La Zapata goleó

ALDO VALDEZ SEGURA

La escuadra de La Zapata no fue exigido, a medio gas le fue más que suficiente para derrotar 6-1 a la Puerta, para así hacerse de los puntos que dejó la jornada número 25 de la liga Premier de futbol en su categoría máster, duelo llevado a cabo ayer por la tarde.

De lo sucedido fue testigo el campo 1 de la Puerta. Desde que el árbitro dio la orden para que la redonda se pusieran en movimiento, fueron los caudillos quienes controlaron, ellos mandaron y marcaron la pauta con la se iba a jugar, a la Puerta no le quedó de otra más que someterse a los que sus oponentes propusieron.

Los delanteros de la Zapata estaban afinando su puntería, una vez que le pusieron la suficiente tiza a sus botines los goles comenzaron a caer, Juan Núñez y Julio Guillen cada uno colaboro con un doblete, mientras que con una diana; Julián Solís y José Cabrera, el único tanto de la Puerta fue obra de Claudio Gonzales.

Los Abogados se impusieron por goleada

ALDO VALDEZ SEGURA

Los Abogados tuvieron una tarde tranquila, con una mano en la cintura se impusieron 5-0 a los Dragones, escuadra que no ofreció mucho y fue un blanco fácil. Lo anterior corresponde a encuentro de la jornada número 25 de la liga Premier de futbol en su categoría máster.

De lo sucedido fue testigo el campo 1 de Blanco. Una primera mitad en donde los Abogados tuvieron las oportunidades más claras, sabían que delante de ellos estaba un oponente a modo, solo era cuestión de tiempo para que el invitado de honor hiciera acto de presencia ya que fueron muchos los espacios que dio la defensiva de los Dragones.

Los gatilleros del equipo de Abogados parecía que estaban jugando “tiro al blanco”, una vez que cayó el primer gol se vinieron los demás, Aldo Ríos, Adán Valdovinos, Amilcar Galeana, Iván Castro y Leonel Nava, fueron los encargados de enviar el balón al fondo de la red.

ESTRICTAMENTE PERSONAL

Desentrañando al presidente

Raymundo Riva Palacio

El debate sobre la militarización, que está en el corazón de la creación de la Guardia Nacional, volvió a crear un cisma político en Morena. Para que pudiera aprobarse ese nuevo cuerpo, los senadores de Morena tuvieron que aceptar el mando civil y un límite para que las Fuerzas Armadas realizaran tareas de seguridad pública, como lo hicieron los diputados de Morena para pasarla semanas antes. Pero como protestó con los diputados, el presidente Andrés Manuel López Obrador volvió a inconformarse con sus legisladores, exigiendo implícitamente que corrigieran la iniciativa antes de votarse el jueves. “Con todo respeto a los legisladores, no acepto como titular del Ejecutivo la simulación”, dijo durante su comparecencia matutina en Palacio Nacional.

Para el presidente, de aprobarse una ley en los términos como se está pactando, donde todas las partes ceden algo para darle un marco jurídico a las Fuerzas Armadas -que es lo que llevan años pidiendo-, es como reeditar a la Policía Federal, que según López Obrador, no ha funcionado. Las razones que expuso para esa afirmación no mencionaron aspectos como los resultados de la Policía Federal en su lucha contra los delincuentes, sino la temática que baña su gobierno, la honestidad. Por eso subrayó la corrupción en compras de equipos y en suministro de alimentos, que afirma, le heredaron. Si se viera sólo en ese plano, probablemente no se entendería lo que dijo el presidente, o se podría alegar que está desviando la discusión de fondo. Sin embargo, no es así.

Como describió la semana pasada la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, hay que desentrañar lo que dice López Obrador. Una vez más, es cierto, el presidente confunde personas con instituciones, pero no por ello deja de ser altamente relevante lo que esbozó. Las razones que empleó para fustigar a la Policía Federal se refieren a la época de opacidad que vivió ese cuerpo durante los dos primeros tercios del gobierrno del presidente Enrique Peña Nieto, cuando el comisionado de seguridad era Manuel Mondragón -su asesor en la materia y quien realizó el primer plan que le presentó Alfonso Durazo, actual secretario de Seguridad-, quien dependía del entonces secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong.

Mondragón recibió una capacidad de fuerza de 36 mil 940 policías federales, todos con control de confianza, y rápidamente comenzó su desmantelamiento. Apagó Plataforma México, la mayor base de datos de inteligencia criminal de América Latina, corrió a los expertos en telemática -que manejaban los drones y decodificaban su información-, y desmanteló las operaciones de largo aliento que se llevaban a cabo contra los cárteles -recuperadas por la Marina-. Cuando entregó cuentas el gobierno de Peña Nieto al de López Obrador, le dieron una capacidad de fuerza prácticamente idéntica, con mayores gastos de operación, sin controles de confianza, y con una inteligencia mermada.

El colapso del sistema policial no es atribuible exclusivamente a Mondragón, sino a lo que hizo la Secretaría de Gobernación, durante la gestión de Osorio Chong, que absorbió todo lo que era la Secretaría de Seguridad Pública y escondió el destino de los recursos. La persona que por sus acciones y decisiones, está detrás de las imputaciones de López Obrador, es Frida Martínez Zamora, muy cercana a uno de los hermanos del actual coordinador de la bancada del PRI en el Senado, y que habia sido directora general de Recursos Materiales y Adquisiciones de la Oficialía Mayor de Hidalgo, cuando Osorio Chong era gobernador. Al iniciar el sexenio peñista, el secretario de Gobernación la nombró jefa de la Unidad de Administración, Finanzas y Desarrollo Humano del CISEN, de donde la trasladó a la Policía Federal, como secretaria general. Desde ese cargo manejo un creciente prespuesto donde hay fuertes sumas de dinero que se desconocen porque fueron manejados dentro del rubro de seguridad nacional, por lo que no tenían que rendir cuentas a nadie.

Bajo su administración en la Policía Federal se canceló el pago de equipos y sensores de vigilancia en el penal de El Altiplano, aprovechado por Joaquín El Chapo Guzmán para fugarse en 2015, se dejaron de proporcionar uniformes a los federales, a quienes también los abandonaron muchas veces al no pagar su hospedaje cuando estaban de comisión, obligándolos a dormir en la intemperie. El problema de los contratos de alimentos se ubica sobre todo en el campo de las cárceles, que el gobierno de López Obrador está arrastrando porque actualmente no han podido pagar la alimentación en los penales.

Las explicaciones de López Obrador del porqué quiere acabar con la Policía Federal y desea una Guardia Nacional manejada y controlada por militares tiene nombre y apellido, aunque el presidente no los haya mencionado. La percepción que tiene de aquellos años cuando la Policía Federal estaba bajo el mando superior de Osorio Chong, es de una gran corrupción. Pero como ya se planteó, el presidente confunde personas con instituciones. No va a cambiar, ni modificará su postura de querer entregar a los militares la seguridad pública del país. Tampoco se sabe aún cómo quedará finalmente la ley que crea la Guardia Nacional.

Pero López Obrador abrió sutilmente una vena de lucha contra la corrupción en la Policía Federal. Hasta ahora no ha sido claro en este tema en esa área, pese a que en diversas ocasiones ha deslizado la punta de lo que conoce. No puede seguir en el campo de las ambiguedades, acusaciones incompletas, o de las  simulaciones, como él mismo dice. Qué sucedió en el campo de la seguridad pública durante el gobierno de Peá Nieto, es un túnel que necesita luz. El presidente haría bien en alumbrarlo.

rrivapalacio@ejecentral.com.mx

twitter: @rivapa  

Editorial

El sexenio del Ejército

Hasta el 1 de julio de 2018, todos los escenarios de la cúpula militar eran negativos hacia Andrés Manuel López Obrador. Su confrontación con los altos mandos del Ejército y de la Marina fue pública, y entre allegados de la cúpula militar de entonces existía la convicción de que harían lo posible para impedir que ganara la Presidencia.

Los jefes militares de entonces perdieron y como presidente electo descabezó a los mandos del Ejército. Con la designación del general de división Luis Cresencio Sandoval González en la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) acabó con aquellos que acompañaron al general, ahora retirado, Salvador Cienfuegos, en la secretaría y en la pugna.

No fue un asunto de antigüedad en el servicio, sino de su pertenencia a los gobiernos del PRI y el PAN. Varios de esos jefes militares aún están activos, pero excluidos del poder que el presidente está construyendo con el Ejército.

Con la Marina, el presidente no pudo ir en contra de la tradición de designar al de mayor antigüedad y ascendencia, el almirante José Rafael Ojeda Durán. Pero la marginó, y así como al grupo de generales que rechazó su candidatura, lo tiene fuera de los planes políticos y económicos que tiene con los nuevos mandos del Ejército.

Divisivo, el nuevo cuerpo armado acabará controvertido en instancias internacionales, pero en lo que se resuelve la impugnación, operará sin mayor contrapeso durante buena parte del gobierno de López Obrador, después de soslayar la crítica de expertos y académicos en una simulación de parlamento abierto.

La idea de un Estado Mayor Conjunto está tan lejos como en los años del régimen del PRI, fundado hace un siglo, precisamente, por el Ejército. La Marina solo está considerada en los planes de la Guardia Nacional con la incorporación de la Policía Naval. Pero en ese esquema, los marinos estarán bajo el mando del Ejército.

Las capacidades de la Marina fortalecidas durante los gobiernos de Felipe Calderón y de Enrique Peña parecen no entrar en los planes del gobierno, toda vez que el presidente ha anunciado que la captura de jefes del narcotráfico no será su estrategia.

Las principales capturas o asesinatos de capos en los dos sexenios pasados, como la doble detención de Joaquín El Chapo Guzmán, estuvieron al mando de la Marina. Aunque la segunda y definitiva la concretó la Policía Federal en una persecución iniciada por los infantes de Marina, en Los Mochis, Sinaloa, en enero de 2016.

Ese protagonismo de la Marina también devino en que esa fuerza cometiera graves violaciones a los derechos humanos, como la desaparición forzada de docenas de personas en Tamaulipas, documentada por la Comisión Nacional de los Derechos Humanos.

La Marina no actuó sola. Lo hizo de la mano del gobierno de Estados Unidos. Desde la administración Obama, Washington optó por trabajar y fortalecer a esa fuerza en su estrategia de guerra al narcotráfico debido a la desconfianza hacia el Ejército, originada por los conocidos casos del involucramiento de jefes del Ejército con el narcotráfico.

Ese enlace de Marina con Washington quedó en duda desde que López Obrador se opuso a la adquisición de misiles por parte de la Armada, aprobada por el Departamento de Estado hace un año.

La conformación del nuevo grupo castrense en torno a López Obrador ha cambiado los escenarios construidos en las prospectivas militares. El futuro, por lo menos en este sexenio, es gobernar junto con el presidente.

Lo contraproductivo

Javier Sicilia

Hacia las décadas de los sesenta y setenta del siglo pasado, Iván Illich acuñó un término para designar lo que sucede cuando, pasados ciertos umbrales, los fines para los que las instituciones del Estado fueron creadas se vuelven su contrario. Para mostrarlo, eligió tres instituciones fundamentales de nuestra modernidad: la escuela –La sociedad desescolarizada-, el transporte –Energía y equidad– y la medicina –Némesis médica–. 

Cincuenta años después, sus análisis resultaron reales: la escuela ya no alcanza para todos y tal vez enseña ya muy poco; los transportes tienen no sólo colapsadas las ciudades, sino destruido el medio ambiente, y la medicina, que tampoco alcanza para todos, se ha vuelto en muchos sentidos iatrogénica, es decir, hace daño a la salud.  Mostraron también que el Estado entero y sus instituciones de servicio tal y como Occidente las concibió con la Iglesia y, luego, con el Estado laico –una copia degradada de la estructura clerical–, se volvieron contraproductivas y colapsaron: el Estado ya no nos proporciona ni seguridad ni justicia, y todos, en mayor o menor grado, disputamos los supuestos beneficios de sus instituciones de servicio. De allí la corrupción y la violencia que el gobierno de la Cuarta Transformación busca combatir, más con buenas intenciones que con acciones contundentes.

Quizá el rostro más brutal de esta cotraproductividad sean las redes del crimen organizado, que se han apoderado del Estado y de las Fuerzas Armadas, que desde hace 13 años los gobiernos utilizan para combatir el crimen. 

Las redes criminales no son instituciones del Estado, pero, como lo ha mostrado el combate al huachicol, son impensables sin él. Usan al Estado para robar, amenazar, extorsionar, corromper, secuestrar, matar. Las Fuerzas Armadas, que sí pertenecen al Estado, se han vuelto también contraproductivas como el Estado mismo. Creadas para defender la seguridad de la nación, han sido reducidas a labores policiacas y con ello le han dado rango de ejército enemigo a los criminales. 

Un hecho inédito en la vida de las naciones. Ambos –criminales y Fuerzas Armadas– son contraproductivos en el sentido de que, al haber instalado en toda la nación una guerra, malversan los fines del Estado, sembrando, mediante la compra de armas cada vez más sofisticadas y la deshumanización de sus miembros y de la vida civil, el miedo, el terror, la muerte y la desconfianza.

Todavía hasta antes de la Primera Guerra Mundial, muchas guerras sucedían fuera de las ciudades con el fin de preservar la paz popular hecha de cultivos de subsistencia que proveían a los mismos ejércitos de víveres. Era un remanente de lo que en el siglo XII significaba paz, no la ausencia de guerra entre los señores, sino la preservación de la subsistencia. 

La paz que la Iglesia y el emperador buscaban garantizar en medio de ella se dirigía a preservar a los pobres y sus medios de vida de la violencia. “Protegía –escribe Illich– al campesino y al monje [que también trabajaba en la producción agrícola]. Por sanguinario que fuese el conflicto, la paz preservaba la cosecha futura y el ganado. Salvaguardaba la reserva de granos, el tiempo de la cosecha” y los valores de uso común. 

Desde hace dos sexenios y lo que va de este, la guerra que vivimos y parece interminable se mezcla con la vida de la ciudad y de los pueblos con el fin no de proteger ninguna subsistencia, sino de controlar los territorios, los cuerpos y los bienes vueltos mercancías de consumo que sólo pueden obtenerse al precio de guerras. Destruidos los medios de subsistencia, saturada la producción de cualquier tipo de bienes –desde los necesarios hasta los más superfluos–, y transformados por quienes los controlan en escasos, lo único que queda es la contraproductividad que va de la mano de la violencia.

En el fondo ya no hay nada que producir. Lo que hay es la necesidad de hacerse del dinero o del poder necesario para consumirlos y repartirlos discrecionalmente, aunque existen pueblos en todo el país que aún protegen la subsistencia –el ejemplo más visible son los zapatistas– y se oponen tanto a la penetración del crimen organizado como a la de las Fuerzas Armadas y a la idea del desarrollo que redunda en la contraproductividad. 

Las ciudades y los citadinos ya no lo comprenden. Podrían, sin embargo, comprender lo que se ha dado en llamar “Decrecimiento”, sobre el cual hubo un gran foro en la Ciudad de México a finales del año pasado. El decrecimiento propone una disminución del consumo y una producción controlada y racional, que permita una nueva forma de la producción basada en la amistad, la solidaridad, el cuidado del medio ambiente. 

El decrecimiento, en muchos aspectos, está en consonancia con la austeridad republicana de la Cuarta Transformación. Pero para ello es necesario poner un coto a la mercantilización de todo, a la reducción de la inmensa propaganda consumista que se despliega a lo largo y ancho de los sistemas de comunicación, a la protección de los pueblos que aún viven de la subsistencia y a la limitación de ese mal endémico que se llama Desarrollo.

Quienes hablan de la 4T deberían visitar las teorías sobre el decrecimiento y aplicarlas. De lo contrario, la austeridad que pregonan, lo único que mantendrá, bajo el parloteo de la demagogia, es la misma contraproductividad de los anteriores gobiernos. 

Además opino que hay que respetar los Acuerdos de San Andrés, detener la guerra, liberar a las autodefensas de Mireles y a todos los presos políticos, hacer justicia a las víctimas de la violencia, juzgar a gobernadores y funcionarios criminales y refundar el INE.

LOCALIZAN A TRES MENORES DE EDAD QUE HABÍAN DESAPARECIDO EN LA MOHONERA

Chilpancingo, Guerrero, 19 de febrero de 2019. Elementos de la Policía Estatal localizaron sanas y salvas a tres menores de edad que habían desaparecido ayer en el municipio de Zitlala.

Luego de tener conocimiento por parte de personal del Ejército Mexicano que tres niñas se encontraban desaparecidas en La Mohonera, municipio de Zitlala, Policías Estatales se trasladaron a la citada localidad en donde se entrevistaron con la mamá y la abuela de las menores, quienes manifestaron que las tres niñas, dos de 10 años y una de 6, salieron a pastorear sus chivos y no las localizaban; asimismo, mencionaron que habían recibido una llamada telefónica y mensajes amenazantes del número 74 44 27 88 90, señalando que las tenían retenidas y exigiéndoles 100 mil pesos para liberarlas.

De inmediato los Policías Estatales implementaron un operativo de búsqueda y localización pie a tierra y en unidades patrulla en la zona; aproximadamente a las 19:00 horas de ayer, en la parte alta de un cerro ubicado a orillas de La Mohonera, las tres niñas fueron localizadas sanas y salvas, sin que presentaran algún tipo de lesión, por lo que fueron resguardadas y entregadas a su madre, en su domicilio particular.

La Secretaría de Seguridad Pública del Estado reitera su compromiso de continuar implementado acciones para garantizar la seguridad de la población y prevenir la comisión de delitos con respeto pleno de los derechos humanos.

Dos lesionados al derrapar en motocicleta en Ixtapa

ELEAZAR ARZATE MORALES

Un hombre y una mujer resultaron lesionados al derrapar en el bulevar Paseo de Ixtapa, con dirección a la zona hotelera, hecho que movilizó a los cuerpos de rescate.

Fue la noche de este lunes, debajo del puente de “La Herradura”, que el chofer de una moto Italika, blanca, perdió el control por un animal que se les atravesó, por lo que se derraparon sobre el asfalto y se produjeron lesiones.

Parámedicos de la Cruz Roja y de la Dirección Municipal de Bomberos atendieron a los heridos, pero sólo la mujer requirió ser trasladada al hospital regional del IMSS para que la interviera el personal de Urgencias.

El chofer de la moto se retiró por sus propios medios, ya que sus lesiones fueron menores.

Choque vehicular en la carretera Zihuatanejo-Lázaro Cárdenas

ELEAZAR ARZATE MORALES

Un choque vehicular se produjo en la carretera federal Acapulco-Zihuatanejo, a la altura del poblado de Barbulillas de Zihuatanejo, durante la noche del domingo.

De acuerdo a la información obtenida, los oficiales de la Policía Federal sector caminos al acudir sólo localizaron el Nissan March, rojo, modelo 2014, con placas del estado de Guerrero; el otro automóvil implicado se dio la fuga.

El Nissan presentaba daños en la parte frontal, se le desprendió la defensa, por lo que el propietario solicitó al ajustador de su seguro para cubrir los daños en su unidad móvil.

Al final, una grúa remolcó el Nissan al corralón ya que los policías federales procedieron con los trámites correspondientes.

Abandonan vehículo chocado en Petatlán 

ELEAZAR ARZATE MORALES

Un vehículo chocado fue abandonado a un costado de la carretera federal Acapulco-Zihuatanejo, en el municipio de Petatlán, la mañana de este lunes, hecho que movilizó a los oficiales de la Policía Federal sector caminos.

Se logró conocer que también fue notificado de este siniestro a los paramédicos de Protección Civil local, pero al llegar sólo localizaron un Nissan Tsuru, blanco, con daños en la parte frontal.

Los paramédicos especulan que los ocupantes resultaron con lesiones en la cabeza, ya que el parabrisas estaba estrellado y tenía rastros de sangre.

Al final, los federales que se hicieron cargo de la volcadura pidieron una grúa para remolcar el Nissan al corralón, donde permanecerá hasta que se ha reclamado por su propietario.

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