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SOS COSTA GRANDE

 (Misael Tamayo Hernández, in memóriam)

El caso Fertinal parece que hará agua en cualquier momento, pues Emilio Lozoya amenaza con entregar esta misma semana evidencias de que él no decidió la compra de esa empresa que era chatarra y que además estaba súper endeudada, provocando un severo quebranto a Petróleos Mexicanos.

“Dejaron sólo a Lozoya, es chivo expiatorio”,  dijo ayer en entrevista Javier Coello, abogado de Emilio Lozoya Austin.

Javier Coello informó que mañana miércoles Emilio Lozoya dará explicaciones del caso. “Se van a presentar documentos importantes y vamos a demostrar que Emilio Lozoya no compró Agronitrogenados“, explicó.

La estrategia del abogado, entonces, ya no es solamente la defensa de su cliente en el ámbito legal, sino también el contra-ataque en el ámbito mediático, para exculparlo, echando la responsabilidad sobre alguien más.

Todo apunta, pues, al ex presidente Enrique Peña Nieto, porque Coello en otras ocasiones ha dicho que nada se movía en Pemex sin la autorización del presidente de la república. Por este caso, cabe recordar, Peña Nieto tiene una denuncia en Estados Unidos, por haber recibido un soborno para autorizar la fraudulenta compra de Fertinal, algo que por supuesto el ex mandatario ya negó.

El abogado aseguró que hubo traición y deslealtad contra Emilio Lozoya. Y Coello hasta le dio la razón al presidente Andrés Manuel López Obrador, cuando denuncia todo lo que hicieron con Pemex, para saquearla y quebrarla.

Pues ¡wow! Estamos a punto de conocer detalles de todo el entramado de corrupción que se cebó sobre Pemex. Pero esto es lo de menos, porque Fertinal sólo representa un pequeño punto negro en medio de un cúmulo de problemas mayores, pues el presidente ha dicho que no sólo se trata de esta  empresa que antes era una paraestatal, sino de otras tantas que la iniciativa privada primero compró a precio de ganga al Estado, y luego el gobierno se las volvió a comprar cuando ya estaban en desuso, o produciendo a su mínima capacidad.

Lo que se observa es que Emilio Lozoya ya se le acabó su capacidad de maniobra, y dará un golpe de suerte. Está repegado contra las cuerdas, en espera de ser noqueado, pero aún se defiende, y de eso se encargará su abogado.

Quién diría que Lozoya haya logrado zafarse del escándalo de los sobornos de Odebretch, pero cayó por donde menos se esperaba.

Habría que tener reservas con lo que diga el abogado de Lozoya, claro está, porque tratará de echar el muerto sobre todos los funcionarios y secretarios que formaban parte del grupo de control de Pemex, entre ellos el de Energía, Pedro Joaquín Coldwell, el cual ya se lavó las manos y dijo que la compra de Fertinal se autorizó con base en avalúos que le fueron presentados de manera previa.

También involucrará a Peña Nieto, pero datos periodísticos revelan que el ex presidente no era el presidente del Consejo de Administración de Pemex, y que por lo tanto no hay documento alguno con su firma autorizando la compra de Fertinal, y mucho menos lo hay para acreditar que haya recibido algún soborno.

A menos que Coello logre tener a algún testigo del soborno, entonces por anticipado podemos augurar que está perdido en su maniobra. O, a menos que el propio Lozoya se haya curado en salud, y tenga evidencias que incriminen a su ex patrón y jefe político.

Para nosotros, es obvio que tratándose de un acto de corrupción, los puntos finos de la compra de Fertinal –como lo es el visto bueno de Peña Nieto- quedaron a salvo mediante los acuerdos en lo oscurito, que incluso suelen hacerse mediante terceros.

Y a menos que Lozoya tenga un haz bajo la manga, podrá hacer mucho ruido, pero romper pocas nueces. Y si es un chivo expiatorio, como dice Coello, con la novedad de que el chivo ya está amarrado, y el agua hirviendo en el fogón, en espera de su cabeza.

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