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SOS COSTA GRANDE

 (Misael Tamayo Hernández, in memóriam)

A diferencia de lo que sucedió a nivel nacional, cuando se aprobó en la Cámara de Diputados el presupuesto de 2020 para el país –momento que fue cardiaco para Morena por la toma del recinto legislativo y las quejas de la oposición- este fin de semana se aprobó el presupuesto de Guerrero para el próximo año, sin grandes espavientos.

Más bien, se trató de un proceso aterciopelado, demasiado si consideramos que la mayoría en el Congreso local la tiene Morena, partido que bien pudo hacer cambios y reasignaciones a su antojo.

Todo lo contrario, los morenistas se portaron muy decentes y solidarios con el gobernador Héctor Astudillo Flores, cuyo equipo de Finanzas hizo un presupuesto acorde a las necesidades de la administración, pues recordemos que el gobernador en sus giras por la entidad suele hacer compromisos, que bien pudieron cambiarle los legisladores, ya que les asiste ese derecho.

Se esperaba, por ejemplo, que los diputados detectaran aquellos compromisos que tienen una buena carga política –entiéndase “quedar bien”- para reorientarlos a áreas más sensibles.

Pero nada. Al contrario, este proceso fue mucho menos traumáticos que en la era perredista. Recuerdo, por ejemplo, que cuando Zeferino Torreblanca necesitó del voto de los diputados para la aprobación de su presupuesto en 2008, el finado Armando Chavarría encabezaba a la poderosa bancada amarilla, y de inmediato le puso precio a cada voto. Incluso pidió negociar directamente con el gobernador a nombre de todos sus representados. Y como también Zeferino era de pocas pulgas y de armas tomar, pues aquel encontronazo fue de antología.

Es decir, que a cambio de la aprobación del presupuesto anual en los términos que lo planteaba el gobernador, los diputados vendían su voto al mejor postor. Entonces, los enviados del mandatario tenían que hacer una intensiva labor de conven$imiento (así con signo de pesos), para conseguir su objetivo. Una vez lograda la mayoría de votos, los votos contrarios ya no importaban. Y los opositores a ultranza sabían que nada les tocaría, así que eran los primeros en apuntarse al “chayote político”, válgase la expresión. Así es, no sólo los periodistas cobran chayote, también los políticos son como la Aventurera, se venden al mejor postor.

Esto era tan grave, que se decía que cada voto le costaba al gobernador en turno 1 millón de pesos, o más cuando se trataba de jefes de bancada o políticos con influencia.

También se usaba que a cada diputado se le reservaban varios millones de pesos para sus “bestiones”, dinero que ejercían a su antojo, sin vigilancia de parte de la Auditoría.

¿O por qué cree usted, amable lector, que Morena entró en un proceso de degradación muy vergonzoso en el Congreso? Pues porque está de por medio no sólo el presupuesto que maneja el Poder Legislativo, sino precisamente este tipo de negociaciones, en torno a las leyes de ingresos y al presupuesto anual, que es de lo más jugoso, según se escucha decir en los corrillos políticos.

De hecho, tanto el secretario de Finanzas, Tulio Pérez Calvo, como el subsecretario, estuvieron muy activos en el Congreso, siguiendo de cerca este proceso de aprobación del presupuesto. Para ello celebraron reuniones a puerta cerrada con cada bancada, pues se trataba de adecuar el presupuesto para reasignar los 200 millones de pesos que le toca poner al estado en el programa La Escuela es Nuestra, y que viene a sustituir al programa Escuelas al 100.

El proceso de aprobación les salió “planchadito”, y eso le complació al gobernador Héctor Astudillo. No es que no haya habido cambios al plan original; sí los hubo, pero controlados desde el Poder Ejecutivo y a petición de éste.

La entidad a ejercer en 2020 será de 61 mil 806 millones 7 pesos, que serán distribuidos como sigue: Salud, 109 millones de pesos; Educación (infraestructura educativa) 572 millones, ya incluidos los 200 millones de “La Escuela es Nuestra”.

Para la infraestructura carretera se asignaron 590 millones de pesos, en infraestructura hidráulica 398 millones, en Desarrollo Social 321 millones y para el campo, con inversión estatal habrá 340 millones de pesos.

El gobernador se dijo complacido porque al no haber cambios severos, se podrá hacer obra en los 81 municipios de la entidad, lo cual era su preocupación.

Además, se mantienen los programas sociales de su gobierno, como Un Cuarto Más, Pensión Guerrero, Apoyos a Madres Solteras, Discapacitados, Alerta de Género y Combate a la Corrupción. Sin embargo, desaparecerán otros como el de Estufas ecológicas, que ya será eliminado.

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