Palabra de Mujer

Ruth Tamayo Hernández

En Guerrero, más daños por Covid-19

“Los hombres son más prestos a devolver un agravio que un favor, porque la gratitud es una carga y la venganza un placer”: Robert Greene.

Mis estimados, aun sigo consternada con lo ocurrido en Beirut, capital de Líbano, donde se registró una serie de explosiones que al cierre de este espacio habían cobrado la vida de 73 muertos y 3 mil 700 heridos, aunque claro que se trataba de números aún inexactos, pues el recuento de los daños continuaba.

En verdad, un desastre horroroso. Los videos que circulan en redes son pavorosos. Se escuchan gritos de mujeres y niños. La explosión horroriza y enchina la piel.

Tal vez usted critique el escrito, pero creí prudente contarle porque los seres humanos estamos viviendo en un mundo corrompido, tapizado de inmundicia, no hay respeto a la vida, a nada, el hombre es el peor demoledor.

Alguien dijo que después del Covid-19 nada sería igual en el mundo, ya que la enfermedad nos volvería más humanos, que habría menos maldad; sin embargo, con estas explosiones en el puerto de Beirut, vemos que el Covid-19 no nos dejó ninguna enseñanza de bondad, pues, aunque en algunos medios comentan que la explosión se produjo en un almacén en donde había casi 3 mil toneladas de nitrato de amonio, en las redes los internautas se encargan de revelar otros misterios, incluso indican que puede ser un atentado y que más bien parece una explosión atómica, pues incluso se registró una ola expansiva en 10 kilómetros a la redonda.

Sin embargo, a lo que quiero llegar con el comentario es que en México no estamos exentos de sufrir ese tipo de atentados. Por eso deben las autoridades poner sus barbas a remojar, pues la situación caótica que en estos momentos vive el país, con la crisis económica al tope, unos lloran pero otros asaltan para obtener dinero y poder subsistir con la familia.

En México se extendió la inseguridad y violencia a límites inesperados; tenemos crisis económica y política; estamos todos contra todos; grupos criminales amenazando a autoridades de seguridad con toda impunidad; feminicidios imparables y un largo etcétera.

En corto tenemos un ejemplo: circuló un video en redes y medios digitales, que muestra la manera en que pasajeros de un microbús enfurecidos golpean a un asaltante, hasta dejarlo medio muerto y luego lo abandonaron en la calle y le quitaron la ropa. El chavo quedó desnudo.

Como animales feroces, aún con razón, se le fueron encima al ratero los pasajeros. Mediante sus comentarios, los internautas aplaudían el ataque.

Otros sucesos más drásticos hemos visto circular en redes:  matados con arma de fuego y de otras mil maneras. De verdad que nos acercamos al punto en que imperará la ley del más fuerte, y haremos realidad la Ley del Talión, que reza: ojo por ojo, diente por diente. O el que a hierro mata, a hierro muere.

Entonces, no falta mucho para que suframos sucesos como los que ayer vimos en Beirut, en donde la sospecha es que fue un acto terrorista. Incluso el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, expuso que sus asesores militares le comentaron que no se trató de un accidente industrial, sino algo más bien relacionado con una explosión tipo nuclear.

Me pueden decir alarmista, mis estimados, pero el terrorismo comienza de esa manera.

En México se han cometido miles de homicidios que han enlutado a familias de bien, que son líderes de opinión, que tienen empresas y generan empleos; no obstante, el gobierno no ha puesto la atención debida a ese sector. Hay personas a las que les han arrebatado a un ser querido, sobre todo las madres de hijos desaparecidos e hijas matadas y desaparecidas, que son miles en el territorio mexicano.

Tristemente, de esos humillados surgen los desagravios y las revueltas, y se palpa el riesgo de un estallido social, o al menos de que el caso se generalice, ya no del tipo que generan los grupos delincuenciales, sino de delincuencia común, como la que vimos con el asaltante del camión de pasajeros de la Ciudad de México.

Falta mucho por corregir en el país, y la pandemia por Covid-19 vino a complicarlo todo aún más, pues el crimen organizado tomó tanta fuerza que a la fecha los criminales actúan con toda impunidad y comenten crímenes en pleno día. Son invisibles para las autoridades, se mueven por todos lados, como ciudadanos comunes, hasta que asestan el golpe.

Por todo esto les digo que los mexicanos no están exentos de sufrir atentados como los de la capital de Líbano, aunque por razones distintas. Y tal vez no a esa magnitud, pero no olviden que nuestro país es refugio de extranjeros con antecedentes oscuros y así como está de mal el país en materia de seguridad, las posibilidades de que vivamos desgracias similares a la de Beirut están ahí.

Los terroristas se mueven con recursos cuantiosos y tecnología de punta. Y no se agüitan en jalar el gatillo de un arma, son kamikazes, están entrenados para eso, les lavaron bien el cerebro, y sólo tienen que apretar un botón de computadora para mandarte a volar en pedacitos.

Ojalá nunca ocurra eso en nuestro país. Pero más vale prevenir que lamentar.

Les decía que en México ha crecido la violencia sobre todo contra mujeres a tal grado, que es un mal endémico y una de las tareas pendientes de la 4T. Han matado a miles de ellas por todos lados, las asesinan y las matan con odio feroz. O bien las secuestran para usarlas como esclavas sexuales. Los grupos delincuenciales no sólo se dedican al trasiego de estupefacientes, sino que han hecho de los humanos una mercancía más de sus cuantiosos negocios, y las historias de sobrevivientes son terribles, simplemente horrorosas.

Otros casos son verdaderamente desproporcionados, como el de la mujer asesinada a golpes en Chilapa, Guerrero. Los cobardes asesinos dejaron un mensaje anunciando que habían asesinado a la señora por roba maridos. ¡Increíble! Actuaron por paga. Estos malvados buscan un pretexto para matar a una mujer, que seguramente fue seducida por el fulano, porque casi nunca es al revés. Y la agraviada, en lugar de desquitarse con su burro de manada, mató a su rival. Y así irá haciendo con todas las que se le atreviesen.

Lo cierto es que diariamente matan mujeres por todo el país. Y lo más triste es que los criminales matan a una mujer con mucho odio, peor que a un hombre.

El feminicidio ha crecido en México en cifras espeluznantes, y estas muertes tienen al país repleto de cruces y moños negros. Hay miles de hogares con niños huérfanos, abandonados; y estos muchachos son los que luego se van a engrosar las filas del crimen. Pero también hay mujeres solas, cargando a sus hijos porque sus maridos no cuidaron lo que hacían era delinquir, ahora están presos, mientras sus hijos crecen sin padre, expuestos a todo.

Por eso el país debe tener cuidado, sobre todo ahora que según cifras oficiales, son más de 1 millón de estudiantes que dejarán la escuela por la situación económica en los hogares, que les impedirá estudiar. Pero tampoco podrán trabajar, porque no hay generación de nuevos empleos, y al contrario se perdieron millones de puestos de trabajo formales. Lo que queda es sobrevivir, porque ni siquiera Estados Unidos es una opción, pues allá el desempleo es terrible también.

Entonces, estos chicos se van a emplear con quienes les ofrezca un trabajo pagado. Y ya sabemos quiénes.

La situación que vive el país en estos momentos es grave y crítica. Apenas se divisan los daños que va dejando en cada estado y municipios el Covid-19, pues ya suman 48 mil fallecidos por la enfermedad. Es una baja aterradora, y aún falta mucho por contar.

El virus sigue golpeando a los más pobres en Guerrero. La Costa Grande sufre los embates del coronavirus; pero sobre todo en materia económica, el virus golpea fuerte a los destinos, de playa. En municipios de la entidad se divisa un caos en el sector empresarial, sobre todo a nivel micro, pequeña y mediana empresa, pues muchos ya comenzaron a cerrar cortinas, se quejan que no hay dinero para levantarse y pagar rentas, y tampoco hay apoyo oficial.

Los daños van visualizándose poco a poco en todos los sectores; sin embargo, como bien dicen algunos empresarios, “qué bueno que abrieron los puertos, al menos ya recibimos turismo, no estamos obteniendo ganancias, pero al menos sale lo de la nómina”.

Y todos instan a la población que cooperemos todos usando cubrebocas, para bajar los contagios del Covid-19, y para que el estado cambie pronto al semáforo epidemiológica amarillo.

Por cierto, lo que nos faltaba: en Tlapa de Comonfort, el presidente municipal, Dionisio Merced Pichardo, informó que unos vivales andan ofreciendo la vacuna del coronavirus en su municipio a buen precio. Y eso no es lo grave, sino que lo triste del cuadro es que las autoridades no alcanzaron a agarrar a esos mequetrefes que estafaron a las personas que compraron la dichosa vacuna.

Imagínense cuánta maldad de estos estafadores. No, pues con razón estamos como estamos en Guerrero. Hijos de la guayaba podrida, en serio no tienen madre estos tipos.

Señores, no hay vacuna todavía para el coronavirus, no les crean a los vividores. Cuando haya una vacuna, se va a hacer público en medios nacionales, radios, redes en todos los medios. ¡Caray!, cómo hay gente vividora, que se aprovecha de los que menos saben. Me gruñen las tripas de coraje. Pero, bueno, el malvado no dura para siempre.

¡Oigan, zihuatanejenses!, pónganse truchas, no vayan a venir esos vividores al puerto de Zihuatanejo ofreciendo la vacuna del Covid-19. Ustedes ya saben lo que hay que hacer con ellos; los pobres cocodrilos tienen meses sin comer, les caería de perlas un buen manjar a la panza. Por favor, es sólo un chascarrillo, digamos que es un meme por escrito, no lo tomen literal. Jojojo. ¡Feliz miércoles para todos!

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