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SOS COSTA GRANDE

(Misael Tamayo Hernández, in memóriam)

El Covid-19 avanza en el estado, y está ya presente en 5 municipios, con 21 casos confirmados, de acuerdo con lo que el secretario de Salud, Carlos de la Peña Pintos, anunció ayer jueves por la mañana, apenas unas horas después de que el gobernador Héctor Astudillo Flores decretó el cierre de las playas de la entidad.

De hecho, habría sido por el caso registrado en San Marcos, el municipio de entrada a la región de la Costa Chica, así como el incremento de casos en Acapulco, que el gobernador determinó cerrar las playas de la entidad, por recomendación del gobierno federal, y como un acto de corresponsabilidad del gobierno estatal.

Falta ver qué harán los gobiernos municipales para garantizar que esta disposición se cumpla; pero, sobre todo, para que el plan de emergencia nacional no aborte en el ámbito municipal, donde el control de comercios de todo tipo recae precisamente en los ayuntamientos.

En este momento, sólo faltan las regiones de Costa Grande y de Tierra Caliente por registrar casos, pues ya se tienen en Acapulco, Chilpancingo (Zona Centro); Tixtla (Montaña); Taxco (Zona Norte) y San Marcos (Costa Chica).

La decisión del gobernador para cerrar playas es algo muy doloroso, pues de acuerdo con líderes de comerciantes, eso deja a unas 100 mil familias que viven de los servicios turísticos, sin opciones de ingresos durante todo el mes de abril. Y esto, si es que se consigue bajar la curva de contagios y evitar que la Fase 3 nos pegue como sucede en Estados Unidos, donde ya se tienen cerca de 200 mil casos y tan sólo ayer murieron 1179 personas.

Además, el gobierno de Estados Unidos reconoce la pérdida de 6.6 millones de empleos por el cierre de negocios. Por lo menos ese país prepara un multimillonario paquete de apoyo para levantar su economía, algo que en México no va a suceder, al menos no en esa proporción.

Los empresarios de la micro, pequeña y mediana empresa están dando voces de auxilio, pero será hasta el domingo que el presidente Andrés Manuel López Obrador anuncie el plan de rescate económico de su gobierno, aunque en definitiva ha dicho que no rescatará a los empresarios, que se tienen que pagar impuestos y hacer las declaraciones anuales, pues precisamente de ello se tomarán recursos para hacer frente a la pandemia.

Volviendo al tema, el Covid en Guerrero avanza inexorablemente y aunque éramos de las entidades con menos casos, de miércoles para jueves se sumaron 5, incluido el de San Marcos, que se integra a los municipios con casos confirmados.

Es una pena que eso suceda para una región que junto con la Montaña constituyen las dos más pobres del estado de Guerrero, que a su vez es de los dos estados más pobres del país, junto con Oaxaca.

Recordemos que Costa Chica acusa un severo rezago en su desarrollo, porque durante muchos años formaba parte de Acapulco como región económica, y las inversiones y servicios eran absorbidos por el puerto, dejando a los 15 municipios costachiquenses como meros proveedores de diversos productos. Además, esa región carece de un polo de desarrollo como lo tenemos en la Costa Grande, en Zihuatanejo.

Poco a poco esa zona se ha ido vistiendo de servicios, pero el de salud y educación es uno de los más deficientes. Leíamos, por ejemplo, que en el hospital de Ometepec se tienen dos ventiladores para ayudar a las personas que padecen insuficiencia respiratoria, pero los dos están descompuestos.

En general, la Costa Chica depende casi en todo de Acapulco, y por eso la fuerte movilidad entre ambas regiones. No es de extrañar, entonces, que el contagio haya seguido la ruta hacia San Marcos, municipio colindante con Acapulco, pues el puerto es en este momento el municipio más afectado.

Le añadimos que la Costa Chica es zona de paso de migrantes, y tiene una amplia interacción con la costa de Oaxaca, donde también ya se tienen casos registrados.

Y aunque todas las zonas son vulnerables, decíamos que la Costa Chica y la Montaña lo son sobremanera, y donde el gobierno estatal y los gobiernos municipales deberán ser muy estrictos en el cumplimiento de las reglas de control.

El Covid-19, que hace unas semanas veíamos como algo lejano, ya está a la puerta. La orden sigue siendo “quédate en casa”.

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