Ruth Tamayo Hernández
Golpea a Guerrero recorte a la inversión pública
“Para salir de la pobreza, hay que salir de la ignorancia. No hay que trabajar más, hay que educar más”: Juan Carlos Atoche.
Mis estimados, no terminan las malas noticias para el estado de Guerrero, pues habrá recortes en la inversión pública federal para los 32 estados de la República, todo como parte de la estrategia de la austeridad republicana del presidente Andrés Manuel López Obrador.
Los recortes para este año a la inversión pública, afectarán a la baja las trasferencias federales a los estados, a los que se les rezagará la inversión en obras públicas y afectará principalmente al estado de Guerrero, así como otras entidades menos desarrolladas.
Según analistas, en 2018 diez entidades registraron una inversión en obra pública menor a 2 por ciento de sus ingresos disponibles. Entre estas entidades federativas se encuentra Guerrero, Chiapas y Tabasco, estados que ostentan los menores desempeños económicos.
Sin embargo, a los guerrerenses nos incumbe el estado suriano, para el cual no es alentador el informe, pues de acuerdo con el Centro de Estudios de las Finanzas Públicas (CEFP), al cierre de mayo pasado, el gasto federalizado que se pagó a las entidades federativas reportó una caída de 3.8 por ciento en relación al mismo periodo del año anterior.
Y según Daniela Brandazza, directora de área de Calificaciones de Estados y Municipios, con la disminución del gasto federalizado, la inversión productiva se mantendrá rezagada en el país. Es decir, mermarán obras de infraestructuras; por ejemplo, carreteras, rellenos sanitarios, hospitales, escuelas, fondeaderos, transporte, gas, electricidad, telecomunicaciones, petróleos, abastecimientos de agua, seguridad, entre otras.
Todas estas son construcciones necesarias para el crecimiento económico del estado de Guerrero, pues a menor trasferencia de recursos a los estados, menor inversión física y pequeño crecimiento.
Sin duda, será muy complicada la situación para el estado suriano. De hecho, se veía venir el recorte en obras al estado suriano, pues hace días que el Fondo Monetario Internacional (FMI) redujo las perspectivas de crecimiento para México a 0.9 por ciento, en lugar del 4 por ciento prometido por la administración del presidente AMLO.
No obstante, la peor parte la llevan los estados menos desarrollados del país, entre ellos Guerrero. Por eso el gobernador Héctor Astudillo Flores, hace algunos días pidió al mandatario federal que no abandonara a la entidad suriana, que también etiquetara obras de alto impacto como las que dispuso para el Sur- Sureste.
Pero la realidad es distinta: se estima que para 2019 la inversión pública no supere 5 por ciento del presupuesto estatal; y lo grave de la trama, según especialistas, es que el porcentaje se mantendrá bajo éste y el próximo año.
Éramos muchos y pario la abuela. El bajón del presupuesto a los estados pegará duro a los guerrerenses y en general a todos los mexicanos, pues los gobernadores, en vez de impulsar obras para la inversión, van a igualar y controlar gastos, pues a varios les queda poco tiempo de mandato y lo que quieren es ir reduciendo los problemas.
Tristemente, Guerrero es amolado por todos lados, ya que la entidad suriana tiene menor inversión física. Aparte, hace uso de recursos propios para atender gastos de capital y estos dependen de los recursos etiquetados provenientes de la Federación.
Entonces, para cerrar el deprimido cuadro, el estado suriano continuará rezagado en inversión pública. ¡Me lleva la que me trajo!
También el que pegó el grito al cielo por la caída de la inversión federal en obra pública para el estado de Guerrero, fue el secretario general de Gobierno, Florencio Salar Adame. Pidió “no condenar al estado a la pobreza histórica con su indeseable violencia”, pues el recorte para este año a la inversión pública federal en Guerrero, es de 0.6 por ciento, lo que nos coloca en el último lugar de los 32 estados.
Según Salazar Adame, Guerrero, encabeza los primeros lugares en pobreza y marginación.
Y también hasta ahora le dolió al secretario de Gobierno, la cancelación de la Zona Económica Especial de Lázaro Cárdenas-La Unión, un proyecto millonario que de buenas a primeras fue cancelado por el presidente AMLO, pues era un plan proyectado por el gobierno de Enrique Peña Nieto, y como hacen todos los presidentes de la República, al cabo que el dinero invertido no es de ellos, lo tiran a la basura, desaparecen todo lo que huela al anterior mandatario.
El presidente AMLO, sin siquiera hacer un estudio, mandó al gorro las ZEE proyectadas en todo el país, y ni siquiera ha dicho qué otra inversión va a programar para esta jodida zona. Y con esta información, dudo que haya inversión para la región de Costa Grande.
Hasta ahora que habla el secretario de Gobierno, porque ninguno ni los diputados federales o locales movieron un dedo para exigir que la ZEE de Guerrero-Michoacán, se mantuviera vigente, porque traería beneficios a estas dos entidades, pero ninguno dijo ni pio.
Son de las cosas que debieron defender desde el inicio del gobierno actual. El mismo presidente AMLO, en campaña presumía que apoyaría esta zona, pero ni siquiera ha venido al municipio de Zihuatanejo, como prometió en campaña, cuando dijo que vendría y apoyaría el puerto. Sin embargo, no ha cumplido, y lo que hizo fue quitar la ZEE. Si no ayuda, pues que no quite.
En todos sus discursos el mandatario dice que va a erradicar la pobreza extrema y a impulsar el cuidado del medio ambiente, que son su prioridad entre otros rubros; no obstante, como pretende hacerlo se mira difícil.
El mandatario no acepta recomendaciones de nadie, sigue montado en su burro y le molesta que le digan que no es ese el camino a seguir. El mandatario federal no acepta la crítica de nadie, menos asesoría, y poco a poco el presidente pierde la calma. Si sigue así, bien pronto va explotar, no va aguantar la presión, ya nos recordó su frase de hace algunos años, “al diablo las instituciones”, pues mandó a la goma al Consejo Nacional de Evaluación de Políticas de Desarrollo Social (Coneval), y negó que sea cierto lo que el organismo reveló en materia de pobreza.
Todos estos son síntomas malos, pues no es la primera vez que el mandatario niega señalamientos de los organismos, él es el dueño de la verdad. Todo esto es muy peligroso. Como bien dicen extranjeros que radican en México, cuidado con el presidente AMLO, el día que pierda la cabeza en su totalidad, puede poner en riesgo el país, pues se molesta de todo, no acepta ninguna indicación que no venga de él mismo. Y ellos piensan que México está próximo a vivir una gran devaluación del peso. Nosotros estamos preparándonos para lo peor, quien tenga dinero, que compre dólares, porque el peso no augura en futuro nada bueno, recomiendan.
Pues dijera una querida amiga, ¿que más nos puede pasar, amiga?, ya nos pasó de todo. Eso sí. Entonces, aguantemos vara.