SOS COSTA GRANDE

 (Misael Tamayo Hernández, in memóriam)

Dan pena ajena los Fox, Vicente y Marta. Tras la desgracia de Felipe Calderón, al caer el hombre fuerte de su sexenio, y al trascender que Hacienda investiga a la “pareja presidencial” (así les gustaba a Vicente y a su Martuchis que les dijeran), por fraude fiscal, el guanajuatense se exhibió en toda su bajeza en estos días, cuando retomó sus habituales tuitazos, pero ahora ya no para confrontarse con el presidente Andrés Manuel López Obrador, sino para elogiarlo y para aplaudirle.

¿Creerá Fox que “Lopitos –como a él le gusta decirle al presidente- cambiará de opinión sólo porque ahora le eche porras?

AMLO ya dijo claramente lo que hizo Fox en su sexenio, además de liberar a Joaquín Guzmán Loera, alias El Chapo Guzmán, de la cárcel de Puente Grande, Jalisco. Diría el presidente que lo único que hicieron Vicente y Marta Sahagún fue “salir de pobres”.

Y así fue. Una información presentada este día por el medio digital Sinembargo, con base en documentos de la Unidad de Inteligencia Financiera de Hacienda, los Fox dejaron el poder, pero continuaron jalando recursos tanto del sector público, como del sector privado nacional e internacional, para sus organizaciones no gubernamentales, pero en la más completa opacidad administrativa y fiscal.

“Entre 2007 y 2018, percibieron 583 millones 876 mil 822, a un ritmo de 37 millones 671 mil 965 pesos por año”, cita el reportaje.

¿De dónde llegó ese dinero, y en qué se gastó? Todo eso tendrán que explicarlo ahora Fox y su Martuchis.

Del Estado tenían seguridad y la pensión vitalicia que se les asignaba a los expresidentes y luego a sus viudas, hasta su muerte, así como donativos.

Pero los Fox no actuaban solos. Para eso están los hijos de Martha Sahagún y también los adoptados de Vicente Fox, Vicentillo y Rodrigo Fox de la Concha, haciendo una verdadera pandilla de vivales.

De los primeros se dice que eran socios del chino Zhenly Ye Gong en el negocio del tráfico del precursor de las metanfetaminas, y que el dinero que se le confiscó a éste era en realidad de los hijos de Marta.

Y a Rodrigo Fox de la Concha se le investiga por presunto fraude fiscal, para lo cual 13 empresas de los Fox están en revisión.

No es pare menos que Vicente haya cambiado de la noche a la mañana, y que ahora sea puro amor hacia AMLO y su Cuarta Transformación, pues no había un día en que no le espetera y refutara sus iniciativas.

Pero esto no es nuevo. Algo similar hizo Fox cuando decidió apoyar a Enrique Peña Nieto en las elecciones de 2012, y no a la candidata de su partido, Josefina Vázquez Mota. El hombre que fue el primer gobernante de la derecha se alió con el PRI, y apenas hace unos días reapareció ante estudiantes universitarios, ante quienes aclaró que ya no forma parte del PAN, pero que está dispuesto a trabajar por su fortalecimiento.

¿De verdad? Habría que preguntarles ahora a los panistas si quieren seguir con este lastre o caminar solos, pues les sería más beneficioso deslindarse de estos dos gandallas, que llevaron a México a la peor de las pobrezas e inseguridad.

Los mexicanos nos preguntamos dónde está la justicia, y por qué estos sujetos siguen libres, todavía haciendo política de baja calaña.

Al menos Felipe tuvo la vergüenza de renunciar al PAN en el marco de la campaña de 2018, pero con la intención de posicionar a su mujer. Ambos, Felipe y Margarita –que se sabe ya no son esposos- están empeñados en crear un nuevo partido político denominado México Libre.

Tras la caída de Genaro García Luna, ex titular de la Secretaría de Seguridad Pública federal en tiempos de Felipe Calderón, y la evidencia de que fue aliado del Cartel de Sinaloa, la gente está pidiendo que no se le entregue su registro a ese partido, pues en efecto sería una doble estocada al pueblo mexicano. Y de verdad lo sería. Tantas muertes, tantos desaparecidos, tanta impunidad, es la cauda que arrastrará México Libre, y hasta el nombrecito que eligieron ofende.

Ni Felipe ni Fox tendrán descanso en esta patria. Como a Caín, la tierra que un día gobernaron los vomita, y ellos tendrán que cargar con esa maldición.

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