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SOS COSTA GRANDE

(Misael Tamayo Hernández, in memóriam)

Cada día se conocen noticias acerca de posibles curas al Covid-19, pero la verdad hasta ahora hay escasas posibilidades. Sucedió con la hidroxicloroquina, a la que un médico francés atribuyó propiedades curativas no sólo contra el Covid-19, sino contra los anteriores coronavirus ya detectados, como el SARs y el MERs. Sin embargo, esta semana la OMS desautorizó el uso de esta medicina y Estados Unidos avaló la suspensión, pese a que hasta el propio presidente Trump se sometió a un tratamiento preventivo con ella.

Ayer, médicos de Inglaterra anunciaron que hallaron propiedades curativas de la Dexametasona contra el Covid-19, y la OMS se sumó a la buena nueva, aplaudiendo lo que consideró es un avance científico importante.

¿Qué es la Dexametasona? Es un esteroide que se usa para aliviar la inflamación (hinchazón, calor, enrojecimiento y dolor). Y se usa para tratar ciertas formas de artritis; trastornos de la piel, la sangre, el riñón, los ojos, la tiroides y los intestinos (por ejemplo, colitis); alergias severas; y asma. La Dexametasona también se usa para tratar ciertos tipos de cáncer.

Hasta ahora se usa en su presentación inyectable, y aunque tiene propiedades antiinflamatorias, también puede presentar efectos secundarios, que van de leves, a moderados y severos, como dolor de cabeza, cicatrización lenta de las cortadas y golpes, piel delgada, frágil o seca, manchas de color rojo o púrpura o líneas debajo de la piel, depresiones en la piel en el sitio de la inyección, aumento en la grasa corporal o movimiento a diferentes áreas de su cuerpo, infelicidad inadecuada, dificultad para conciliar el sueño o para mantenerse dormido, cambios extremos de humor y personalidad, depresión, mayor sudoración, debilidad muscular, dolor de articulaciones, períodos menstruales irregulares o ausentes, hipo, aumento en el apetito, dolor o enrojecimiento en el sitio de la inyección.

Pues bien, al parecer los hallazgos de los médicos ingleses son firmes, y la Dexametasona ha mostrado buenos resultados en pacientes ya intubados, por sus propiedades antiinflamatorias.

No olvidar que cuando un paciente requiere de intubación, es porque su pulmón ya está colapsado, y no oxigena adecuadamente al cuerpo, lo que se mide con base en la saturación de oxígeno en la sangre. Basta una reducción de 5 por ciento en esta medición, para que la persona ya se considere grave y debe ser ingresada a terapia intensiva, lista para intubación, a fin de proporcionarle oxígeno de manera mecánica.

Sin embargo, la buena nueva que fue avalada por la OMS a lo largo y ancho del mundo, fue desacreditada por expertos del INER. La jefa de áreas críticas del Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias (INER), Carmen Margarita Hernández Cárdenas, aseguró que la Dexametasona carece de evidencia científica rigurosa para considerarla como un tratamiento eficaz contra infecciones virales y que reducen la mortalidad entre pacientes graves con Covid.

Por el contrario, este tipo de esteroides, explicó en entrevista con Milenio, pueden aumentar el riesgo de que la persona adquiera bacterias oportunistas y otro tipo de infecciones, y que eleve los niveles de su glucosa causándoles complicaciones, “sencillamente empeorará”.

Hernández Cárdenas explicó que el INER, por ejemplo, no utiliza ese tipo de tratamiento por diversas razones, entre estas, jamás se le consideró como candidato entre los protocolos.

Comentó que existen fármacos superiores contra la inflamación, más eficaces para este tipo de pacientes con infecciones virales y con un sistema inmunológico y respiratorio comprometidos. “La dexametasona no debe darse a paciente con infecciones”, mencionó tras lamentar que se estén generando falsas expectativas de curación y de salvar vidas.

“Su uso debe ser reservado”, comentó tras recordar que cuando en México se presentó la pandemia por el A/H1N1, investigaciones serias demostraron que la dexametasona entre pacientes con neumonías graves, “empeoraban su sobrevida”.

Si bien el SARS-CoV2, aclaró, es diferente a este virus A/H1N1, “el uso de esteroides en estos pacientes resultaba perjudicial por ese riesgo elevado de complicarse con otras infecciones y de elevar la glucosa”.

Pues, entonces no tenemos nada, sólo una ilusión. Entre tanto, la pandemia avanza, y la gente sigue sin creer que el Covid-19 es real. Están empujando a que se reabran las actividades económicas no esenciales, aunque eso conlleve riesgo de mayores contagios.

La apuesta es por una vacuna, y la OMS ya dijo que no la tendremos sino hasta dentro de 2 años. Entonces, la única alternativa es que cada quien se cuide.

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