(Misael Tamayo Hernández, in memóriam)
Se va el titular de Hacienda. Carlos Manuel Urzúa Macías es el tercer funcionario que en siete meses de gobierno se retiran de la administración federal que encabeza Andrés Manuel López Obrador. Primero, salió Josefa González Blanco Ortiz Meza, titular de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat; después Germán Martínez Cázares, director general del IMSS, el 21 de mayo, y finalmente Urzúa Macías el día de ayer.
El ex secretario presentó su carta de renuncia a la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, en la que expone las razones de su salida de la dependencia más importante del gabinete económico del gobierno federal.
Primero, destaca que se han tomado políticas públicas sin sustento. “Discrepancias en materia económica hubo muchas. Algunas de ellas porque en esta administración se han tomado decisiones de política pública sin el suficiente sustento. Estoy convencido de que toda la política económica debe realizarse con base en evidencia, cuidando los diversos efectos que esta pueda tener y libre de todo extremismo, sea este de derecha o izquierda. Sin embargo, durante mi gestión las convicciones no encontraron eco”, señaló en el texto.
Pero también se quejó por imposiciones de gente inepta en su organigrama, que favorece a recomendados de influyentes del actual gobierno, sin decir nombres.
“Me resultó inaceptable la imposición de funcionarios que no tienen conocimiento de la Hacienda Pública. Esto fue motivado por personajes influyentes del actual gobierno con un patente conflicto de interés”, dijo.
Qué interesante. Se supone que los morenistas sostuvieron durante su campaña y aún durante este gobierno que este asunto de las recomendaciones, gestiones y moches terminaría de tajo, pues estábamos ante un proyecto de transformación nacional, lo cual implica la restauración de los valores primordiales de la política.
Pero ahora nos enteramos de que sigue la pugna soterrada por el poder, y aunque ya se había denunciado de otras maneras que los morenistas estaban abusando de sus atribuciones, cayendo en actos de nepotismo, eso aún no es aceptado públicamente por el presidente de la República, quien insiste en que está encabezando un gobierno transparente, al grado de que puede ponerse en vitrina.
Pero todos conocemos lo que deriva del ejercicio del poder. El dinero no es lo único en el mundo que es capaz de transformar la mente y el corazón humanos. El poder en sí mismo ya es seductor. Conozco historias de personas que lo tienen todo, dinero a raudales, pero son capaces de entregar su fortuna a cambio de un espacio de poder.
¿Cuál es la seducción del poder entonces? El control, el mando, la necesidad de que le llamen “Señor”, la urgencia de la fama.
Hay un dicho popular que dice que al hombre lo pierden tres cosas: la fama, la lana y la dama. Y si AMLO no se apura, sus funcionarios le amargarán la miel de los coacoyules.
Por supuesto que la renuncia del secretario de Hacienda hizo estragos en el mundillo financiero. De entrada, en pocos minutos el peso borró las ganancias que llevaba en el día de más de 0.5% y se hundió 2.25%, a 19.3400 por dólar, su nivel más débil desde finales de mayo.
A su vez, la Bolsa Mexicana de Valores (BMV) extendió una caída de más de 1.2% y opera en torno a los 43,000 puntos.
¿Quién sustituye a Urzúa? El subsecretario de Hacienda, Arturo Herrera, será a partir de hoy el titular de la dependencia, conforme lo anunció el presidente Andrés Manuel López Obrador.
¿Pero qué dice el presidente acerca de esto? En un video publicado en Facebook, el mandatario indicó que recibió la renuncia de Carlos Urzúa a su cargo de secretario, por no estar conforme con las decisiones que se están tomando en materia económica.
“Como se están llevando a cabo estos cambios, hay a veces la incomprensión o dudas y titubeos incluso al interior del gobierno, del mismo equipo. Por eso acepto la renuncia del secretario de Hacienda, a quien agradezco por su colaboración, por su apoyo y lo respeto”, afirmó secamente, para dar paso al nombramiento de Arturo Herrera.
El tiempo y un ganchito nos dirán a quién le asiste la razón, si al secretario o al presidente. Y no olvidamos a los infames secretarios de Hacienda del gobierno anterior, sobre todo al que nos recetó el gasolinazo y luego quiso ser presidente de la República. O al que renunció para ser canciller, habiendo dejado toda una estela de desfalcos a su paso, sobre todo en Pemex.