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SOS COSTA GRANDE

(Misael Tamayo Hernández, in memóriam)

Con miles de casos más de Covid en puerta, algo que no dice quien esto escribe, sino que es una advertencia de la Organización Panamericana de la Salud, en función de la experiencia de otras naciones, México llega a este momento con un gobierno que opera en solitario, desvinculado de los principales sectores de la sociedad.

Porque si bien el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, está ocupándose de los más necesitados, de los que menos oportunidades tienen -lo cual es correcto- no está actuando a futuro, para salvaguardar los activos productivos, que son los que le dan vida a la nación.

En este momento no se comprende esta realidad. Lo que quiere la gente en general, es resolver lo inmediato, el paso de la pandemia, porque piensan que al pasar la Fase 3 del Covid 19 todo volverá a ser como antes.

Pero no es así. El retorno a la normalidad no será automático ni rápido, y habrá sectores que tarden varios años en recuperarse, uno de ellos es el turístico, que subsiste de la movilidad de personas en busca de placer y descanso.

Pero, es obvio que la pandemia pegó a todos los países, incluidos los países ricos, que son los que más turistas despliegan cada año hacia los centros de recreo de países como México. En Europa están anunciando la pérdida de cientos de miles de empleos, por el el cierre de miles de negocios.

En Estados Unidos, a pesar de la multimillonaria inversión que anunció el presidente Trump para reactivar la economía, tampoco habrá retorno a la normalidad inmediatamente. De hecho, esta semana Trump firmó un decreto en el que suspende tanto la migración legal como la ilegal, por 60 días. Es decir, que durante dos meses nadie podrá entrar a ese país, ni tampoco se atenderán las solicitudes de asilo político, porque primero atenderá a los ciudadanos de su país.

Estados Unidos es el principal proveedor de visitantes a México, y podemos asegurar que tardarán el resto del año en medio componer sus actividades, considerando también que o porque ya pasó lo fuerte de la pandemia se acabaron los contagios. Esto es lo que la gente no comprende, que la Organización Mundial de la Salud ha dicho que el virus estará rondando en la tierra durante mucho tiempo, hasta que se encuentre una vacuna y hasta que la mayoría de la población tenga inmunidad.

De cuando en cuando, el Covid nos dará sorpresas y habrá que estar en alerta.

En nuestro caso, lo peor está por venir. Nos queda un mes de una tremenda prueba, tanto como gobierno y como sociedad. Pero sobre todo como sociedad, porque el gobierno lo único que hace es dar recomendaciones, decir quédense en casa, no salgan. O incluso procede a imponer sanciones y hasta cárcel, para quienes violen la cuarentena, como sucede en Michoacán y en Jalisco.

Pero lo grave es que no están dando alternativas, salvo las muy limitada despensas que, además, se están entregando únicamente a lo que ellos llaman “zonas pobres”.

Olvidan que en este momento todos somos pobres, porque todos dejamos de percibir recursos. Eso lo saben las personas que se desempeñan en la economía informal, que no tienen un patrón, sino que son su propio patrón. Son gente autoempleada, que trabaja para sobrevivir por su cuenta, sin depender de un trabajo remunerado.

Conozco a muchos de ellos con buenas casas, coches, porque se desempeñan en la calle, no pagan impuestos, pagan el salario mínimo a sus empleados, y por lo tanto sus ganancias son buenas y pueden invertir.

En cambio, conozco también a gente que aparentemente tiene un negocio, pero que vive para pagar sueldos, impuestos al gobierno federal, al gobierno estatal, al municipio, luz, agua, teléfono, gasolinas y refacciones, etcétera.

Los retos para la economía formal son en este momento mucho más graves y de mayor tamaño que para la economía informal.

Por otra parte, hablando de la recuperación pos-pandemia, el país tampoco puede poner su mirada en las remesas de los migrantes, porque los economistas están advirtiendo que habrá una drástica caída de estos envíos de dinero a familias mexicanas, de hasta 20 por ciento.

Estamos hablando de miles de millones de pesos que las familias de este lado de la frontera sur ya no recibirán, pero que eran una importante inyección de recursos a la economía nacional.

Líderes empresariales de Guerrero, previendo la difícil situación, se reunieron para solicitar apoyos de los tres niveles de gobierno; por ejemplo, que se les permita no pagar los impuestos que se generen durante la pandemia, y que además se les permita tener acceso a créditos blandos. Incluso están dispuestos a que el gobierno les preste directamente, sin intervención del a banca privada, y pagar ellos el dinero con los correspondientes intereses, para acortar la ruta de acceso al dinero y para que el beneficio de los créditos quede en el estado, y para que sea una fuente de refinanciamiento para el gobierno.

Hasta ahora, sin embargo, nadie ha dado respuesta a este planteamiento.

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