Ricardo Castillo Barrientos
Año con año y en cada temporada vacacional de Semana Santa y Verano, la Comisión Federal para la Protección de Riesgos Sanitarios (COFEPRIS), organismo de la Secretaría de Salud (SSA), da a conocer el monitoreo de las principales playas del país, a través del Sistema Nacional de Información sobre Calidad del Agua en Playas Mexicanas
En esta temporada de verano se monitoreo 289 playas en 17 entidades; en Acapulco se detectaron cuatro playas (Caletilla, Papagayo, Carabalí y Hornos), que rebasaron una cantidad superior a 200 enterococos por 100 milímetros, permitido por la Organización Mundial de la Salud (OMS), lo cual pone en riesgo la salud de los bañistas, al no estar aptas para uso recreativo.
Las demás playas de Acapulco, Ixtapa, Zihuatanejo, Copala y Marquelia (Playa Ventura, Playa Azul, Las Peñitas), se encuentran fuera de cualquier riesgo sanitario y aptas para el disfrute de los vacacionistas.
En contra partida, no se hacen esperar las airadas reacciones de alcaldes y alcaldesas de Acapulco, de rebatir los resultados de los estudios de la calidad del agua realizados por la COFEPRIS, sin tener elementos suficientes en su defensa a ultranza, aunque no les falta razón, respecto al daño promocional como centro turístico.
Existe un “Comité de Playas Limpias de Acapulco”, donde están integradas las dependencias del ramo, federal, estatal y municipal e instancias de la Sociedad Civil, cuya responsabilidad consiste en “garantizar playas limpias y seguras”; transformándose en la actualidad en otro órgano burocrático más.
Los mares y playas de México, así como, ríos, lagunas, arroyos y canales, son del ámbito federal y corresponde a la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT), la protección del medio ambiente, la conservación de los recursos naturales y la promoción del desarrollo sostenible.
Por tanto, corresponden a la SEMARNAT y PROFEPA, prevenir, proteger o revertir cualquier daño al eco-sistema marítimo, controlando cualquier tipo de contaminación. Las autoridades locales deberán evitar los derrames o escurrimientos de aguas residuales y basura, que llegan al mar como destino final.
Las autoridades federales no deben transferir esta responsabilidad al gobierno municipal, que la hace suya injustificadamente. La coordinación interinstitucional es indispensable, cada nivel de gobierno debería abocarse a realizar las actividades de sus competencias.