Dr. Trinidad Zamacona López.
“Los primeros errores del Presidente Hugo Aguilar, al rendir protesta.”
Para ser diferentes a los demás, es necesario evitar los mismos errores. En el caso de Hugo Aguilar, al dar su discurso en la Suprema Corte de Justicia de la Nación, como ministro presidente del máximo tribunal, ya tuvo su primer desliz: “Por primera vez en la época contemporánea, ministros y ministras fuimos designados, no fuimos designados desde arriba, fuimos elegidos en las urnas”. Aunque corrigió de manera inmediata dicho desliz, se viralizó en las redes sociales; es decir, le traicionó el subconsciente. Pero veremos qué es o de qué se trata el subconsciente. El subconsciente es un estado mental que opera fuera de la conciencia inmediata, almacenando recuerdos, emociones y experiencias que, aunque no son accesibles directamente, influyen en nuestros pensamientos, sentimientos y comportamientos.
Ahí, en su primer discurso ya como ministro presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), Hugo Aguilar Ortiz, en presencia de la presidenta de México, anunció que, en cuanto esté constituido el Órgano de Administración Judicial (OAJ), le solicitará que se pongan en marcha acciones en favor de la austeridad, con el fin de que ninguno de los nuevos juzgadores obtenga mayores remuneraciones que la jefa del Poder Ejecutivo, Claudia Sheinbaum, tal y como establece el artículo 127 de la Constitución. Además, pedirá que se les quite el seguro de gastos médicos mayores y que se les afilie al ISSSTE para recibir atención médica. Ese se considera otro error, pues es un discurso parecido al del expresidente Andrés Manuel López Obrador, en cuanto a bajar los salarios de los funcionarios.
El ministro Hugo Aguilar, lejos de traer un discurso jurídico, trae un discurso político. No le he escuchado hablar de cuántos trabajadores sindicalizados tiene el Poder Judicial Federal, en qué condiciones trabajan, sus lugares laborales, cómo le va a hacer para que los trámites se realicen de una forma más ágil, cómo van a resolver el cúmulo de asuntos que dejaron pendientes los que se fueron, y cómo hará para modernizar la forma de llevar los juicios en los juzgados de distrito o en los colegiados.
Mejorar la justicia no es decir bonitas palabras, máxime que, según se dio a conocer, al arranque de la nueva época del Poder Judicial Federal, con el 50 % de ‘improvisados’, esto significa que no tienen experiencia ni en el litigio, ni mucho menos en el dictado de una sentencia.
Según la organización Human Rights Watch, la reforma constitucional que sustituye a la mitad del Poder Judicial Federal por jueces elegidos por voto popular ha socavado la independencia judicial en México, afirmó este organismo defensor de los derechos humanos en el mundo. Es decir, no lo decimos nosotros dentro de México, lo dicen los que están fuera del país y se dedican a defender los derechos humanos. Human Rights Watch es la organización más reconocida, de que se tenga conocimiento, en expresiones al tomar posesión los nuevos ministros, magistrados y jueces del Poder Judicial.
La ministra Lenia Batres Guadarrama dijo en sus recorridos, antes de ser reelecta como ministra, “que la tecnología podría ayudar a hacer formularios electrónicos para que la gente se defienda a sí misma”. Eso demostraba su desconocimiento de lo que es el Poder Judicial, en donde la impusieron porque así lo determinaba la Constitución del país.
Es tanta la expectativa que han levantado y prometido, que cualquier paso en falso que den los van a criticar. Ya no van a decir que la Suprema Corte neoliberal es la que está dejando libre a los delincuentes. Recordemos que ahora son ellos los que harán cumplir las leyes en sus resoluciones. No habrá excusas para errar; al contrario, están comprometidos a hacer de la justicia el talante de un cambio en la forma de impartirla.
Aplicar el derecho para hacer justicia por consigna les va a traer muchas críticas, sobre todo porque la ciudadanía tiene esperanza de que sus asuntos se resuelvan con expedites, con equidad, con igualdad, pero sobre todo de manera gratuita.
Ya tuvieron los primeros señalamientos de parte de la oposición de que llegaron al cargo. El coordinador del PAN, Ricardo Anaya Cortés, denunció que la reciente “elección judicial fue un proceso fraudulento”, señalando que el mecanismo de selección estuvo marcado por irregularidades. Además de los acordeones que se utilizaron para inducir el voto en todo el país, pues no es casualidad que todos los que estaban en los acordeones son los que salieron electos: nombre y números, también los del Tribunal de Disciplina Judicial.
Ricardo Anaya les “advirtió que la prueba de fuego serán sus sentencias y que México estará observando”, pero de ahí no pasó, solo señalamientos. De igual manera pasó con Alejandro Moreno, líder del PRI, quien señaló que la renovación de jueces, magistrados y ministros fue utilizada por el oficialismo para crear un aparato que perseguirá e intimidará a la ciudadanía, según El Universal.
Otro error es ir tras las jubilaciones de los exministros en retiro. Alguien le podrá decir que la ley no se puede aplicar de forma retroactiva; por lo menos eso dice el artículo 14 constitucional. De hacerlo, sería un error jurídico, que entonces dará a conocer que llegaron o fueron propuestos a esos cargos para hacer de la justicia las sentencias a modo. Sin embargo, va a pasar a traer a Arturo Zaldívar, Olga Sánchez Cordero, afines a la 4T, pero si esto es así, adelante: ellos también no merecen las jugosas jubilaciones que tienen, ni el seguro de gastos médicos mayores.
Muchos dieron su vida al Poder Judicial Federal y se fueron jubilados o pensionados con un salario digno. Ahora van a enfrentar la nueva Suprema Corte de Justicia, que les va a revisar sus pensiones o jubilaciones para reducirlas al mínimo. A eso llegaron, por eso fueron electos: para obedecer a las cúpulas de Morena que los pusieron ahí. A eso se van a enfrentar ahora que empiecen a revisar todo tipo de pensiones, y va para todos.
La justicia no va a mejorar con esa forma de pensar en hacer las cosas. Los que no salieron ganadores impugnaron y probaron lo que es que un Tribunal Electoral diera el fallo a los que hicieron trampa o que no cumplieron con los requisitos, pero ya les reconocieron el triunfo con menos de 8 de calificación o menos de 9. A eso se van y nos vamos a enfrentar. Lo dijimos y lo sostenemos: muchas resoluciones o sentencias van a ser por consignas, como la que me adelanto a decir que será la de Carlos Loret de Mola y la de Ricardo Salinas Pliego. De mí se acordarán. Y van por la libertad de expresión. Cuando el juez consulta cómo dictar la sentencia que está en su ponencia, pierde la autonomía y la independencia en su labor de hacer justicia.