallazgos a compañías farmacéuticas depredadoras, que han hecho de la salud de la raza humana una verdadera veta para enriquecerse.

¿Qué hace en realidad el Remdesivir? Pues mucho: es el primer antiviral que ha demostrado una mejoría del paciente en ensayos clínicos para covid-19. Nótese que aún se está en la fase de ensayos, pero ya se autorizó su producción, para distribución mundial.

Eso, en este momento en que el mundo ha visto morir a medio millón de personas en 6 meses, es oro molido. Tomando en cuenta que la pandemia no distingue credos ni clases sociales, y que los pacientes sufren mucho, el que haya un medicamento que al menos reduzca los síntomas y que además acorte la fase del contagio, podemos apostar a que, en tanto no haya otra opción, Gilead tiene una veta de oro puro en sus manos.

Son los ancianos los que más se van a beneficiar con este medicamento, así como los enfermos de padecimientos crónico-degenerativos.

Y sí, el Remdesivir es caro, porque no hay nada más caro que lo que no existe. Para salvar una vida, es hasta barato.

La mala noticia es que, en México, en ese momento la mayoría somos pobres, y aunque exista el Remdesivir, está fuera del presupuesto de unos 90 millones de mexicanos.

Urge, entonces, que el gobierno federal pida se acelere la producción de genéricos que, de todos modos, serán caros.

Pero, bueno, en diciembre la empresa podrá liberar la patente…mientras, que la gente sufra.

Por eso, amable lector, no queda otra opción que cuidarse. Lo que usted no haga por usted mismo y su familia, nadie lo hará.

About Author

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Salir de la versión móvil