ELEAZAR ARZATE MORALES
La recuperación para los enramaderos del destino turístico de Petatlán, Barra de Potosí, ha sido lenta, tanto en la generación de ingresos por la pandemia del COVID-19, como en la reconstrucción de los establecimientos que se vieron afectados por los efectos de la tormenta tropical Hernán.
En entrevista virtual con la presidenta de la Asociación de Enramaderos de Barra de Potosí, Araceli Oregón Salas, habló primeramente del “bálsamo para su dolor” que fueron las fiestas patrias, porque los días 14, 15 y 16 de septiembre tuvieron buena afluencia de turistas que representaron ganancias económicas para los microempresarios.
Reconoció que aunque no fueron las ganancias como las de años anteriores por las restricciones por el COVID-19, les permitió tener un “respiro económico”.
Por otro lado, lamentó que no todas las enramadas han logrado ser reconstruidas, porque recordó que los 23 establecimientos se vieron afectados por la apertura inusual de la barra por la gran cantidad de agua que generó la tormenta tropical Hernán.
En ese sentido, dijo que algunas enramadas han podido levantarse hasta en un 30 por ciento “por mucho”, mencionó que todo lo han por su cuenta, porque del gobierno, únicamente han recibido apoyo del municipio, que fueron dos mil costales vacíos.
Expresó que en su momento, los enramaderos más afectados, tuvieron que comprar más costales y volteos de arena, que costaban 600 pesos cada uno, más el personal para ayudarles a laborar. Recordó que cuando el gobierno estatal llevó apoyo a las familias damnificadas porque se les inundó su vivienda, se les dijo que también ellos iban a ser tomados en cuenta, pero la prioridad eran las casas afectadas, después atenderían otros rubros.