Trinidad Zamacona López
“Los pesos y contrapesos, son ejercicios democráticos que no pueden estar por encima de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, los votos dan el poder en las urnas, pero no dan el poder para pisotear la carta magna”.
Hemos dicho en estas humildes opiniones, que ningún político, por más votos que se le hayan dado en las urnas, tiene el derecho o puede estar por encima de la Constitución Política del País.
Recuerdan la frase de Ex Presidente Enrique Peña Nieto, “Ningún Presidente se levanta pensando en cómo joder a México” esa frase acuñada a un hombre que lo tachaban de inculto, pero en cierta medida así debe de ser, ningún mandatario debe de amanecer pensando en cómo joder a nuestro país.
La decisión de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (Poder Judicial Federal) de echar atrás la primera parte del “Plan B”, que incluía ese plan de López Obrador bueno incluyó cambios en seis leyes secundarias por el que se reformaron, adicionaron y derogaron diversas disposiciones.
Esas normas que sufrieron algún cambio fueron la Ley General de Comunicación Social, la Ley General de Responsabilidades Administrativas, la Ley General de Instituciones y Procedimientos Electorales, la Ley General de Partidos Políticos, la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación y se expidió la Ley General de los Medios de Impugnación en Materia Electoral.
El primer paquete fueron la Ley General de Comunicación Social, la Ley General de Responsabilidades Administrativas, es decir que si estas fueron declaradas inconstitucionales porque no cumplieron (Cámara de Diputados) el proceso legislativo, paso por alto el deber que tiene de deliberar, y al no haber ese debate se violó el principio de deliberación informada y democrática, así como los derechos que asisten a la representación popular, ese simple hecho es contrario a la Constitución del País, y a la propia Ley Orgánica del Poder Legislativo.
Los poderes tiene peso y contrapesos, eso significa que ninguno de los tres poderes puede violar la Constitución, por más legítimo que se sienta por la cantidad de votos que haya sacado en las urnas; se promete y se jura cumplir y hacer cumplir la Constitución, y eso se les olvida, tenemos un mandato que no es infinito, tiene límites y esos límites están en la Constitución que juraron cumplir.
Por ello es que cada uno de los poderes del Estado mexicano, el Ejecutivo, Legislativo y Judicial, tiene medios de control constitucional que la misma ley fundamental para hacer precisamente esa función del peso y contrapeso; si bien el Poder Legislativo, tiene el juicio político, eso no suficiente para enjuiciar a los Ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
Para enjuiciar a los Ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, al Presidente de México, o a cualquier miembro del Poder Legislativo, lo puede hacer cualquier ciudadano bajo su más estricta responsabilidad, es un derecho constitucional, pero ojo, debe de estar bien establecida la falta administrativa de responsabilidades.
Decir que se les iniciara juicio político, por cuidar la legalidad y la constitucionalidad de los actos de los demás poderes, por no ajustarse a la Constitución del País, es un peligro, lo pueden hacer, claro que lo pueden hacer, pero eso es lo más riesgoso que existe en una democracia participativa.
Decir que se trastoco los pesos y contrapesos, por emitir una determinación que les obliga la propia constitución, entonces estamos ante una clase política, intolerante a la norma, a lo que se les dice que están mal, que no se ajustaron a la legalidad a la que están sometidas.
Son diputados federales, sujetos a lo que dice la Constitución, es el Presidente de México, pero no está por encima de la Ley Fundamental, o se someten a la misma, o en realidad si son un peligro para México.
El cargo se les dio a través del voto en las urnas, pero no para violar la Constitución, se les dio para que la cuiden, la mejoren en bien del pueblo bueno, de no hacerlo así, no merecen el cargo que tiene, ni muchos menos que se les postule a otro para el siguiente proceso electoral, la última palabra la tiene Usted.
El segundo paquete sufrirá lo mismo que el primero, y las leyes creadas y reformada en la noche negra del parlamento, sufrirán lo mismo, desde ahorita se los anticipo.
Nadie por encima de la ley, menos de la Constitución del País, por más apoyo que tenga del pueblo.