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SOS COSTA GRANDE

(Misael Tamayo Hernández, in memoria)

Este lunes abren la minería y el sector de obras públicas, con un protocolo de seguridad muy estricto, pues para nada la pandemia está domada en el país, como dijo el presidente López Obrador, sino que en estados y municipios siguen los contagios y para Guerrero lo peor está por venir de aquí al 15 de junio.

El gobernador Héctor Astudillo anunció ayer que dentro de dos semanas podría abrir el sector turístico, siempre y cuando el semáforo nacional lo permita.

Sin embargo, esto se complica. Acapulco es la meca del turismo en Guerrero, y mientras no se controle la pandemia en ese municipio, no avanzaremos. Ayer se reportaron 1,282 contagios acumulados desde el inicio de la pandemia, y 112 decesos. Estamos hablando de que más del 60 por ciento de los casos registrados a nivel estatal, están en Acapulco.

El gobierno debe comenzar a proveer alimentos a los sectores que ya están muy castigados por la cuarentena, para que se guarden dos semanas más. No es suficiente lo que está haciendo el municipio, urge que el estado y la federación pongan sus ojos en Acapulco. Pedirle a la gente mayor sacrificio, sin ofrecerle soluciones, hará que simplemente se violen los protocolos de Sana Distancia.

Por ejemplo, ayer, pese a que estamos viviendo el peor momento de la pandemia, comerciantes de Altamirano decidieron abrir mediante un acuerdo interno. Se comprometen a cuidar todas las medidas de salud y le informan al ayuntamiento que habrá estricta vigilancia en sus locales.

Pero esa no es la solución. Se le está dejando a la gente la carga de la pandemia, pues salvo algunas excepciones, los apoyos donados por gobierno y particulares son insuficientes para sostener, por ejemplo, al sector turístico, que es el que más familias ocupa para su funcionamiento.

De un lado, se les exige a cerrar sus negocios; del otro, no se les dan alternativas, sobre todo para los trabajadores, pues las nóminas de las empresas tienen que seguir pagándose, aunque no haya ingresos. También siguen vigentes los créditos, el pago de energía eléctrica, teléfono, sky, etcétera. Ninguno de estos servicios condonó pagos ni tampoco dio facilidades, salvo algunos servicios bancarios, donde permitieron no pagar en 4 meses o hasta 6, pero sin dejar de emitir los respectivos intereses de deuda, que se irán anexando al capital de los clientes. Únicamente les hicieron el favor de no cargarles intereses moratorios.

El caso es duro para Guerrero, más que para cualquier entidad, porque somos una economía basada en el turismo, y las playas cerraron desde el inicio de la pandemia, para impedir la salida de gente de las grandes ciudades. Entonces, se empataron los tiempos de la pandemia nuestra con las de la Ciudad de México, y ahora que se reactivan algunas actividades en la capital, para nuestra entidad se decretan 2 semanas más de confinamiento.

Hubo también mucha desinformación, o más bien se manejó la información a pausas, dándole a la gente fechas posibles de apertura, que motivaron que, una vez cumplidas esas fechas, la gente quisiera volver a la calle. Como el confinamiento seguía, se desesperaron.

Sucedió, por ejemplo, en algunos municipios que cerraron sus entradas, diciendo que estábamos en etapa 3 de la pandemia, cuando no tenían ni un solo caso. Ahora que quieren volver a controlar a la gente, ya no pueden.

Es complejo este problema. La gente ignora todos los procesos de una pandemia. No sabemos, por ejemplo, que los contagios son prácticamente inevitables, por tratarse de un agente infeccioso que se cuela por vías respiratorias. No es el caso del Sida, que depende de un contacto sexual entre personas, o bien por transfusión sanguínea. El Covid-19 se mete incluso por las mucosas de los ojos, y se queda en las superficies por un tiempo, de modo que, si alguien las toca y no se lava las manos, puede contagiarse.

Ese alto nivel de contagio hace que esta pandemia sea muy difícil de controlar. Y al no haber medicinas ni vacunas, entonces la sobrevivencia del paciente depende de su propia resistencia y de su propia genética y salud.

Afortunadamente, aunque a nivel nacional se nos reportan más de 10 mil muertes, son apenas el 10 por ciento de los contagios, pues todavía siguen siendo más lo que sanan que los que mueren. Esto irá creando lo que se llama “inmunidad del rebaño”, y en algún punto la pandemia podrá ceder, pero dicen que eso podría tomar entre 2 y 3 años.

Entre tanto, tendremos que acostumbrarnos a vivir en la “nueva normalidad”.

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