SOS COSTA GRANDE

 (Misael Tamayo Hernández, in memóriam)

Ahora que la muerte de mujeres se ha convertido en un deporte nacional, la Fiscalía General de la República está proponiendo que se incrementen las penas de cárcel hasta 70 años para cualquiera que ose asesinar a una mujer, independientemente de si se cumplen o no los requisitos del feminicidio.

“Si simplemente se tipifica y se mantiene el delito de feminicidio como un homicidio en contra de una mujer; este feminicidio debe tener el agravante y la penalidad más alta, que debe ser de 40 a 70 años; que es superior a la que actualmente se aplica en cualquier delito de homicidio calificado o agravado”, explicó el fiscal Alejandro Gertz Manero, durante su comparecencia en la Cámara de Diputados, donde reconoció que la alerta de género no resolvió este problema, sino todo lo contrario.

Gertz propuso de entrada que se le quitara la etiqueta de “feminicidio” al asesinato de una mujer, y es dejara tal cual, pero los grupos defensores de los derechos de las mujeres a vivir libre de violencia de género, no estuvieron de acuerdo.

Sin embargo, creo que es lo ideal, porque actualmente el feminicidio está considerado en los Códigos Penales de 28 entidades federativas y en el régimen federal, pero con muchos requisitos; es decir, para tipificarlo como tal, se imponen siete condiciones, requisitos y circunstancias, “que complican inútilmente su judicialización”, dijo el fiscal.

La urgencia de combatir este delito, no tanto con protocolos de concientización y alertas de género, es porque de 2012 a la fecha, el feminicidio aumentó 137.5 por ciento, de acuerdo con datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad. Esto mayor que todos los demás delitos, y por lo tanto urge que se tomen medidas apremiantes para contenerlo.

Para Gertz Manero, la tipificación del asesinato de una mujer se vendió como la panacea contra este delito, pero ha resultado todo lo contrario.

Sobre todo, resulta casi imposible hacer justicia en estos casos. Primero, porque para imputarle al asesino este delito, se tienen que cumplir los requisitos previstos en la ley, en los que se demuestre que se trató de un crimen de odio contra la mujer; es decir, que se le mató sólo por ser mujer y no por cualquier otra causa.

Entonces, su propuesta de “desfeminizar” el feminicidio, válganos la expresión, es para acelerar los procesos judiciales y en contraparte ofrece elevar las condenas para los asesinos de mujeres hasta 70 años.

Si se cumple esta premisa planteada por Gertz Manero, entonces el homicida de una mujer (vámonos sumando a la desfeminización de este delito), simplemente moriría en la cárcel, lo cual me parece perfecto.

El funcionario detalló: “Es verdaderamente preocupante. Nos cuesta más trabajo a nosotros consignar y judicializar un delito de feminicidio que un delito de homicidio; entonces se vendió eso como que iba a ser la panacea que iba a resolver el problema del abuso frente a las mujeres, y resulta que ahora es lo contrario”.

Lo que propone Gerts Manero, en concreto, es que el feminicidio se plantee como un “homicidio con agravantes”. De este modo, las condiciones para judicializar o para consignar al homicida, serían mucho más fáciles que ahora.

Y sí, tiene razón. Simplemente en el caso de los medios de comunicación, cualquier muerte de mujer, consideramos que es un feminicidio y la publicamos como tal, pero no es así. De hecho, fiscales y MPs nos piden que no manejemos ese término, hasta que la autoridad determine si realmente lo fue, o si entra en el esquema de un homicidio común.

La verdad es que las feministas defensoras de la paz para las mujeres deben tomarle la palabra al fiscal. Digo, si es que lo que quieren es justicia y contener este cáncer. Porque si lo que quieren es seguir luciéndose en foros y exponiendo el problema, señalando con dedo flamígero la ineptitud de las autoridades, al mismo tiempo que obstruyen sus posibles soluciones, pues como decían en mi rancho, “en su salud lo hallarán”.

Los números son fríos. Cada día mueren más mujeres, y la justicia está atorada. El fiscal está exponiendo en dónde realmente radica el problema. Lo que sigue es buscar soluciones.

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