Transportistas solicitaron al gobierno municipal y estatal que de manera urgente se implementen reductores de velocidad, alumbrado público y señalética sobre la carretera Aeropuerto-Playa Blanca-Barra de Potosí, debido a que cada vez incrementa más el número de incidentes sobre esa vialidad a falta de las medidas de prevención.
En entrevista, el taxista, Guillermo Cebrero Medina, quien además es vocero del comité de Playa Blanca, consideró urgente que las autoridades tomen cartas en el asunto, pues tiene más de un año que la carretera se inauguró y hasta la fecha, carece de esas medidas preventivas básicas.
Lamentó que cada vez sean más las familias, sobre todo de turistas que se accidentan en la “curva del diablo”, bautizada así por los taxistas, ya que no hay alumbrado público, ni siquiera reductores de velocidad o topes fantasma para que los automovilistas que desconocen la vialidad no terminen viviendo una terrible experiencia.
“Le estamos pidiendo, ahorita nos vamos a reunir el grupo de playa Blanca, queremos saber qué autoridad nos puede echar la mano para poner algunos topes fantasma en la curva peligrosa, ahora sí que ya le pusimos la curva del diablo, la denominamos así porque se ha ido demasiada gente, entonces queremos ver de qué manera, a unos 30 o 35 metros, antes de llegar que nos pongan muy buenos anuncios, esa es la petición que tenemos”.
Por otra parte, la señalética en el lugar es importante para los automovilistas, Guillermo Cebrero dijo, que si ellos como taxistas no hicieran sitio en el acceso a la carretera, muchos de los turistas se perderían, ya que estimó que de 10 visitantes, solo uno, sabe donde se ubica playa Blanca o cual es el atajo para llegar a Barra de Potosí, en el municipio de Petatlán.
Finalmente, dijo que el gobierno del estado de Héctor Astudillo Flores, tiene varias promesas con el gremio, pero hasta el momento no ha cumplido nada, por ello es que recordó que aunque sea una petición pequeña en comparación con otros problemas, es urgente y además puede resolverse si los gobernantes tienen la voluntad.