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SOS COSTA GRANDE

 (Misael Tamayo Hernández, in memóriam)

René Bejarano Martínez, ex líder de la corriente perredista Izquierda Democrática Nacional (IDN), y actual líder del Movimiento Nacional de la Esperanza, que en la pasada elección apoyó el proyecto de Andrés Manuel López Obrador, anunció ayer la adhesión a este grupo político de unos 110 mil militantes de diversos partidos políticos, que dejarán su militancia actual para incluirse en una organización que si bien tiene intereses políticos, opera desde el ámbito civil.

Esto significa que el proceso electoral de julio del año pasado, no ha terminado de modificar el mapa político del país, ni tampoco de hacer mella en los partidos políticos mayores, que definitivamente perdieron tanto que ahora buscan sumarse en una gran coalición opositora. En Guerrero, por ejemplo, esa iniciativa proviene del PRD, que busca una alianza con el PRI, para competir por la gubernatura en 2021.

Ahora bien, el líder del PRD en Guerrero, Ricardo Barrientos Ríos, justifica que la alianza que están trabando ser hará con el ala izquierda del PRI, que eventualmente estará en desacuerdo con la postulación que haga el partido como tal en la siguiente elección para gobernador.

Esto es grave porque entonces significa que el PRD está promoviendo una desbandada del PRI hacia la coalición que pretende encabezar el mismo partido amarillo.

Eso un poco arriesgado y complicado pero no difícil de lograr, sobre todo cuando va de por medio la promesa de mantener el poder, aunque sea compartido apoyando a un perredista, que por ahora no se vislumbra quién pudiera abanderar esta gran coalición.

Porque siempre está la opción de que sea un priísta, que se meta por el PRD como “externo”, al fin que ya es común que eso suceda, que se arreglen los escenarios políticos, y se perviertan de tanto manipularlos. Cuando no hay buen pan, buena es la semita, dicen los calentanos.

Cruzando información, haciendo trenzas informativas –como solía decir un gran maestro del periodismo-, leyendo entre líneas, nos damos cuenta que lo que anuncia Bejarano es una realidad: el PRD se está derechizando, y la gente que aún conserva los ideales de izquierda se irá desplazando. Esto significa que en los próximos meses y todavía acercándose la siguiente elección estatal –que se empatarán con la elección legislativa federal-, veremos una sangría mayor y tal vez más agresiva en las filas perredistas.

¿Se van a Morena entonces? No. La opción que les ofrece Bejarano es hacer actividad política desde su organización, que es apartidista y aglutina a gente de varios institutos políticos, una extraña mezcla de militancias, que coinciden en un solo punto: evitar la contaminación de los escenarios políticos y la manipulación del electorado.

Pues bien, decíamos que cada militante del MNE decidirá de manera personal si hace vida partidista, y solicitará por su cuenta propia su adhesión a algún partido, pero sin dejar de pertenecer al grupo de Bejarano.

Recordemos que en Morena no hay corrientes ni grupos políticos, están prohibidos expresamente en sus estatutos. Por lo tanto, la jugada consistirá en crear organismos civiles que en su momento puedan meter personas a los partidos, para ir ganando espacios de elección popular, sobre todo en apoyo del presidente Andrés Manuel López Obrador.

Lo que busca Bejarano es que para 2021, la Cámara de Diputados no caiga en manos de la oposición, ya que eso debilitaría al gobierno federal de AMLO, dificultando la actividad legislativa, que es la base de movilidad para el poder ejecutivo.

Una red de organizaciones sociales, que a su vez representen una opción para los desencantados de otros partidos, parece ser la opción.

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