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SOS COSTA GRANDE

(Misael Tamayo Hernández, in memóriam)

Conforme se acerca la Fase 3 de la pandemia por Covid 19, el incremento de los contagios ya se resiente por todos lados, pues mientras en las principales ciudades de la entidad los casos se multiplican, en las cabeceras municipales pequeñas, aún las que están blindadas desde hace semanas, los casos brotan.

Poco a poco, el mapa de Guerrero que comenzó a finales de marzo con un punto rojo en Acapulco, fue modificándose. Hoy, quedan muy pocas zonas libres de la enfermedad, y aunque todavía se tienen muchos municipios libres de contagios, su cercanía e interacción con otros que ya lo registran los hace vulnerables.

Inexorablemente, el Covid fue tiñendo de rojo la entidad. Pese a ello, todavía hay gente que duda que la pandemia sea verdad. Es horrible, tenebroso, ver cómo reacciona en redes sociales los que poseen un teléfono inteligente y se pasean por Facebook y otros sitios a la espera de cualquier noticia de esta naturaleza para atacar no al gobierno, no a las autoridades, sino a los medios de comunicación.

Quizás creen que nos alegra difundir malas noticias. Todo lo contrario, quienes estamos al tanto de manera permanente ante la información que van emitiendo las diversas fuentes, somos los que más sometidos estamos al estrés que está generando esta pandemia.

Y el conflicto es doble, porque una vez que se hace pública la información, los miles de internautas que se mueven por pasiones y no por convicciones, comienzan a atacar, no a la fuente de información, sino al medio.

Y nos preguntamos, qué sería de la sociedad sin sus medios de comunicación formales, y todo estuviera a cargo de las redes sociales, porque como dicen en mi tierra, aunque el suelo está parejo, hay diferentes estaturas.

Creo que esta pandemia está colocando a todos en su lugar. A los que llevamos años en el oficio de informar, preparándonos para hacer el mejor papel que podamos, y a los medios improvisados. Periódicos de una sola persona, que están resolviéndolo todo desde un teléfono, pero sin sufrir por mantener un equipo de trabajo activo, investigando, preguntando, indagando, redactando, filmando, y ahora también compartido en redes, porque es la moda, pensando en que la gente agradecerá la noticia.

Pero también están siendo probados los lectores, porque están demostrando que el pertenecer a una red social no necesariamente los hace más sabios ni más prudentes. Todo lo contrario, el exceso de información improvisada en las redes está causando un efecto boomerang entre la población, que a estas alturas cree y no cree que el Covid-19 exista.

Las propias autoridades se están enfrentando a esta realidad, y quizás por eso el gobernador de Michoacán tuvo que imponer un toque de queda, aunque fue acusado de violar las garantías constitucionales.

Este jueves, comienza en Acapulco el programa hoy no circula, copia del que está vigente en la Ciudad de México, para reducir la movilidad en la ciudad que es la que registra la mitad de todos los casos de esta entidad.

Llegará un momento, incluso, en que se tenga que recurrir a la fuerza pública para obligar a la gente a quedarse en casa, pues vienen dos o tres semanas de contagios masivos.

Se considera, por ejemplo, que para el 15 de mayo Guerrero podrá tener hasta 1,200 casos positivos, y las muertes que corresponden al 9 o 10 por ciento de letalidad (120).

Volviendo al tema, la incredulidad de la población es abrumadora. La peste viene desde China, pasando por Europa y Estados Unidos, pero no dan crédito en que en este país puede suceder algo parecido.

A estas alturas, la gente ya no aguanta los cierres de negocios y el encierro, y comienza a haber manifestaciones en busca de apoyo.

En resumen, viene un periodo de mucha oscuridad. Habrá muchos contagios y muchas muertes. De nosotros depende que ese impacto sea menor.

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