(Misael Tamayo Hernández, in memóriam)
El próximo miércoles 1 de julio, Guerrero estará abriendo sus actividades económicas. No importa en qué momento esté la pandemia sobre la entidad, particularmente en su franja costera, que por su actividad turística comenzará a recibir visitantes. El gobernador dijo que la apertura dependerá de que el semáforo cambie a naranja, aunque la presión social es ya tan fuerte, que con los pocos indicadores que se tienen la entidad se va a arriesgar a la apertura.
“El día primero de julio va a ser un día muy importante y muy especial para todos nosotros. Estamos en contacto tenemos que hacer un gran lanzamiento de hoteleros, de restauranteros, de prestadores de servicios. Tenemos que hacer una gran alianza y una gran fuerza común, para que entre todos podamos mover a Guerrero y moverlo bien. Estamos en esa ruta, hacerlo con responsabilidad”, expresó el gobernador ayer, a los alcaldes de los municipios con vocación turística, con quienes ha estado teniendo reuniones virtuales, para determinar los detalles de la apertura.
Primero, se aclaró que la apertura será gradual y en el inicio al 30 por ciento de su capacidad, tal y como hicieron Cancún y Los Cabos hace 3 semanas. Se abrirán hoteles, restaurantes y playas en esa proporción.
Segundo, el gobierno del estado, en coordinación con los gobiernos municipales, establecerá una estricta vigilancia en los comercios de todo tipo, para que se acaten las medidas de control y las medidas sanitarias.
Tercero, sobre todo en el puerto de Acapulco, se instalarán módulos de pruebas rápidas, que estará a disposición de la población. Con esto ser harán búsquedas intencionales de Covid-19, para ir atajando a la pandemia, mediante la detección de casos asintomáticos, que son los de mayor riesgo para desplegar la enfermedad.
Mucho se ha dicho que las pruebas rápidas en realidad no son una opción para la detección de Covid-19, ya que son tan pobres en su diagnóstico, de modo que pueden.
Guerrero está ahorita en los 4,828 casos positivos de Covid-19 acumulados desde el inicio de la pandemia, de los cuales 2,778 se han recuperado, hay 436 activos, y se tienen 830 defunciones.
De los casos activos, 65 de cada 100 se trata de manera ambulatoria; es decir, que no requieren hospitalización, y el resto, 35 por ciento, sí ha necesitado de ayuda especializada.
Recordemos que para el Covid-19 no hay una cura específica, y que la mayoría de la gente lo supera en su casa. A los hospitales llegan únicamente aquellas personas que por edad o por tener otras enfermedades como hipertensión, obesidad o diabetes, así como cáncer, lupus y algunos otros padecimientos que comprometan el sistema inmunológico, registren complicaciones.
El secretario de Salud, Carlos de la Peña Pintos, informó ayer que la entidad ha registrado una ligera demanda de hospitalización, durante dos días consecutivos. Ayer, la ocupación hospitalaria, pasó del 52 al 49.6%.
No sabemos si este indicador es suficiente para decretar la apertura, pero serán las autoridades las que apliquen los criterios que sean necesarios, a fin de que la apertura sea lo más segura posible para todos.
Una cosa es cierta: la economía de la entidad ya no da para más. Lo podemos ver ahora que ya casi nadie da nada. Al inicio, fueron muchas manos las que hicieron donaciones y repartieron apoyos. En este momento, ya todos estamos pisando fondo, y si no abrimos ahora, se perderá el flujo de vacacionistas del verano.
Siendo los puertos de Guerrero dependientes de los tiempos vacacionales, si no se abren las playas el 1 de julio, entonces ya no tendremos otra oportunidad de recapitalizarnos, y tendremos que esperar a diciembre, pasando por los terribles meses del hambre, como septiembre y octubre.
No olvidar que corresponderá a los dueños de cada negocio aplicar las medidas de seguridad e higiene. Por lo tanto, la vigilancia estará sobre ellos. El que no cumpla, será cerrado. Sobre aviso no hay engaño.