Ruth Tamayo Hernández
*Ómicron, la nueva variante del coronavirus
“Muchos de ellos, por complacer a tiranos por un puñado de monedas, o por cohecho o soborno, están traicionando y derramando sangre de sus hermanos”: Emiliano Zapata.
Mis estimados, antes de la entrega les cuento que la situación por la crisis económica, social y política que vive nuestro México lindo y querido, no sólo es en nuestro país, lamentablemente, porque de ser así tendría algo de solución. En realidad, se trata de un escenario es mundial, incluso en otras naciones están peor que en México por la crisis económica, pues a los mexicanos aun no nos llega el agua al cuello, falta poco para que comencemos a saborear las mieles amargas que da la vida.
Aunque no deseamos que llegue, va a llegar, así que mejor prepárese, pues aunque a muchos no les guste lo que les voy a decir, estamos en problemas los mexicanos.
Ya no es únicamente la inseguridad y violencia la que amenazaba con mandar al abismo a la nación entera, se conjugaron otras acciones que será imposible evitar y que recrudecerán la debacle del país.
Por ejemplo, el aumento a los precios de la canasta básica es alarmante. Le hablo de los productos de la canasta básica solamente; por ejemplo, frijol, arroz, aceite, jitomates, chiles y cebollas. Sus precios son tan altos, que no alcanza el salario que gana un trabajador para surtir lo básico para una familia pequeña.
A esto agregue los altos niveles de desempleo, ya que en las últimas semanas en Zihuatanejo -por no decir en todo el estado de Guerrero-, varias empresas entre las que destacan hoteleros, gaseros, tiendas departamentales y empresas pequeñas, despidieron personal por falta de liquidez y otros no pueden con la nómina, la cuota al IMSS, Infonavit y el Impuesto Sobre la Renta (ISR).
Algunos dicen: o pagamos salarios o pagamos IMSS.
Estos son apenas dos ejemplos de los muchos que aquejan a la planta productiva y de servicios. Sin contar los altos costos de los energéticos, como gasolina, energía eléctrica, diésel y gas, cuyo encarecimiento fue el que inició esta escalada de precios, y la caída del peso frente al dólar.
Siempre se nos dice que el peso se devaluó, pero no analizamos por qué. La crisis ya no comenzó esta vez en un país determinado, sino que es a escala mundial por el alto costo de los energéticos.
Si recordamos, al inicio de la pandemia de covid-19 tuvimos el efecto contrario: el petróleo se devaluó tanto por la saturación de los mercados, que su extracción y venta era incosteable. Los barcos tardaban en altamar por días, en espera de que les recibieran la carga. Incluso llegó a costar menos de 0 pesos. ¿Cómo? Sí, se pagaba para descargarlos.
Eso fue grave para los países petroleros, porque se les cayó su fuente de ingresos pero eso no se reflejó en el abaratamiento de las gasolinas, sino todo lo contrario.
La verdad es que nunca entenderemos cómo se mueven los índices macroeconómicos. Se nos dice ahora que por el elevado costo de los energéticos, se encarecieron los productos y servicios, porque el transporte aéreo, marítimo y terrestre forzosamente se encareció. Incluso el caso es tan grave, que en Estados Unidos se reporta desbasto de varios productos que llegan de fuera.
En este momento Estados Unidos tiene la gasolina más cara en 31 años. Y nosotros, pues ni para dónde hacernos, porque la estamos pagando a precio dólar, gracias a la reforma energética de Enrique Peña Nieto y de la era panista, cuando se determinó que era mejor importar gasolinas que producirlas. Durante 40 años no le dieron mantenimiento a las refinerías ni ampliaron su capacidad.
Hoy nos estamos topando con nuestro triste destino, porque estaremos comprando la gasolina más cara, dado que el dólar ya casi roza los 22 pesos.
Por lo tanto, la crisis que estamos viviendo es real y se va a agravar en enero. Por eso es mejor prevenir que lamentar. Si usted recibe su aguinaldo o fue liquidado en su anterior empleo, el dinero que le den, adminístrelo bien, guárdelo, ahorre, no lo malgaste, pues no es seguro que encuentre otro empleo pronto que le garantice un salario.
Para los que dudan, ya no hay clase media, ahora somos dos clases en este país: pobres y ricos, y cada vez se agranda el listado de pobres.
Ésta es, mis estimados, la situación que amenaza al país. Estamos en problemas y por eso deben ponerse en alerta sobre todo en el área de salud, pues vuelve amenazar a los mexicanos una nueva variante del coronavirus llamada Ómicron, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). Aun se desconoce que tan contagiosa es esta variante, pero algunos expertos en la materia señalan que es peor que Delta e incluso puede ser tan peligrosa como el Ébola, ya que trae 50 mutaciones. Como comparativo, Delta tiene 3.
Ómicron fue reportada a la OMS por primera vez desde Sudáfrica el 24 de noviembre, y es una variante de preocupación.
Anteriormente identificada como B.1.1.529, también fue identificada en Botswana, Bélgica, Hong Kong e Israel. Y ayer se detectaron los primeros dos casos en Canadá.
La OMS señaló el pasado vienes mediante un comunicado que la evidencia preliminar sugiere un mayor riesgo de reinfección con esta variante, y parece están aumentando los casos con esta variante Ómicron en todas las provincias de Sudáfrica.
Este comunicado ocasionó mucho miedo en México. Y es que no es para menos, pues si recordamos cómo nos tomó desprevenidos a miles de mexicanos la pandemia, y los efectos que nos ha causado no sólo en casos de contagios y defunciones, sino en la economía.
El coronavirus nos agarró con una mano atrás y otra adelante, sin dinero y sin servicios de salud. Mucha gente ha muerto y otros aun siguen hospitalizados. Otros viven, pero con graves secuelas.
Y, lo más importante de entender, es que el Covid-19 sigue entre nosotros. Aún hay contagios, aunque ya no a un nivel masivo, y en este invierno se va a juntar con la influenza y la gripe estacional.
Y al escuchar que viene la nueva variante, con más poder de contagio, se apodero el pánico de la gente, las bolsas de valores cayeron, las monedas de todo el mundo también se deslizaron, y todos dicen que estamos ante la tormenta perfecta para una crisis mundial peor que la de 1929.
Aunque debo decirles, que la misma OMS dijo que hasta dentro de tres semanas sabrán qué tanto es contagiosa la nueva variante del coronavirus ómicron.
Entonces, ¿qué podemos hacer? Pues a poner las barbas a remojar. Sin duda alguna esta cuarta oleada llegará a México, sino es que ya comenzó porque en los estados del Norte hay un obvio incremento de casos.
Ya vimos que el coronavirus y sus variantes son reales, no son un cuento chino, mis estimados. Así que pongamos manos a la obra, sigamos con las medidas preventivas. Antes de alarmarse y enfermarse de miedo, mejor tome precauciones. Ya sabemos cuáles son las medidas para evitar contagiarnos: usar cubrebocas y lavar constantemente las manos con agua y jabón, además de guardar la sana distancia. Aplíquelas en su persona y familia, sea exagerado en guardar las medidas sanitarias.
Turismo
Sabemos, mis estimados, que Zihuatanejo vive del turismo y la gente no soportaría otro aislamiento con cierre de negocios y playas, y menos en esta temporada en donde algunos hoteles ya reportan hasta el 80 por ciento de ocupación.
En el destino turístico de Troncones, municipio de La Unión, rebasan el 90 por ciento de ocupación, sobre todo turismo extranjero. El destino turístico Ixtapa-Zihuatanejo tiene desde noviembre rebasando el 67 por ciento de ocupación hotelera, y por estos datos debemos tomar seriamente las medidas sanitarias en el destino todos, no sólo los prestadores de servicios turísticos.
Hoy seguimos en semáforo verde, pero no hay que tirarse a la hamaca y pensar que ya pasó el virus y podemos andar sin cubrebocas. El virus sigue con nosotros y la nueva variante del coronavirus amenaza con llegar pronto a darnos el tiro de gracia a todos, así que seamos serios, cuidémonos y cuidemos la familia. ¡Feliz lunes, mis estimados!