LA FUNDACIÓN DEL MUNICIPIO DE ZIHUATANEJO DE AZUETA

César Antonio Aguirre Noyola

“UN MARAVILLOSO RINCONCITO DEL PACÍFICO GUERRERENSE”

CAPÍTULO PRIMERO

E) ÁMBITO LOCAL.

Los productos del intercambio comercial, principalmente sostenido con Acapulco y Manzanillo, a través de las embarcaciones Oviedo, María Martha, Córrigan I , Córrigan II, Maridone, Tecuanapa [sic] y Río Balsas, eran movidos por personas de Zihuatanejo y Agua de Correa aglutinados en la “Unión de Estibadores y  Jornaleros  de Zihuatanejo”, adherida a la Confederación Regional de Obreros Mexicanos, CROM; el centro de acopio de la carga que se iba y de la carga que llegaba, era una casona ubicada en la esquina que forman actualmente las calles Cuauhtémoc y Pedro Ascencio; las mercancías que arribaban (azúcar, harina, comestibles, petróleo, gasolina, etcétera) y las que salían del puerto (costales de copra, de maíz, de ajonjolí y de sal, algunos cueros de res, así como pequeños costales pesados que contenían metal traídos en lomos de burros desde el Mineral de Guadalupe) se trasladaban, de barco a tierra y viceversa, en grandes canoas de parota impulsadas por remos, mientras que de la playa a la bodega y viceversa, a hombro de cristiano.

Transcurrido algún tiempo, los barcos dejaron de atracar en Zihuatanejo debido a que la carretera que conectaba a este puerto con Acapulco se concluyó a nivel terracería, entonces empezó el tráfico de camiones que en ambos sentidos transportaban más rápido la carga. Uno de los camioneros que se estableció en este lugar en 1952, fue el chino Lorenzo Lee, y lo recordamos porque su hija Ernestina Lee era compañera en la escuela primaria. La circunstancia anterior fue el principio del fin del sindicato de la CROM, en virtud de que la casona donde se alojaba (frente a la playa Principal) ya no tenía uso: sería vendida más o menos en 1954 al hotelero de Acapulco Carlos Barnard, quien la modificó para convertirla en el Hotel Casa Marina. Otro hecho relevante en 1952, fue que el buque Monterrey fondeó en Zihuatanejo, transportaba en sus bodegas las estructuras armables a base de módulos prefabricados de fibracel con las que se construiría el hotel Catalina en playa La Ropa.El principio de los trabajos tendentes a la construcción del referido hotel, tendría lugar en la siguiente anualidad.

En el umbral de la década de los cincuenta la carretera que conducía a Acapulco estaba pavimentada parcialmente y con algunos puentes en servicio, como el de Coyuca de Benítez, aun así ya había corridas de primera clase a través de camiones de pasajeros que pertenecían a la empresa “Estrella de Oro”.

Además de la agricultura, la ganadería, el comercio a menor escala, era la pesca ribereña otra actividad contemporánea, misma que se realizaba con modestas embarcaciones e instrumentos rudimentarios; de ahí que Zihuatanejo se definiera e identificara como un pueblo de pescadores. La pesca estaba compuesta por el sábalo para la talla, la sierra para el ceviche, el dorado para el vinatán (jugo o leche de coco, condimentos y el pescado), la tortuga marina o “caguama” para ciertos platillos como el aderezo, etcétera. En cuanto a los mariscos, eran extraídos del lecho marino, entre otros, los ostiones, la lapa, el caracol, la almeja (roja y café o chocolate), el pulpo, la langosta y el percebe.

Con la finalidad de corroborar el rejuego comercial que tenía el puerto a principios de la década de los cincuenta, me permito citar el contenido del Considerando Primero del ya referido Decreto 50 publicado en el órgano de difusión oficial del Gobierno del Estado el 23 de diciembre de 1953: “CONSIDERANDO PRIMERO.- Que el Puerto [sic] de Zihuatanejo del Municipio [sic] de la [sic] Unión y Distrito de Montes de Oca, ha alcanzado gran desenvolvimiento económico y manifiesta gran porvenir turístico y es lugar donde concurren por necesidades comerciales y agrícolas de la región, los habitantes de un gran número de Comunidades [sic]”.

Desde los años cuarenta y previendo un futuro turístico, algunas familias convirtieron parte de sus casas en hospederías, donde se brindaba al visitante la atención merecida, siendo algunas de aquellas el Hotel Belmar, el Hotel Ávila, la Casa Eugenia, la Casa Elvira, la Casa Juve, la Casa Aurora y otras que se fundaron posteriormente en la medida que surgía la demanda de hospedaje; con ello se incrementaban el comercio y las artesanías que llegaban de Xilitla, se ponía de moda el buceo autónomo y se fomentaba la pesca deportiva, actividades que fueron las principales de aquellos días para el visitante. También en ese decenio Zihuatanejo ya recibía la comunicación aérea de una empresa denominada “Aeronaves Michoacán-Guerrero”, que tenía su base de operaciones en la ciudad de Uruapan, Michoacán, y efectuaba vuelos diarios saliendo de aquella ciudad hasta llegar a Acapulco, dándole cobertura a varios lugares de ambos estados federados y trayendo consigo el correo; en su vuelo con dirección al sur hacía escala en Arteaga, Playa Azul y Melchor Ocampo (hoy ciudad Lázaro Cárdenas), pasando por las poblaciones guerrerenses de La Unión, Zihuatanejo y Petatlán, continuando su ruta hasta su aterrizaje final en el puerto de Acapulco…

Sabia virtud de conocer el tiempo.

César Antonio Aguirre Noyola

Investigador en materias política y electoral.

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