ALDO VALDEZ SEGURA
Duelo de alto poder y de alta exigencia física fue el que protagonizaron, Agua Pura y Atlas Zihua, se hicieron daño, causaron estragos en las porterías rivales, pero, no el suficiente para que hubiera un ganador, así que se vieron en la necesidad de repartirse los puntos que dejó la jornada número 10 de la liga municipal de futbol, la pizarra indicó un 3-3.
Se vieron las caras en el campo 2 de la unidad deportiva. Desde que el colegiado hizo sonar su eucarina, indicando el inicio de las emociones, ambas escuadras se fueron con todo al ataque en busca de las anotaciones, pero, no descuidaron su defensiva, estaban bien protegidos y cuando se retaguardia fue atacada, lograron alejar el peligro de su meta, por lo que se estaba viendo en el duelo, se esperó que el invitado de honor iba a brillar por su ausencia.
Conforme pasaron los minutos y por la intensidad que se estaba jugando, esto agregándole que el sol pegaba sin clemencia, los jugadores se cansaron, tuvieron que dejar espacios, si algo mostraron los gatilleros de ambos equipos, fue efectividad, estando frente al objetivo no perdonaron, sus fogonazos terminaron en la red del oponente.
ALDO VALDEZ SEGURA
Duelo de alto poder y de alta exigencia física fue el que protagonizaron, Agua Pura y Atlas Zihua, se hicieron daño, causaron estragos en las porterías rivales, pero, no el suficiente para que hubiera un ganador, así que se vieron en la necesidad de repartirse los puntos que dejó la jornada número 10 de la liga municipal de futbol, la pizarra indicó un 3-3.
Se vieron las caras en el campo 2 de la unidad deportiva. Desde que el colegiado hizo sonar su eucarina, indicando el inicio de las emociones, ambas escuadras se fueron con todo al ataque en busca de las anotaciones, pero, no descuidaron su defensiva, estaban bien protegidos y cuando se retaguardia fue atacada, lograron alejar el peligro de su meta, por lo que se estaba viendo en el duelo, se esperó que el invitado de honor iba a brillar por su ausencia.
Conforme pasaron los minutos y por la intensidad que se estaba jugando, esto agregándole que el sol pegaba sin clemencia, los jugadores se cansaron, tuvieron que dejar espacios, si algo mostraron los gatilleros de ambos equipos, fue efectividad, estando frente al objetivo no perdonaron, sus fogonazos terminaron en la red del oponente.