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Pacto fiscal

Pero el que se reconozca la legitimidad del reclamo no implica necesariamente que la fórmula será modificada y, aunque el titular del Ejecutivo Federal se mostró flexible al respecto, no se comprometió con el impulso de modificaciones legales en este sentido.

Tampoco negó tal posibilidad, es cierto, pero señaló que una alternativa a la modificación del esquema de distribución de la bolsa de recursos es apoyar la reestructuración de las deudas estatales y municipales.

“Otra opción es reestructurar las deudas (de estados y municipios), lo que se busca es pagar menos intereses y alargar los plazos y eso da un respiro a las finanzas, hay que hacerlo, se hace en todo el mundo”, afirmó el mandatario.

Es cierto, sin duda, que el optar por esta vía daría un respiro a las finanzas de estos órdenes de gobierno, pero eso no es lo que se pretende, sino que los gobernantes que se encuentran más cercanos a las necesidades de la población tengan más recursos para responder a estas.

Y eso solamente se logrará si, a diferencia de lo que ocurre hoy, los gobernadores y ayuntamientos cuentan con mayores presupuestos y eso les otorga un margen de maniobra más amplio cuando se enfrentan a la necesidad de garantizar los servicios que sus poblaciones demandan.

Hacer esto, por lo demás, nos convertiría en una auténtica federación en la que los adjetivos de libre, independiente y soberana, que acompañan a los nombres de las entidades federativas, sean más que solo palabras.

Hacer más justo -aunque no todavía justo del todo- el reparto de las contribuciones que los ciudadanos realizamos constituye un paso indispensable para consolidar la república y dejar atrás, en definitiva, el agobiante centralismo.

Porque el modelo que concentra todo el poder -porque concentra el dinero- en el orden federal de gobierno tuvo ciertamente razón de ser en el México del siglo 19 y, probablemente, durante la primera mitad del 20, pero hoy es un anacronismo que debe ser dejado atrás para dar paso a un modelo de desarrollo tendiente a disminuir las desigualdades históricas que seguimos padeciendo.

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