Ruth Tamayo Hernández
Desafío del gobierno luego del virus: La pobreza
“Si una sociedad libre no puede ayudar a sus muchos pobres, tampoco podrá salvar a sus pocos ricos”: John F. Kennedy.
Desempleo, crisis y pobreza principal, será el principal reto del gobierno en la pos-pandemia, mis estimados.
El Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), soltó un latigazo que alarma al gobierno, pues reveló datos de un estudio que advierte que de seguir los índices de pobreza como hasta ahora debido al coronavirus, al término de la alerta sanitaria, habría 73.4 millones de personas en situación de pobreza; es decir, cerca del 57 por ciento de la población en el país.
Para que se den una idea, el estudio deja ver que a la fecha existen 52.4 millones de pobres en el país; es decir, el 44.4 por ciento del total de la población se encuentra en esta situación actualmente.
Es por esto que expertos en la materia hicieron una serie de propuestas, como reasignar recursos, dar subsidios a empresas formales, entregar apoyos a trabajadores, entre otros. Y conste que dijeron trabajadores, no flojos.
El gobierno debe ir preparando un plan integral para atender las consecuencias de la pandemia de Covid en el país. Los profesionales proponen acciones coordinadas entre gobierno, las empresas y los organismos sociales, para lograr una recuperación de la economía para el 2021, pues ninguna empresa se va a recuperar económicamente en cuatro meses, y menos sin apoyos.
El gobierno federal debe comenzar desde ahora con un proyecto integral para todos los sectores, y de esa forma evitar que el México lindo y querido alcance los 73.4 millones de mexicanos pobres.
Es cierto que la crisis actual representa un gran reto para el país, pero también brinda la posibilidad de que gobernadores y alcaldes demuestren ante sus gobernados de qué están hechos, pues algunos gobernadores se vieron despistados no se ponían las pilas, estaban apagados viendo cómo se contagiaban del virus sus gobernados, pero se activaron al ver a algunos mandatarios reaccionar con valor, como por ejemplo Enrique Alfaro, gobernador de Jalisco, quien se reveló con la Federación y declaró su propia alerta sanitaria.
Lo mismo hizo Javier Corral, gobernador de Chihuahua. Este mandatario presentó un proyecto de apoyo a pequeñas y medianas empresas. Y de ahí se armaron de valor otros gobernadores que dormían en sus laureles; se levantaron de sus sillas para trabajar a favor de sus gobernados, y entre ellos está el gobernador del Estado de México, Alfredo del Mazo Maza; el de Nuevo León, Jaime Rodríguez El Bronco; Francisco Javier Cabeza de Vaca, de Tamaulipas; y Miguel Riquelme, de Coahuila.
A estos mandatarios les dio vida el coronavirus y recuperaron protagonismo en sus estados y en el país, porque estaban en completo olvido y se tiraron a la hamaca a maquearse, no daban señal de nada; pero lo bueno que el virus los activó, despertaron y se pusieron las pilas, andan ayudando a sus gobernados y ahora sí son héroes en su tierra, pues eso le gusta a la gente.
¡Caray! ¿Cómo no entienden los gobernantes? La gente se conforma con poco. Si la gente tiene comida, con eso están tranquilos y ahora más que nunca la población ocupa de sus gobernantes. Respondan a la población. Ningún funcionario debe estar esperanzado a que la Federación marque la línea a seguir o el gobernador del estado les ordene hacia dónde caminar, pues los alcaldes son autónomos y también tienen recurso etiquetados para contingencias y para otros tipos de emergencias.
Es verdad, que hay varios municipios -sobre todo en Guerrero-, donde los alcaldes no tienen ni el alma completa, pero con todo tienen la posibilidad de conseguir recursos, para dar apoyo a los necesitados. Ellos deben plantear herramientas para salir adelante, junto con la población, porque no se pueden quedar estáticos lloriqueando que alguien les vaya a resolver sus problemas. Ellos son la primera autoridad del pueblo; por ende, son responsables de la suerte de sus gobernados.
Ante el avance del coronavirus cada gobernante tiene la posibilidad de innovar, trasformar a su país, municipio o estado, con lo que tenga a la mano, para evitar la pobreza, así como proveer oportunidades para todos.
Porque cuando todo camina bien, son buenos gobernantes; pero cuando el barco se hunde, nadie quiere hacer talacha para sacarlo de la profundidad. Pero hoy no tienen alternativa, tienen que entrarle todos a agarrar al toro por los cuernos, como venga, bravo o mansito.
Los funcionarios de los tres niveles de gobierno tienen la oportunidad de mostrarse ante sus gobernados de qué madera están hechos, o se van a huir como hacen las ratas cuando el barco se hunde.
Es momento de que cada gobernador, alcalde y el mismo presidente Andrés Manuel López Obrador, se muestren trasparentes en el destino de los recursos, tal como lo hizo el gobernador Héctor Astudillo Flores, en relación a la entrega de insumos a hospitales de las siete regiones.
El mandatario estatal escribió en su perfil de Facebook que la Contraloría de Guerrero verificó la entrega de insumos a los hospitales de las siete regiones. “Hoy recibí su informe para conocer de primera mano que el equipo de protección y material llegué al personal médico, especialmente en las zonas con mayor número de casos como la Región Norte.”
Y es que es tan fácil como esto, que las instancias correspondientes se hagan cargo de verificar que el material llegue a su destino, y de esa manera el gobernante se evita de críticas infundadas; sobre todo ahora con el tema del coronavirus, que nos tiene a todos paniqueados.
Había comentarios en las redes en el sentido de que el gobernador no ha enviado el material a los hospitales, que los doctores trabajan como en la selva sin material, y son rumores; por estos comentarios negativos sin fundamento, es necesario que los gobernantes sean trasparentes con los recursos destinados a la salud. Bueno, con todo, pero me refiero a salud por lo delicado del tema del virus. Los funcionarios deben mostrarse claros con los recursos.
Aunque habrá algunos que van a lucrar con la pandemia porque hay de todo en la viña del Señor; hay también mucha gente necesitada que recibe la ayuda, aunque la condicionen. Es en serio. Hay mucha gente necesitada en varios municipios y lo triste de todo esto es que los políticos vividores están aprovechándose de este momento de necesidad y les ofrecen una despensa por credencial de elector. ¿Y saben que es lo peor? Que estos politiquillos sinvergüenzas pidieron las despensas a empresarios y hasta extranjeros, para ellos ir a regalarlas a la gente: y de pilón las condicionan. Como decía el viejito de mi pueblo, estos si no tienen madre.
Así están ocurriendo las cosas en varios municipios del estado de Guerrero, pues los políticos no conocen la necesidad, ellos tienen dinero y lo que buscan son votos para seguir pegados a la chichi. Aunque dudo que esa ubre siga dando recursos como antes del virus.
Pero aun con lo sinvergüenza que son los políticos guerrerenses, me sigo quedando con ellos y nunca deseo que haya un político de la calaña del mal nacido y maquiavélico Gerardo Fernández Noroña, diputado federal del Partido del Trabajo (PT). Qué mala puntada que los mexicanos tengamos que soportar a un parásito como este hombre; me da vergüenza de tan sólo aceptar que este individúo cara de borracho nos represente en la Cámara del Congreso de la Unión. Este tipo diciendo palabras obscenas a otros diputados, como si fuera una mujer chimiscolera de la cantina. Con todo respeto a las señoras, por la comparación, pero este engendro de diputado es peor que eso.
En verdad, siento pena, creo que los mexicanos no merecemos estos espectáculos.
La furia del diputado Noroña es porque exhibieron al hijo de Manuel Bartlett, por sus ventas de ventiladores artificiales para enfermos de Covid-19, a sobre precios, mediante un contrato con el IMSS.
Ni hablar. Bien dice el dicho, que no tiene la culpa el indio sino quien lo hizo compadre. ¡Feliz martes para todos!