SOS COSTA GRANDE

 (Misael Tamayo Hernández, in memóriam)

Fracasan los nuevos intentos por crear partidos políticos nacionales. A cuatro meses de que concluya el plazo para conformar nuevos partidos, Redes Sociales Progresistas, de Elba Esther Gordillo, y la nueva versión de Encuentro Solidario, son los únicos que presentan un avance importante que les permita obtener el registro.

El proyecto que de plano está rezagado es el del ex presidente Felipe Calderón y Margarita Zavala. De acuerdo con el último reporte del Instituto Nacional Electoral (INE), la agrupación denominada México Libre registra un avance marginal con apenas 34 asambleas distritales de las 200 que requiere y sólo el 13 por ciento de los afiliados necesarios. De modo que en los 4 meses restantes difícilmente cumplirán las metas planteadas y exigidas por la autoridad electoral.

De ahí se entiende la preocupación de Calderón por crear un partido satélite, que se alimente de los grupos desperdigados de los partidos tradicionales, así como de organizaciones sociales que no han participado en política, y cuyos líderes están en espera de una oportunidad.

Otra de las organizaciones que parece no repunta es la nueva versión de Panal, que ya sin Elba Esther Gordillo apenas ha logrado celebrar 17 asambleas y afiliar a poco más de 26 mil adeptos.

Fundación Alternativa, del ex priista César Augusto Santiago, ocupa el tercer lugar de los que más avance presentan; sin embargo, todavía tiene pendientes 143 asambleas por celebrar y por juntar a más de 200 mil simpatizantes.

Otro de los partidos que pretendía resurgir en esta ocasión era el Humanista; no obstante, desde enero a la fecha sólo han organizado 12 asambleas y únicamente han juntado 7 mil 301 afiliados.

Cabe recordar que hubo 80 solicitudes de registro para nuevos partidos en México, pero solamente 17 de ellas han estado realizando acciones tendientes a cumplir las metas. Y de todas, únicamente 2 parece que tienen la aceptación necesaria entre la población, para obtener su registro como partido.

A ellos se suman 13 más que decidieron desistir, además de que la autoridad electoral rechazó la solicitud de 13 organizaciones más para iniciar las asambleas y afiliar ciudadanos.

Este proceso de registro dura un año. Los interesados ya gastaron 8 meses de su tiempo y no avanzan. Se nota el nerviosismo del sistema de control electoral, porque además está la exigencia del presidente de la República para que los partidos renuncien por lo menos a 50 por ciento de sus prerrogativas, considerando que no se puede tener un pueblo pobre con partidos ricos.

El mismo Morena, partido que llevó al poder a Andrés Manuel López Obrador, analiza renunciar a 75 por ciento de su presupuesto, para quedar en igualdad de circunstancias de sus opositores, pues al ser el partido mejor votado en las elecciones de 2018, aun cuando sólo tuviera 50 por ciento del presupuesto que le corresponde, quedaría con el doble de recursos que el PAN, su más cercano competidor.

Inexorablemente, la clase política se está dando cuenta de que algo cambió al seno de la sociedad. No es que  nadie les esté coartando su libertad constitucional de libre asociación, sino que la gente simplemente no está ya en la dinámica de asistir a donde le llamen.

El fracaso rotuno de los Calderón-Zavala, es emblemático, pues tratándose de un ex presidente de la República, cualquiera pensaría que tiene arrastre suficiente y poder de convocatoria. La realidad es todo lo contrario. Parece que nadie quiere saber de este matrimonio, salvo sus cercanos colaboradores.

El drama es tan grande, que el PAN acaba de pedirle al INE que suspenda los spots que el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, está sacando mediante sus redes sociales previo a su primer informe de gobierno, argumentando de que se trata de una clara campaña personal, y no como mandatario del país.

Lo que es peor, los panistas piden en su demanda que también se cancele el mensaje que el presidente tiene programado dar el 1 de septiembre desde Palacio Nacional, porque eso no es constitucional, aunque todos los presidentes han ido al Congreso de la Unión, a cumplir con el protocolo constitucional, y posteriormente sostienen reuniones con invitados de todos los sectores en el recinto sede del Ejecutivo.

Si usted pensaba, amable lector, que los partidos se recuperan, entérese de esto. Al contrario, van en picada, y el miedo los paraliza.

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