SOS COSTA GRANDE

 (Misael Tamayo Hernández, in memóriam)

Está declarada la emergencia por Covid-19 en México, y comienzan las restricciones por decreto presidencial. A partir de este 1 de abril, adultos mayores, diabéticos, hipertensos y embarazadas tienen prohibido salir a la calle, deben permanecer en casa, aunque hagan labores esenciales.

Anoche, el secretario y el subsecretario de Salud en el país, junto con el canciller Marcelo Ebrard, anunciaron la decisión que se tomó al medio día, por el Consejo Nacional de Salubridad, para decretar el estado de emergencia por coronavirus en el país.

Esto orilló al gobierno federal a emitir un decreto que es de cumplimiento obligatorio, y que incluye el paro de las labores no esenciales hasta nuevo aviso, tanto en el gobierno federal, estatal y municipal, así como en la iniciativa privada.

El decreto incluye una serie de medidas que tienen ya carácter obligatorio. Es decir, que el “Quédate en casa” se convierte desde ahora en algo oficial, no es algo que se pueda dejar al libre albedrío de la gente.

Por ahora, están comenzando con un obligatorio “Quédate en casa” para grupos vulnerables, pero que en algún momento será para todos.

Lo cierto es que México se acerca a la hora cero, a la hora decisiva, que será cuando todo se detenga.

Si no logramos en estos días reducir la línea de contagios, antes del 30 de abril, el caos está a la puerta.

Sí, amable lector. Sabemos lo que está pensando. ¿Qué comeremos? El gobierno está decretando la suspensión de actividades, pero aún no hay nada concreto en lo económico, salvo medidas para aliviar la falta de dinero en los ancianos, así como un millón de micro-créditos para las personas que se desempeñan en la economía informal.

Para los negocios establecidos, no hay nada. Y la verdad es que todos vamos al día. Lo peor es que, contrario a un ciudadano común, los micro y pequeños empresarios tenemos una nómina de empleados que pagar, créditos que solventar, y muchos años de lidiar con un entorno económico agresivo.

De hecho, el Covid 19 es solamente un nuevo elemento de estrés económico, solamente algo que se viene a sumar a todos los problemas que ya de por sí este sector económico padece, en todos los rubros; llámese restaurante, hoteles, madererías, etcétera.

El gobierno del estado anunció un plan de apoyos económicos que, igualmente, no contempla a los micro y pequeños empresarios, sino sólo a los sectores que viven de la economía informal, así como la adquisición de maíz para subsidiar a la industria de la masa y la tortilla, a fin de mantener a precios accesibles estos productos.

Las micro y pequeñas empresas están ante la amenaza de la quiebra, con el gobierno encima cobrando los impuestos, además.

¿Qué haremos? ¿Se trata de elegir entre la vida y la muerte? Pero ni siquiera de eso. Porque aunque algún negocio quisiera abrir y mantenerse, aun tomando todas las medidas necesarias, será en vano porque las calles están vacías, no hay gente que consuma, compre o venda.

En este momento todavía podemos contar algo de ingresos, pero conforme pase el tiempo, y la gente vaya acatando el llamado a mantenerse en casa, lo demás irá muriendo por añadidura.

Esta pandemia va a ser larga, las siguientes dos semanas serán importantes, serán el pico de la ola de contagios siempre y cuando se puede controlar este problema.

Si no lo logramos, amable lector, el 1 de mayo estaremos contando otra historia.

Se insiste en la sana distancia. El virus no puede viajar a más de un metro en las gotas de saliva del que habla o estornuda. Y lavarse las manos con jabón constantemente, porque al caer el virus en las superficies, ahí permanece por algún tiempo.

Ojo con el dinero, con las llaves de la casa y autos, con el celular, con las zuelas de los zapatos. Cada quien debe tener un espacio para sanitizarse antes de entrar a su casa.

El dinero se recomienda lavarlo en agua y jabón antes de tocarlo. O si alguien está cobrando y tocando dinero constantemente, necesita lavarse las manos muy seguidamente.

La OMS ya declaró que el virus no se transmite por excremento ni por el aire, por lo cual no es necesario usar cubrebocas, a menos que esté frente a un enfermo de manera recurrente, como médicos, enfermeras, o los vendedores de productos en general, que tienen que tener contacto directo con personas.

Sólo se necesita un poco de disciplina, para cambiar nuestros hábitos. Porque la mala noticia es que el Covid-19 llegó para quedarse, y mientras no haya una vacuna disponible, el mundo seguirá en jaque.

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