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SOS COSTA GRANDE

(Misael Tamayo Hernández, in memóriam)

Como se dijo en su momento desde hace dos semanas, Guerrero seguirá cerrado, mientras las urbes del centro del país se preparan para una reapertura controlada y escalonada.

Es nuestro tiempo de sufrir el paso de la pandemia, ya que como dijo el doctor Gatell, son “muchas pandemias”, no solamente una, las que está sufriendo México. Se refiere a los tiempos de los contagios, y en este momento ya no sabemos si alegrarnos por los municipios donde hay pocos casos, o preocuparnos, porque tratándose de una pandemia, a cada municipio le tocará su momento de la multiplicación y aceleramiento.

Es decir, que cuando Acapulco y los municipios que en este momento están sufriendo por una escalada de casos y alta mortalidad, hay algunos que apenas tienen un caso, lo cual significa que están en la primera fase de la pandemia, y les falta pasar por las dos siguientes.

Y qué bueno que así esté sucediendo, porque no podemos imaginar si todos los 81 municipios de la entidad estuvieran al ritmo de Acapulco, Chilpancingo, Iguala, Taxco, Arcelia, Pungarabato, Tlapa y otros, que están pasando por el vendaval, saturando sus hospitales y camas de terapia intensiva.

Es un hecho que no en todas las regiones se tienen la misma disponibilidad de camas de hospital. De hecho, podemos decirnos afortunados los que contamos con algún hospital, y que se tenga lo mínimo para atender casos de Covid-19.

Ayer, por ejemplo, la Secretaría de Salud y el gobernador del estado anunciaron que se comprobaron casos en los municipios de Ometepec y San Luis Acatlán, en la región de la Costa Chica; en Malinaltepec, en la Montaña; en Tlalchapa, zona de la Tierra Caliente; y en Copalillo, en la Zona Norte que ya prácticamente se vistió de rojo.

En realidad, los casos están desde hace una o do semanas. Estaban en calidad de sospechosos en Ometepec, Xochistlahuaca, San Luis y Malinaltepec. Sin embargo, por la lentitud en el procesamiento de las pruebas, se dieron a conocer hasta hoy.

El jefe jurisdiccional de aquella región, Macario Navarrete, aceptó que es tan alta la carga de trabajo del Laboratorio Estatal, que el resultado de una prueba puede tardar hasta 2 semanas.

Y eso es preocupante, de verdad, porque al no tener evidencia de que se trata de un caso de coronavirus, las personas pueden confiarse y seguir haciendo su vida normal; o bien las autoridades pueden no tomar las medidas de control correspondientes, como es el cuarentenar a la persona bajo sospecha, así como a sus familiares.

Creo que estos requisitos son mínimos para hacer un debido control de la pandemia, sobre todo en municipios se tienen pocos casos. En Acapulco, ni hablar, ahí ya se multiplicaron tantos, que el ayuntamiento tiene apartado un espacio en el panteón El Palmar, suficiente para 300 tumbas.

Entre tanto, el gobernador Héctor Astudillo reiteró ayer que Guerrero seguirá cerrado y solamente volverán a abrirse algunos servicios básicos, como las áreas de Finanzas, que son indispensables para la recaudación.

Confirmó además que no habrá regreso a clases en junio ni julio, porque sería muy arriesgado debido al aumento de los casos de esta enfermedad, por lo que la UAGro ya notificó a la comunidad universitaria de esta decisión.

Este viernes, el mandatario estatal dará a conocer las medidas que se implementarán el próximo mes para continuar la lucha contra el Covid-19, y anunció que seguiremos cerrados mínimo hasta el 15 de junio.

Por lo tanto, amable lector, nos quedan dos semanas fuertes, porque se trata del pico de la pandemia. Veremos de todo. Muchos contagios, pero también muchas muertes, porque siendo la infección por Covid-19 un padecimiento sin cura ni vacuna, la sobrevivencia dependerá de cada individuo, pero también de la disponibilidad de hospitales y de la oportuna intervención médica.

Sabemos que, desafortunadamente, a diferencia de otros países, en México está muriendo gente joven, porque 9 de cada 10 mexicanos tenemos sobrepeso, lo cual es una condicionante grave ante el Covid-19.

Pero no nos demos por vencidos. Hemos estado conociendo de casos de ancianos que están superando la enfermedad, y nuestro deseo es que los índices de mortalidad sean mínimos.

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