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Estado de los ESTADOS

Lilia Arellano

*Cadena de mentiras presidenciales

*Lozoya, distractor para detener derrumbe del gobierno

*Sobre Odebrecht, prescripción; otros delitos en veremos

Nada cómodo ha resultado aceptar el país de mentiras en el cual habitamos. Y no porque la naturaleza nos muestre una cara diferente a los cientos de maravillas contempladas, sino a lo hecho por los gobiernos y particularmente por el encabezado por López Obrador, el cual tiene una receta diaria con la cual intentar medir nuestra capacidad de aceptación o de estupidez. Si nos atenemos al espectáculo Lozoya Austin, se miente permanentemente al señalarlo con cargos sobre los sobornos de Odebrecht, cuando este delito ya prescribió. Si nos referimos al avión presidencial ¿fue un engaño aquella compra millonaria de billetes realizada por empresarios asistentes a la cena de tamales de chipilín en Palacio Nacional? Porque la Lotería Nacional reporta la venta de menos del 25 por ciento de “cachitos”. Si nos percatamos de la farsa escenificada como combate a la corrupción, bastará con confirmar quienes están en la cárcel junto con Rosario Robles o que sucede con las investigaciones anunciadas por la Función Pública sobre las acciones de los superdelegados, o con las denuncias por la asignación de obras de manera directa, sin mediar licitación alguna y las cuales llegan al 80 por ciento de adquisiciones y obras del gobierno federal.

Ya en líneas anteriores advertimos la utilización solamente mediática, porque jurídicamente son muchos los errores y las violaciones cometidas a leyes y procedimientos penales en el caso Lozoya se abren las ventanas, las puertas, de una escenografía que no conoce límites en el engaño. El doctor José Oscar Valdés, nos desnuda la terrible realidad: Sobre el amparo otorgado a Lozoya Austin en el 2018 y que respondía al caso Odebrecht, el delito ya prescribió, la entonces PGR nunca se aquerelló, perdió. Por lo tanto, se fueron por el lado electoral, el de acusar la utilización de esos recursos para la campaña de Peña Nieto. Esto produjo, recordemos, la salida de Santiago Nieto, cuando asegura contar con pruebas de ello. Así que, Lozoya se va al amparo, lo gana y con el tiempo los delitos prescribieron. No puede juzgarse al ex director de Pemex por esa causa. Pero, además, los actuales no son delitos graves y solamente lo traen por la compra de Agronitrogenados y por los Astilleros. Por otra parte, los videos que dicen presentará, ya tienen 8 años y no están vinculados como prueba.

De acuerdo a lo señalado, se advierte se trata de 15 videos de los cuales, afirman, se conocerán 12 y en ellos aparecen legisladores del PAN y del PRI, pero nada dicen de los del PRD. En ellos, afirman, se comprueba la recepción de dinero y habrá de resaltarse algunos de ellos hoy son gobernadores, como son los casos de Miguel Barbosa de Puebla, el mandatario Rosas Aispuro de Durango, el de Baja California Jaime Bonilla, el de Aguascalientes Martín Orozco Sandoval, Cabeza de Vaca de Tamaulipas, pero también el director del IMSS Zoe Robledo, la titular de Energía Rosario Nahle y el director de CFE Manuel Barttlet. En el pasado y con referencia a los casos Bejarano, Ahumada, Robles, Ponce –a quien exhibieron jugando en Las Vegas siendo Tesorero del gobierno de AMLO en la CDMX-, crearon en la Suprema Corte de Justicia jurisprudencia y de ahí se advierta que notas de medios o vídeos tienen que ser medios lícitos vinculados con alguna prueba ¿cómo va a sustentar la Fiscalía cargos?

La 4T está desesperada porque nada le ha funcionado, mataron la economía y no mataron al virus, hay bonos basura, está todo quebrado así que lanzan el tema Lozoya a los medios para tomar una bocanada de aire. Mediáticamente les va a dar para que puedan salir a rasgarse las vestiduras, pero legalmente está enclenque la acusación. Es una vil mentira que vayan a sentar a Peña Nieto o a Videgaray en el banquillo de los acusados. Además de Lozoya, solamente que inventen, porque ya prescribió lo relacionado a Odebrecht. Ahora que, en estas presentaciones, lejos de citar al Artículo 21 y advertir que el ex funcionario es testigo protegido, llega sin esposar, en un avión privado, en lugar de presentarlo ante el juez se lo llevan a un hospital privado y para colmo no hay explicaciones oficiales y ni siquiera se sabe dónde está.

Debe la Fiscalía probar cada una de las acusaciones y todo apunta a una mala apuesta al seleccionar el caso Lozoya, porque en eso de combatir la corrupción habría de señalarse el inicio desde casa y eso no se ha visto ni con los superdelegados acusados desde dentro por ladrones, o checar lo registrado en salud en donde se lucra con la pandemia o revisar la salida de la mamá y del papá del Marro de la cárcel. Solamente Rosario Robles se encuentra tras las rejas y hasta una licencia de conducir le inventaron, dijeron iban a caer muchos y no están ni siquiera quienes con ella colaboraron. “En aplicación de la ley estamos peor que antes, no se ve el cambio, hay una pandemia no controlada, un combate a las mafias con abrazos y no balazos, el cubre bocas ya se convirtió en tema de debate, el presidente no resuelve nada y nos da excusas culpando permanentemente a los del pasado. Hay algo más para quienes vivimos en el Estado de México. Ahí reina el Grupo Atlacomulco, se dan maravillas, se caen helicópteros con secretarios de gabinete y no pasa nada, si Lozoya fuera un problema para Peña Nieto, desde hace tiempo lo hubieran desaparecido. Por esas tierras se han aventado a secretarios de gobernación, no permiten embarrarse mucho”, enfatiza José Oscar Valdés.

Por cierto ¿cuántas reformas de Peña Nieto están vigentes y por cuántas de ellas hubo sobornos? Para las nuevas reformas ¿ningún legislador resultó beneficiado? Porque la corrupción no es solamente dinero, son acciones en las cuales se registra el retraso de los pueblos, el consabido dejar hacer, dejar pasar sin responsabilidad.

Andrés Manuel López Obrador recurrió una vez más a la farsa del “avión presidencial” para exhibir la corrupción y el dispendio del sexenio de su antecesor, Enrique Peña Nieto. Pero la población desconfía cada vez más de su mandatario. A casi dos meses de la falsa rifa de la aeronave, se han vendido sólo 25 por ciento de los boletos, es decir, un millón 530 mil cachitos por 765 millones de pesos. Todo apunta a un fracaso en esta mala broma del tabasqueño a los mexicanos.

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